EN EL NATALICIO DE FÁTIMA AL-ZAHRA (LA PAZ DE DIOS SEA CON ELLA) (1)
En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso
Wa-l-hamdu li-l-Lah rabbi-l-alamín wa-s-salam ala sayyídina Abi-l-Qásimi-l-Mústafa Muhámmad wa ala álihi-t-tayibini-l-atharini-l-muntayabín sáyyama Baqíati-l-Lah fi-l-arazeyn (2).
Felicito el venturoso natalicio de Fátima al-Zahra (la paz sea con ella), Señora de las Mujeres del Mundo, elegida por el Sello de los Profetas. Hoy nuestro encuentro es de una gran luminosidad, agradable y espiritual. Tanto ustedes, queridos hermanos y hermanas que están escuchando, como los intérpretes y recitadores, verdaderamente nos han proporcionado el estado de ánimo espiritual que todos necesitábamos hoy. Quiera Dios protegerlos y ayudarlos. Diré unas breves palabras sobre Fátima al-Zahra (la paz sea con ella), unas palabras también sobre asuntos relacionados con el maddahí o panegírico religioso y sus recitadores (3), y abordaré asimismo algunos temas de actualidad.
Dios Altísimo cita a dos mujeres como ejemplos para toda la humanidad, tanto para los hombres como para las mujeres: Wa dáraba-l-Lahu mázalan li-l-ladina ámanu-mrá’ata Fir’áun (4), y luego wa Máryama bnata ‘Imrán (5). Se trata de dos mujeres puestas por Dios Altísimo como modelos a seguir por toda la humanidad, no solo por las mujeres; por las mujeres y por los hombres. Se ha transmitido por vías diversas, tanto chiíes como sunníes, un hadiz según el cual el Profeta dijo: «La virtud de mi Zahra es mayor y más elevada que la de esas dos mujeres» (6). Presten atención a que se dice que son modelos a seguir. No se trata solo de virtudes; son también modelos a seguir, son la cúspide. Acaso ustedes y yo no alcancemos nunca esa cúspide —sin duda no lo haremos—, pero hay que avanzar hacia ella. Durante el breve período de vida de Fátima al-Zahra (la paz de Dios sea con ella) después del Nobilísimo Profeta —dos o tres meses, según las distintas tradiciones—, lo que se manifestó y se hizo aparente de aquella noble dama, lo que todos vieron puede ser un modelo a seguir para toda la humanidad, no solo para los musulmanes.
Que una mujer sola, una joven dama, se alzara contra una multitud inmensa, una potencia, un gobierno, y defendiera lo que era justo, fuera valiente y convenciera a todas las personas razonables con sus argumentos, sin dejar las cosas a medias, y hasta los últimos días de su vida continuara afirmando aquellas mismas verdades y los sólidos fundamentos de la fe al visitarla las mujeres de Medina es algo que no podía lograr más que una figura eminente, distinguida, única, como Fátima al-Zahra (la paz sea con ella). En cada una de esas cualidades, es modélica: en el alzamiento por lo que es justo, en valentía, en franqueza, en fuerza de argumentación, en firmeza. Es eso lo que dice Dios Altísimo en el Corán: An taqumu li-l-Lahi mazna wa furada (7). Si son ustedes dos, manténganse firmes y álcense por Dios frente a lo que es contrario a Su mandato. Y si no son dos personas, sino uno y están solos, álcense igualmente. El auténtico ejemplo de esa sublime aleya es Fátima al-Zahra (la paz sea con ella).
Hay un hadiz transmitido por Al-Juarismi, ulema sunní, que dice: Qala rasulu-l-Lahi sal-lu-l-Lah alaihi wa álihi ya Salmán —el Profeta dijo esto a Salmán (8), que era el primero de todos, un número uno, y el Profeta lo dijo a su compañero más cercano—. Hubbu Fátimata yánfa’u fi mí’atin mina-l-mawatin (9). «El amor de mi Fátima les será útil en cien lugares», es decir, en cien sitios después de la etapa de esta vida mundana. Áysaru tilka-l-mawátini-l-mautu wa-l-qabr (8). De esos cien lugares en los que les será útil el afecto de Fátima, el más fácil de todos ellos es la muerte, la tumba.
Muy bien, ese hadiz trata sobre el amor de Fátima al-Zahra (la paz de Dios sea con ella). A primera vista, lo que significa este hadiz — y esto es correcto— es que, si tiene usted afecto por Fátima al-Zahra (la paz de Dios sea con ella), eso constituye una virtud de usted. Esta interpretación no presenta problemas. También el afecto de uno por Fátima al-Zahra (la paz de Dios sea con ella) tiene la particularidad de serle útil en cien lugares. Sin embargo, al observar con atención, se presenta junto a ese otro significado: que es el amor de Fátima al-Zahra por uno el que posee esa utilidad. Esto es corriente también en la lengua persa. Dice uno: «la amistad de fulano te será útil». ¿Qué significa eso? La amistad suya hacia usted. Muy bien, eso es importante y es difícil. La interpretación primera es fácil. Quienquiera que vea ese sol, quien vea esa luna rutilante, quien vea esas estrellas radiantes, quien vea esas virtudes, tomará afecto por ella. Pero la segunda, que ella le tome afecto a usted, es la parte difícil.
Lo pertinente para este encuentro con panegiristas es una parte de esa idea: Fátima al-Zahra (la paz de Dios sea con ella) toma afecto a aquel que adopte como modelo de vida sus cualidades, una de las cuales es el esclarecimiento. Desde el primer instante, Fátima al-Zahra (la paz de Dios sea con ella) comenzó a esclarecer y explicar, exponiendo las verdades a toda la audiencia y a todos aquellos que no sabían; o bien sabían, pero fingían ignorar, o bien sabían y se les había olvidado. El esclarecimiento es la labor más importante que realizó Fátima al-Zahra (la paz de Dios sea con ella).
La práctica del maddahí son una forma de seguir a Fátima al-Zahra (la paz de Dios sea con ella) en su labor de esclarecimiento. Permítanme apostillar aquí que las recitaciones hechas hoy aquí por los caballeros son actos de esclarecimiento, porque, además de expresar emociones, amor y afecto por la Ahlul Bayt (la paz sea con ellos), esclarecieron las verdades, expresaron verdades de la actualidad. También Fátima al-Zahra expresó las verdades de su tiempo, cuestiones que habían surgido entonces, las cuestiones del momento. Aclarar las cuestiones del momento es un deber de enorme importancia. Es por eso que se dice en un hadiz del Profeta: Inna-l-mú’mina yuyáhidu bi-sáyfihi wa lisánihi (10): un creyente hace el Yihad, unas veces con su vida —es decir, que va al frente; a veces con su espada, es decir, que recurre a las armas— y otras, con la lengua. El Yihad por la lengua y la palabra es una de las clases de Yihad importantes y, en ocasiones, resulta más influyente y de mayor importancia que el Yihad con la propia vida. Es a ustedes, hermanos panegiristas aquí presentes, así como todos los panegiristas de todo el país, a quienes se dirigen este mensaje: Yihad mediante la lengua y la palabra.
Pues bien, ustedes disponen de los instrumentos para ese Yihad. Ustedes poseen un arte híbrido. El maddahí es un arte híbrido. Tanto la forma como el contenido constituyen un arte. Son arte tanto la letra como el sentido. En otras palabras, aquí se conjugan varias artes, dando lugar a las loas y panegíricos del maddahí. Lo que quiero es que apreciemos el valor del maddahí, tanto nosotros como ellos [los propios recitadores]. El maddahí es la combinación de varias artes: arte de la voz, arte de la melodía, arte poética, arte del manejo de una multitud —que es ya por sí mismo un gran arte—, arte de estar cara a cara con la gente. En el ciberespacio, ustedes no se enfrentan cara a cara con la gente, pero en una sesión de verdad, en el mundo real, hablan con la gente y se enfrentan a ella cara a cara. Eso es en sí mismo un arte considerable. En definitiva, el maddahí es un medio de comunicación de pleno derecho. Y al ser un medio de comunicación, puede ser un medio de esclarecimiento, y un medio de esclarecimiento importante.
Hoy, tenemos necesidad de esclarecimiento. Hoy, una de las principales prácticas del enemigo consiste en sembrar dudas. Hacen planes… claro, algunas cosas aparecen en las noticias públicas, que ustedes ven, y otras de las que nosotros tenemos conocimiento no aparecen en las noticias públicas. Hacen planes y gastan dinero para distraer la atención de la gente de la verdad. ¿Quién ha de responder por ello? ¿Quién debería enderezar esas líneas torcidas? ¿Quién debería esclarecer las cosas? Pues ustedes se hallan entre quienes pueden llevar a cabo esa gran tarea.
Si esta actividad de maddahí de ustedes genera conciencia, en primer lugar, y, en segundo lugar, crea esperanzas —no resulta desesperanzadora— e imprime movimiento, habrán realizado ustedes una gran labor fundamental, cuyos objetivos no son alcanzables con muchos otros instrumentos discursivos y de difusión. Ustedes pueden combatir el miedo sembrado por el enemigo —ya que una de las principales tácticas del enemigo es asustar, infundir miedo—. Pueden hacer frente a la discordia sembrada por el enemigo; pueden hacer frente a la desesperanza provocada por el enemigo. Fíjense ustedes en cómo estas cosas que les digo son cada una de ellas un elemento fundamental. Insuflar vida a la sociedad y estas cosas que han dicho ustedes aquí, como «no seremos derrotados», «izaremos la bandera del Islam en el Golán», «defenderemos el mausoleo purificado de la Siria histórica», etc., dependen de ello. Es decir, que hay que combatir el miedo infundido por el enemigo, combatir la discordia sembrada por el enemigo, hacer frente a la desesperanza provocada por el enemigo. El medio al que recurre principalmente el enemigo es asustar, infundir miedo. Ustedes son fuertes, y ellos propagan que son débiles para asustarlos. Ustedes cuentan con recursos, y ellos difunden que carecen de ellos a fin de que desesperen. Tengan ustedes en cuenta estos motivos de reflexión.
En los inicios del Islam, en la batalla de Uhud, los musulmanes sufrieron un revés. Alcanzó el martirio alguien de la talla de Hamza, Señor de los Mártires; quedó herido por todo el cuerpo una figura como Alí ibn Abi Tálib (la paz sea con él), el Príncipe de los Creyentes; incluso el mismísimo Nobilísimo Profeta resultó herido, y otros alcanzaron el martirio. A su regreso a Medina, los hipócritas vieron una buena oportunidad para sembrar semillas de duda y explotar la situación con fines propagandísticos, y comenzaron a sembrar dudas, diciendo: Inna-n-nasa qad yáma’u lákum fa-jshauhum (11). «Todo el mundo se ha juntado contra ustedes, ¡témanlos!». Empezaron a decir esas cosas, y por ese motivo hizo Dios Altísimo descender una revelación, una aleya del Corán: Ínnama dálikumu-sh-shaytanu yujáwwifu auliá’ahu fa-la tajáfuhum (12). «Es el Demonio quien asusta a sus propios amigos, ¡no los teman!». Así partió la boca a los hipócritas embaucadores el férreo puño del Corán. Hoy, son ustedes quienes deben decir ese ínnama dálikumu-sh-shaytán. Aquellos que son versados en letras, en poesía y en pensamiento, que se pongan a pensar; que elaboren un planteamiento aceptable y agradable, que se presente con los ropajes de la poesía y las entonaciones de las loas del maddahí, que esté a la altura y sea competente para el oficio del maddahí y las alabanzas de la Ahlul Bayt, y que se haga llegar a la gente. Ínnama dálikumu-sh-shaytanu yujáwwifu auliá’ahu.
Hoy, lo que ocupa los titulares en las noticias de nuestra región son los asuntos de Siria. Yo no quiero hacer un análisis; que analicen otros. Yo, a este respecto, tengo cosas que decir. Varias consideraciones.
Primera consideración. Un grupo de agitadores lograron, ayudados por Estados extranjeros, siguiendo sus programas y sus planes, aprovecharse de las debilidades internas de Siria y arrastrar ese país a la inestabilidad y al caos. Hace unas dos o tres semanas, en un discurso aquí mismo (13), dije que el plan de Estados Unidos para dominar los países consiste en una de dos cosas: o bien instaurar el gobierno despótico de un individuo con el que ir ellos, entenderse y hablar para repartirse entre ellos los bienes de ese país, o bien eso: si eso no puede ser, caos, tumulto. En Siria, llegaron al tumulto. Provocaron el caos. Ahora, los estadounidenses, el régimen sionista y quienes van con ellos se hacen ilusiones y se sienten victoriosos. Sienten que han conseguido la victoria y se ponen a fanfarronear. Eso es característico del pueblo de Satanás. Cuando sienten que han vencido, se les va la lengua y fanfarronean, dicen sandeces. Estos, hoy, se han puesto a decir sandeces. Uno de los responsables estadounidenses dice, entre sus baladronadas: «A cualquiera que cause tumultos en Irán, nosotros lo ayudaremos». Esa es la síntesis de sus palabras. No lo dice a las claras, pero lo que dice es eso. Lo insinúa, pero queda totalmente claro que es eso lo que está diciendo. Los imbéciles han olido kebab. Pues lo primero es que el pueblo de Irán pisoteará con fuerza a quienquiera que acepte hacer de esbirro de Estados Unidos en ese terreno.
En segundo lugar, va el sionista y simula una victoria. Pone cara de vencedor y va, se jacta y fanfarronea. ¡Desdichado! ¿Dónde han triunfado ustedes? ¿Han triunfado en Gaza? Uno que mate con bombas a cuarenta y tantas mil personas, mujeres, niños y bebés, y no logre hacer realidad ni uno solo de los objetivos que anunció al principio, ¿ha triunfado? ¿Han destruido ustedes a Hamás? ¿Han liberado ustedes a sus prisioneros en Gaza? Dijeron que querían acabar con Hezbolá, causaron el martirio de una figura como Seyed Hasan Nasralá, con toda su grandeza… ¿han logrado acabar con Hezbolá? Hezbolá está vivo, está viva la Resistencia palestina, está vivo Hamás, está viva Yihad [Islámica Palestina]. Ustedes no han triunfado, ustedes han fracasado. Cierto, en Siria tenían el camino abierto, no había ni un soldado que les saliera al paso con su fusil y lograron avanzar varios kilómetros con tanques y demás equipo militar, pero eso no es una victoria. No tenían ningún obstáculo frente a sí, eso no es vencer. Y por supuesto, los valientes y entusiastas jóvenes sirios sin duda los echarán de ahí.
Y tercer punto. En la propaganda de diversa índole, dicen constantemente que la República Islámica —porque se enfrentan a la República Islámica— ha perdido sus fuerzas proxy en la región. Ese es otro error. La República Islámica no tiene fuerzas proxy. Yemen lucha porque tiene fe. Hezbolá lucha porque el poder de la fe lo empuja al campo de batalla. Hamás y Yihad Islámica luchan porque sus creencias los mueven a hacerlo. No son representantes nuestros. Si nosotros un día queremos actuar, no necesitamos fuerzas proxy. Hombres honorables y con fe, los hay y los habrá en Yemen, en Irak, en Líbano, en Palestina y, en un futuro cercano, si Dios quiere, en Siria. Ellos combaten la opresión y el crimen y combaten el monstruoso régimen impuesto sionista para sí mismos. Nosotros también combatimos y, Dios mediante, sacaremos ese régimen de la región.
Lo que está diciendo un servidor no es una declaración política. Son realidades que nosotros hemos palpado de cerca. Es bueno que sepan esto: el Hezbolá libanés es una agrupación honorable, fuerte, sólida y férrea, surgida de los tumultos del Líbano en la década de 1980. Por aquel entonces, habían sumido en el desorden toda la región, con guerras civiles, disturbios, inseguridad… En medio de aquella inseguridad, del corazón de la amenaza, emergió la oportunidad de Hezbolá. Antes de nuestro mártir querido, Seyed Hasan, estuvo también Seyed Abbás [Musaví], como estuvieron otros, y también ellos alcanzaron el martirio. Su martirio no debilitó a Hezbolá, sino que acaso lo fortaleció. Hoy es lo mismo, y mañana será lo mismo también. Del corazón de las amenazas emergen las oportunidades. Si prestamos atención, si tenemos sentido de la responsabilidad, si nos ocupamos de ello, si mostramos lo que hay en nuestro corazón y en nuestra lengua en el momento de actuar.
Y yo predigo que ese acontecimiento, el surgimiento de una agrupación honorable y fuerte en Siria, se producirá. Los jóvenes sirios no tienen nada que perder. Sus universidades son inseguras, son inseguras sus escuelas, son inseguras sus casas, son inseguras sus calles, son inseguras sus vidas. ¿Qué van a hacer? Deberían alzarse con la fuerza de su voluntad frente a aquellos que planearon esa inseguridad y a quienes la han llevado a la práctica y, si Dios quiere, los vencerán. Mañana, por la gracia de Dios, la región será mejor que hoy.
Y con ustedes la paz, la misericordia de Dios y Sus bendiciones.
Notas
(1) Al comienzo del encuentro, varios recitadores declamaron poemas en alabanza de las virtudes de la infalible y pura Familia del Profeta (la paz sea con ellos).
(2) Toda alabanza sea para Dios, Señor de los Mundos, y las bendiciones y la paz para nuestro maestro Abulqásim al-Mustafa Muhammad, así como para su familia excelsa, purísima y selecta, en especial para el Imam de la Época.
(3) Se conoce como maddahí en la cultura del Islam chií la recitación de loas y alabanzas a las grandes figuras infalibles de la religión y sus hechos, particularmente en ceremonias de duelo. Los recitadores de maddahí son conocidos como maddah.
(4) «Y Dios pone un ejemplo para quienes son creyentes: la mujer de Faraón» (Sagrado Corán, 66:11).
(5) «Y María, hija de Imrán» (Sagrado Corán, 66:12).
(6) Hadiz presente, por ejemplo, en: Ibn Shahrashub, Manaqib Al Abi Talib, vol. 3, pág. 323; así como en: Yalal al-Din al-Suyuti, Al-Dur al-manzur, vol. 2, pág. 23.
(7) «Que os pongáis en pie por Dios, por parejas o individualmente, y reflexionéis» (Sagrado Corán, 34:46).
(8) Salmán Farsí o Salmán el Persa, famoso compañero de origen iraní del profeta Muhammad (sean con él y su familia la paz y las bendiciones de Dios) y después seguidor del imam Alí ibn Abi Talib (la paz de Dios sea con él).
(9) Maqtal al-Husayn, vol. 1, pág. 100.
(10) Tafsir-e nemuné, vol. 15, pág. 383.
(11) «En verdad, la gente se ha juntado contra vosotros. ¡Temedlos!» (Sagrado Corán, 3:173).
(12) «En verdad, vosotros sois el Demonio. Él asusta [solamente] a quienes son amigos suyos. Así que ¡no tengáis miedo de ellos» (Sagrado Corán, 3:175).
(13) Discurso del encuentro del 25 de noviembre de 2024 con basiyíes de todo Irán.