Los medios de comunicación estadounidenses estaban difundiendo rumores sobre la posibilidad de un encuentro de nuestro presidente de la República con Donald Trump al margen de la Asamblea Anual de la ONU, cuando llegó de la Husainiya del Imam Jomeiní la noticia de que el ayatolá Jameneí había vuelto a recalcar la posición de la República Islámica de no negociar con Estados Unidos.

“Por eso mismo han visto ustedes cómo el honorable presidente de la República, el ministro de Exteriores y los responsables del país han dicho todos, de modo unánime y con una sola voz, que no vamos a negociar con Estados Unidos, ni en el viaje a Nueva York ni fuera de ese viaje”.

En los tres últimos meses, la cuestión de las negociaciones ha sido planteada en 19 ocasiones en el más alto nivel de Irán y EE. UU.: Trump ha pedido negociar 17 veces, y el Líder de la Revolución ha hablado 2 veces sobre la razón de no negociar con Estados Unidos.

Hasta el momento, los esfuerzos de Trump no han dado grandes resultados en política exterior. Comenzó su presidencia con la denuncia del acuerdo nuclear con Irán. Mantuvo roces con los países europeos por cuestiones económicas. Dejó de cumplir acuerdos internacionales de EE. UU. y luego visitó precipitadamente Corea del Norte, con el único logro de haber sido el primer presidente norteamericano en poner el pie en el país asiático. En cuanto a sus negociaciones con los Talibán, recientemente han quedado en nada. Ahora, las esperanzas de Trump para los días finales de su presidencia están puestas en la negociación con Irán, hasta el punto de que, en apariencia, ha modificado su grupo de amigos de la Casa Blanca, por si ello pudiere granjearle el favor de Teherán.

En la prensa norteamericana se han publicado encuestas que muestran que Trump se halla en mala situación, y que sobre él pende la amenaza de que su presidencia sea de un solo mandato. Esperando poder negociar, el mandatario dio recientemente la orden de redoblar la «presión máxima» contra Irán.

«Presión máxima» es el nombre que ha dado Estados Unidos al conjunto de embargos que aplica en todos los campos a la República Islámica. El historial de Trump muestra que su manera de entender las negociaciones se limita a retratarse con la parte contraria, sin someterse a acuerdo alguno. Con Kim Jong-un, se hizo una fotografía de recuerdo e intercambió correspondencia, pero finalmente no asumió ningún acuerdo. Su plan con Irán era el mismo: primero anuló sus compromisos, impuso embargos y más embargos, uno tras otro, y envió un mediador; pero Irán, a diferencia de los demás países, rehusó jugar en el campo de Trump. La razón estaba clara: Trump ni siquiera había respetado los compromisos precedentes de Estados Unidos, que denunció —si bien la irresponsabilidad norteamericana se remonta a mucho más allá de los cuatro años de Trump—.

“Si EE. UU. se retracta, vuelve al acuerdo nuclear que ha violado, se arrepiente y vuelve a convertirse en uno de los países miembros del acuerdo, será copartícipe del conjunto de países del pacto, que cooperan y hablan con Irán”.

El historial de la política exterior estadounidense muestra que el objetivo de Washington cuando plantea negociaciones no es hallar una solución justa a los problemas, sino que los norteamericanos consideran las negociaciones una herramienta para imponer su voluntad a los demás, como ha sucedido en los casos recientes de las sanciones económicas a China o las desavenencias político-económicas entre EE. UU. y Europa. Por otra parte, hay países a lo que las injerencias de Washington en sus asuntos internos no les suscitan recelos; pero la República Islámica no cede ante la prepotencia, incluso aunque intervenga una presión máxima. En los últimos cuarenta años, los estadounidenses lo han experimentado más que nadie.

“Si concluyen que la presión máxima surte efecto y funciona, ni la República Islámica ni nuestro querido pueblo volverán a gozar de tranquilidad, porque Estados Unidos usará esa estrategia con todas sus exigencias abusivas, arrogantes y prepotentes. Esa es la cuestión”. El Líder Supremo de Irán.

17/07/2019