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Permítanme añadir unas palabras sobre las declaraciones políticas que se han difundido estos días en el ámbito regional e internacional. Algunas de esas declaraciones que se han hecho en el viaje a la región del presidente de Estados Unidos no merecen siquiera respuesta. Son de un nivel tan bajo que avergüenzan a quien las pronuncia y al pueblo estadounidense. Sobre eso, nada. Ahora bien, hay una o dos frases a las que debemos prestar atención. Trump dijo que quería utilizar la fuerza para la paz; mintió. Él y las demás autoridades estadounidenses, los gobiernos de Estados Unidos, han usado la fuerza para cometer masacres en Gaza, para provocar guerras allá donde han podido y para brindar apoyo a sus esbirros. Ese es el uso que le han dado a la fuerza. ¿O cuándo han usado la fuerza los estadounidenses para generar paz? Y sí, se puede usar la fuerza para la paz y la seguridad, y es por eso mismo que nosotros, mal que les pese a los enemigos, incrementaremos día tras día nuestra fuerza, la fuerza de nuestro país, Dios mediante. Pero ellos no han hecho eso. Ellos han usado su fuerza para darle bombas de diez toneladas al régimen sionista, que las viertan sobre los niños de Gaza, sobre los hospitales, sobre las casas de la gente, en Líbano y dondequiera que puedan hacerlo. Esto, por una parte.
El presidente estadounidense propone a esos países árabes un modelo con el que, según sus propias palabras, esos países no podrían sobrevivir sin Estados Unidos ni tan siquiera diez días. ¡Eso dijo! De no ser por Estados Unidos, dijo, esos no podrían mantenerse ni diez días. Es Estados Unidos quien los mantiene. Y ahora, es ese mismo modelo el que les está volviendo a ofrecer e imponer en sus transacciones, en su comportamiento, en sus propuestas; algo tal que no puedan sobrevivir sin Estados Unidos; pero, con seguridad, ese modelo ha fracasado. Gracias a la determinación de los pueblos de la región, Estados Unidos debe irse de esta región y se irá. Sin duda, en esta región, el foco que genera corrupción, que genera guerra, que genera divergencias, es el régimen sionista. El régimen sionista, que es un peligroso y letal tumor cancerígeno en esta región, debe sin falta ser extirpado, y lo será.
La República Islámica tiene unos principios claros y un sistema de valores definido. A pesar de todos los altibajos ocurridos a nuestro alrededor, ha avanzado firmemente apoyándose en esos fundamentos y ha impulsado al país hacia delante. El Irán de hoy no es el Irán de hace treinta, cuarenta o cincuenta años. Hoy, con la ayuda de Dios, por la gracia de Dios y mal que pese a los enemigos, en contra de lo que otros hubieran querido, Irán ha progresado y, Dios mediante, avanzará muchísimo más todavía. Eso lo verán todos; lo verán de la mejor manera nuestros jóvenes, que, Dios mediante, colaborarán en la construcción del Irán islámico que todos anhelamos.