EN EL PRIMER DÍA DEL AÑO 1404 H. S., AÑO DE LA INVERSIÓN PARA LA PRODUCCIÓN

En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso.

Wa-l-hamdu li-l-Lah rabbi-l-alamín wa-s-salam ala sayyídina wa nabíyyina Abi-l-Qásimi-l-Mústafa Muhámmad wa ala álihi-t-tayibini-l-atharini-l-muntayabín sáyyama Baqíati-l-Lah fi-l-arazeyn (1).

Sean muy bienvenidos y, si Dios quiere, ojalá que este comienzo de año traiga la buena nueva de un año lleno de bendiciones para ustedes y para todo el pueblo de Irán. Este año, debido a la coincidencia con los días y las noches benditos [del Ramadán], Nouruz y el comienzo del año han adquirido un aire más espiritual. Por supuesto, hemos de recordar que los iraníes mantienen todos los años en Nouruz una disposición espiritual, acompañada de confianza y atención a la divina Unicidad. Por eso recibimos siempre el año con oraciones. Los grupos que viajan en las fiestas de Nouruz desde hace largos años, lo hacen en su mayoría a lugares sagrados. Este año, ustedes han visto como, en el momento del cambio de año, una inmensa multitud se había congregado en Mashad en el patio purificado [del santuario del imam Reza (P)]. Y la noche anterior, la gente en Teherán atiborró de muchedumbre [el cementerio de] Behesht-e Zahrá. Lo que eso significa es que nuestros iraníes, nuestro querido pueblo considera incluso Nouruz una fiesta espiritual y comienza el año con la atención y la confianza puestas en Dios Altísimo. Hay que estar agradecidos a Dios por que, a pesar de la tóxica y ponzoñosa propaganda usada por los enemigos para alejar al pueblo de Irán de la espiritualidad, esa propaganda, esos gigantescos esfuerzos del enemigo hayan fracasado y nuestro pueblo se haya dirigido más hacia la atención a Dios, hacia la unicidad divina, hacia el recurso a los imames (la paz sea con ellos), acrecentándose su voluntad, sus manifestaciones de afecto y su adhesión.

Estos días son del Príncipe de los Creyentes (con él sean las bendiciones y la paz), y ahí hay una lección para nosotros. El Príncipe de los Creyentes es el summum de la justicia, el summum del temor de Dios, el summum del desprendimiento en toda la historia. Si el pueblo de Irán y los pueblos musulmanes quieren aprovechar la lección de aquel gran hombre, el mayor de los hombres después del Nobilísimo Profeta, deben acudir más a La cumbre de la elocuencia. Yo recomiendo que, este año, quienes trabajan en el ámbito de la cultura presten especial atención al estudio y la enseñanza de La cumbre de la elocuencia.

Lo que yo quisiera decirles a todos es que no pierdan la oportunidad de hacer plegarias e implorar a Dios. Esta noche próxima es la noche vigésimo primera, luego viene la noche vigésimo tercera. Eso son oportunidades que son aprovechables. Cada hora de estas noches vale para nosotros lo que toda una vida. Ustedes pueden —en particular, los jóvenes—, con un acto de atención, con una plegaria, con una muestra de entrega, cambiar el destino de su propia vida e incluso la vida de una nación; con una plegaria. Dios Altísimo ha prometido: Wa ida sálaka ‘ibadi ‘anni fa-inni qarib uyibu dá’wata-d-da’i ida da’ani fa-l-yastayibu li (2). Dios Altísimo dice: «Estoy cerca, escucho, respondo». Wa-l-yú’minu bi quiere decir «crean». Crean esto, sepan que su plegaria, su petición, su imploración es escuchada por Dios Altísimo y recibirá respuesta, a condición de que no creemos obstáculos nosotros. Esa plegaria es un medio para el éxito, no solo en las cuestiones del más allá, del barzaj y del Juicio, sino incluso en su vida mundana, en su vida personal. Incluso en las grandes luchas, en las grandes acciones, la plegaria es efectiva, la plegaria es causa efectiva, es un medio. Ese medio lo ha puesto a nuestra disposición Dios, igual que el recurso a la intercesión de los imames (la paz sea con ellos). Los imames son califas de Dios, vicarios de Dios, manifestaciones del poder divino, manifestaciones de la ciencia divina. A ellos les pedimos. El servicio que Dios Altísimo ha encomendado a sus siervos justos, la labor que ellos hacen, la ayuda que ellos prestan es ayuda que nos está dispensando Dios: Wa ma ramayta id ramayta wa lakinna-l-Laha rama (3). Nosotros, Sus siervos, tenemos a nuestra disposición el recurso a los santos de Dios, a los Imames de la Guía (la paz sea con ellos), la imploración a Dios. Esas cosas han de ser valoradas.

En sus grandes dificultades, los profetas de Dios recurrían a la intercesión y elevaban plegarias. En el Corán se relata sobre el profeta Moisés (la paz sea con él) como, en su virulenta lucha con Faraón, dice: Rábbana ínnaka atayta Fir’auna wa malá’ahu zínatan wa amwalan (…) Rábbana li-yudil·lu ‘an sabílika, Rábbana atmis ‘ala amwálihim wa áshdud ‘ala qulúbihim (4). Él reza y, para vencer a Faraón, pide ayuda a Dios Altísimo. Y en respuesta, Dios Altísimo le dice: Qad úyibat da’wátukuma fa-staqima (5). Han rezado ustedes, han pedido a Dios que les conceda la victoria en la lucha con Faraón; eso han pedido. Pues muy bien, qad úyibat da’wátukuma. «Su petición ha sido atendida», ¡fa-staqima! Pónganse en pie, con firmeza, con tenacidad, con esperanza. Moisés (la paz sea con él) actuó conforme a esa recomendación divina, cumplió esa orden divina y, en la lucha entre la espada y la sangre, hizo que la sangre triunfara sobre la espada. La lucha de la nación iraní ha sido también así —con súplicas de intercesión, con plegarias, con atención a Dios, con persistencia, con firmeza— y así será.

Por supuesto, el frente del bien paga un precio en esta lucha. Quisiera destacar este punto. Veamos con esa perspectiva los acontecimientos del año 1403 H. s., el año pasado. En la lucha entre el bien y el mal, la victoria pertenece al bien, pero el frente del bien paga un precio. En la Guerra de los Ocho Años, en la Sagrada Defensa, un lado éramos nosotros y el lado contrario era la coalición mundial reunida tras Saddam. Ocho años duró la guerra y, después de ocho años, el mundo entero aceptó que era Irán —un Irán solitario y con las manos vacías— quien había vencido al adversario. Eso lo entendieron todos, lo dijeron todos, lo corroboraron todos. Pero, al fin y al cabo, en esa victoria perdimos a muchos Hemmat, a muchos Bakerí, a muchos Jarrazí, a muchos Chamrán. Son pérdidas, son precios a pagar, pero se hace en el camino hacia la victoria final. En los acontecimientos del año pasado, perdimos a grandes hombres. Se perdió a figuras valiosas, tanto iraníes como libanesas. Para nosotros fueron calamidades como las ocurridas a Moisés. Allá fue lo mismo. Moisés (con él sea la paz), cuando fue a Egipto, no tuvo una vida tranquila y cómoda. Él y los Hijos de Israel estaban en condiciones extremadamente duras: Qalu udina min qabli an ta’tíana wa min ba’di ma yí’tana (6). Decían a Moisés los Hijos de Israel: «Antes de que usted llegara para alzarse como profeta frente a Faraón, sufríamos torturas, y ahora que ha venido, ¡también!». Qala Musa li-qáumihi-staínu bi-l-Lahi wá-sbiru (7). [Moisés dijo:] «Invoquen la ayuda divina, pidan a Dios Altísimo que los ayude, tengan paciencia, resistan y las cosas se arreglarán». Y se arreglaron. Aquellos mismos que se quejaban de que los estaban torturando vieron con sus propios ojos como Faraón y los suyos se hundieron en las aguas en completa humillación y fueron aniquilados, sin que quedara rastro de su poder ni de su reinado. Tan solo quedaron a la vista los cuerpos, para que sirvieran de escarmiento. Contemplen desde esa perspectiva los acontecimientos que se producen, los apuros y las dificultades, y eso no solo en el ámbito de la lucha. El año pasado, año 1403 H. s., tuvimos también amargos desastres naturales. En Tabás, más de cincuenta personas perdieron además la vida en una mina (8). Claro, son sucesos amargos. Y lo que dice Moisés (P) es eso: Istaínu bi-l-Lahi wá-sbiru. Invoquen la ayuda de Dios Altísimo, pidan Su ayuda y tengan paciencia. No tengan duda de que el resultado final de esa resistencia será la derrota de los enemigos. Será la derrota del maléfico, corrupto y pecaminoso régimen sionista.

Un punto importante que señalé a la nación iraní ayer en el primer mensaje del cambio de año (9) y en el que deseo insistir es que, en esos trágicos acontecimientos del año 1403 H. s., se hizo patente la fuerza espiritual del pueblo de Irán; se hicieron patentes la paciencia, la firmeza, el arrojo y la bravura del pueblo iraní. Ante acontecimientos como el martirio de un presidente y un grupo de estadistas, los pueblos flaquean. El pueblo de Irán mostró su reacción ante ese suceso con aquella grandiosa y épica despedida, aquella grandiosa muestra de presencia de la gente en el cortejo fúnebre de su presidente querido (10). También, en el rezo del Viernes de la Victoria (11), que asombró al mundo. En todo el país tuvo lugar aquel rezo de viernes histórico, y la gente acudió. El enemigo amenazaba, quería que el pueblo se sintiera en peligro, pero el pueblo se mantuvo firme, acudió. Multitudes insólitas. Igualmente, en las elecciones presidenciales (12), con el entusiasmo de la gente y su determinación para no dejar que los asuntos del país quedaran parados. Participaron en las elecciones y, en cincuenta días, eligieron un presidente, formaron gobierno. En los funerales del mártir Haniyeh (13) y en los distintos cortejos fúnebres, al afrontar los sucesos de Líbano, de Palestina y otros, el pueblo de Irán mostró su fuerza espiritual, su espíritu. Y la culminación de todo ello fue la marcha del Veintidós de Bahmán (14). La marcha del Veintidós de Bahmán del año 1403 fue una de esas marchas históricas. Después de cuarenta y seis años, el pueblo iraní realiza en el Veintidós de Bahmán esa grandiosa movilización en memoria de la revolución contra la cual vocifera y se desvela Estados Unidos, contra la cual se afana Europa, mientras hipócritas del mundo de todo pelaje, matones, crápulas y depravados de cualquier parte del mundo en la que están y donde pueden, actúan contra la República Islámica. El pueblo de Irán se ha dado a conocer al mundo. ¡Queridos míos! Conozcámonos nosotros mismos. El pueblo de Irán ha de darse a conocer a sí mismo. Somos una nación fuerte, somos una nación valiente. Todas esas cosas, esa valentía, esa presencia, esa puesta en acción, tuvieron lugar en momentos en que la gente estaba asediada por los problemas económicos. Normalmente, ese tipo de problemas hace que los grupos humanos pierdan la esperanza, los deprime. Pese a todos los problemas, nuestra gente salió a la palestra a defender el sistema, y los enemigos del sistema vieron a su pesar ese apego del pueblo de Irán a la República Islámica.

La gente se mostró además entusiasta en el terreno del trabajo por el país. Lo dije ayer y lo repito: la divisa que dimos el año pasado (15) no se cumplió en su totalidad. Eso, por un lado. Ahora bien, en materia de trabajo, de desarrollo, de acondicionamiento, construcción y progreso, la gente por lo menos no escatimó esfuerzos. Se llevaron a cabo grandes trabajos. De una parte, se informó en la reunión en que se juntaron en esta misma husainiya los empresarios (16); otra parte de las tareas realizadas se difundió. Y ahora vean ustedes el gran número de planes útiles para la gente —algunos grandes, otros pequeños, pero numerosos—que han llegado a inaugurarse en estos últimos meses. Eso muestra que, en el plano del trabajo, a Dios gracias, la gente es activa. Por supuesto, no estamos satisfechos. Hay muchas tareas que deben llevarse a cabo, de las cuales yo he colocado una como divisa de este año. Les daré unas breves explicaciones al respecto.

En la cuestión de la producción, lleva insistiendo un servidor varios años: Salto en la producción, Participación de la gente en la producción, etc. Todo, relacionado con la producción. ¿Por qué? Porque la producción es una de las claves principales para la mejora de la economía del país y las condiciones de vida de la gente. La producción interna es de gran importancia. Ahora bien, producir requiere inversión. En cuanto se habla de inversión, algunos piensan en inversión de los extranjeros. Y no: inversión de nuestra propia gente. Esa liquidez que hay a disposición de la gente, eso que algunos gastan en monedas de oro, en fincas, en vivienda o en divisas, causando problemas al país —además de no aportar ningún beneficio, también se crean problemas—, si esa liquidez se dirige hacia la inversión para la producción, el país progresará. De pequeños a grandes capitales, desde un pequeño gallinero hasta una enorme factoría, todo ello es inversión. Son cosas que se pueden hacer.

Este año, un servidor dijo que el lema del año era Inversión para la producción. Todos, tanto la gente como el gobierno, han de prestar atención a ese lema y ayudar en la medida en que puedan. A cada uno le corresponde un deber. La gente tiene uno, y el gobierno otro. El deber de la gente es, aquel que pueda, que tenga un dinero, unos medios para generar una producción, aunque sea pequeña, que lo haga —aquellos que tomaron la iniciativa y actuaron, se beneficiaron tanto ellos mismos como el país y la gente—, hasta llegar a aquellos que son grandes empresarios, empleadores, creadores de empleo, que pueden poner a producir a varios miles de personas. Todos ellos [tienen ese deber]. Eso, en cuanto a la gente.

Y el deber del gobierno, ¿cuál es? El deber del gobierno es preparar las condiciones para esa labor. Ese es el deber del gobierno: preparar las condiciones. Gracias a Dios, el gobierno está establecido; tenemos un gobierno establecido. No es como el año pasado, que haya traslados, cambios, etc. Este gobierno puede hacer planes para preparar las condiciones. Para aumentar la producción hay ciertos requisitos previos, de los cuales el más importante es el incremento de la inversión. Si la inversión aumenta, aumentará la producción. Esa es este año mi recomendación a todas las personas.

Por supuesto, la gente, aquellos que tienen capacidad, si quieren invertir, necesitan que su capital esté seguro. Esto lo digo a los agentes de supervisión responsables de los distintos organismos, tanto en el Gobierno como en el Poder Judicial o en la Asamblea: seguridad de la inversión. Aquellos que quieren invertir deben sentirse seguros. Si no se sienten seguros, las cosas no avanzan, no actúan. Nosotros vemos que a veces, en algunos lugares, los organismos de supervisión es como si no estuvieran; están ausentes, y así se hacen cosas ilícitas. Eso está mal. Pero, en otros lugares, los organismos supervisores son innecesariamente estrictos, y eso también es incorrecto. Por una parte, está eso, y por otra la cuestión de la estabilidad de las leyes y regulaciones: que no se cambien cada día las regulaciones, los reglamentos y las normativas, para que el inversor tenga la tranquilidad de que puede confiar e invertir.

Otra necesidad que, una vez más, compete a las autoridades es que acorten el proceso de inversión. A veces nos llegan cartas donde se quejan de que quieren invertir y los tienen dos años, tres años esperando ¡a que concedan un permiso! Eso tampoco está bien. Tienen que reducir los intermediarios y ser capaces de acelerar ese proceso.

Otra cuestión es la de las importaciones. A veces, una empresa, una entidad consigue con mucho esfuerzo producir una mercancía dentro del país, y al mismo tiempo, otro organismo —gubernamental o no— ¡importa esa misma mercancía del extranjero! En fin, eso daña a la producción nacional. El gobierno debe cuidar de todo eso.

Una de las condiciones necesarias para invertir es dar a conocer las oportunidades. La gente dice: «Muy bien, nosotros tenemos algo de dinero, ¿qué hacemos? ¿Cómo tenemos que invertir?». Hay que guiarlos. Los distintos organismos, los distingos organismos gubernamentales han de dar a conocer las oportunidades de trabajo en su ámbito de actividad, decírselo a la gente, utilizar la televisión, que se explique, que la gente reciba orientación sobre cómo puede invertir. Por ejemplo, una de las cosas que se pueden hacer en este terreno es [invertir en] empresas basadas en el conocimiento.

En cualquier caso, si los responsables del país quieren resolver la cuestión de las condiciones de vida de la gente —que, por supuesto quieren, eso lo sabemos: los responsables del país, los responsables gubernamentales quieren realmente y con insistencia arreglar las condiciones de vida de la gente—, eso no puede hacerse únicamente con trabajo asistencial. Por supuesto, las labores asistenciales están bien, pero es con trabajo de fondo como se puede, y uno de esos trabajos de fondo es esa cuestión de la producción y la inversión. Vayan ustedes en ese sentido. A este respecto se pueden decir muchas cosas.

Las personas conocedoras de los asuntos económicos y responsables, con sentido de la responsabilidad, han de orientar a la gente, explicar las maneras y las actividades, orientar al gobierno y ayudarlo. Algunos tienen soluciones; me escriben cartas y hacen propuestas. Bien, el Liderazgo no interviene en la planificación económica —no tiene derecho a intervenir—. Esa es tarea del gobierno. Es el gobierno quien debe hacerlo, y nosotros enviamos eso al gobierno. Lo fundamental es que los responsables del gobierno sepan qué deberes les incumben, qué se espera de ellos, y Dios mediante hacerlo. Eso, en cuanto a la cuestión de la divisa del año.

Una cuestión sobre las discusiones políticas de estos días y lo que dicen los estadounidenses y la gente del gobierno de los estadounidenses, que dice alguien una cosa, viene uno y completa lo dicho, llega otro y lo niega y otro más lo ratifica. Yo solo haré un par de consideraciones. La primera, que es importante, es que los estadounidenses han de saber que, frente a Irán, jamás llegarán a ninguna parte con amenazas. Segundo punto: que sepan tanto ellos como los demás que, si cometen alguna maldad contra Irán, se llevarán una dura bofetada.

Siguiente asunto: hay un gran error que cometen los políticos estadounidenses, europeos, etc., y es que a los centros de Resistencia en la región los llaman «fuerzas proxy de Irán». Los están insultando. ¿Cómo que proxy? El pueblo de Yemen tiene su propia motivación. Los centros de Resistencia en los países de la región tienen sus motivos. La República Islámica de Irán no necesita delegados. ¿Qué es eso de proxy? ¡Son ellos mismos! Al comienzo de la usurpación de Palestina, uno de los países que estuvo en primera línea enfrentándose a aquello fue Yemen. El gobernante de entonces fue, participó en una reunión internacional y se opusieron. Ellos están en contra de esos hostigamientos, de esas maldades, de esas atrocidades que, hoy como ayer, comete el régimen maléfico usurpador sionista con la gente. Se oponen, se mantienen firmes y resisten. Aquí no es cuestión de ninguna delegación. Su gran error es figurarse que ellos están haciendo esto como delegados, en representación de Irán. No, no señor. No es por delegación. Está claro lo que pensamos nosotros y está claro lo que piensan ellos.

Hoy, las vilezas del régimen sionista, del despiadado régimen sionista —y realmente decir despiadado es quedarse cortos— han llenado de dolor el corazón ¡de muchos pueblos no musulmanes! Se organizan manifestaciones contra el régimen sionista en Estados Unidos y en algunos países europeos. Esas cosas no las quieren ver. Los estadistas occidentales no quieren ni ver eso, ni entenderlo ni saber lo que piensan sus pueblos. Dicen: «A la universidad en Estados Unidos cuyos estudiantes salieran a manifestarse por Palestina, córtenle el presupuesto» (17). Ahí tienen la libre circulación de la información, ahí tienen el liberalismo, la libertad, ¡los derechos humanos! Así es como actúan. Pues no, hoy los pueblos están indiscutiblemente en contra de las vilezas que comete el régimen sionista, se oponen y, de la manera que pueden y aquel que puede, resisten. Por su parte, la República Islámica se mantiene firme frente a esas coacciones y frente a esas vilezas. Nosotros hemos expresado con franqueza nuestra posición: apoyamos a los combatientes palestinos, a los combatientes libaneses que defienden su país, a Gaza, a Palestina. Esa ha sido siempre la postura de la República Islámica. Por supuesto, amenazan. Pero sepan que nosotros jamás hemos sido los iniciadores del choque y el conflicto con unos ni con otros. Pero si alguien empieza y comete una vileza, que sepa que se llevará unas duras bofetadas.

Con ustedes la paz, la misericordia de Dios y Sus bendiciones.

NOTAS

(1) Toda alabanza sea para Dios, Señor de los Mundos, y las bendiciones y la paz para nuestro maestro Abulqásim al-Mustafa Muhammad, así como para su familia excelsa, purísima y selecta, en especial para el Imam de la Época.

(2) «Y cuando Mis siervos te pregunten por Mí, [diles que] en verdad, Yo estoy cerca y respondo la súplica del suplicante cuando Me suplica» (Sagrado Corán, 2:186).

(3) «Ni eras tú quien lanzaba cuando lanzabas, sino Dios Quien lanzaba» (Sagrado Corán, 8:17).

(4) «¡Señor nuestro! En verdad, Tú has dado a Faraón y a sus notables adornos y riquezas (…) para que se extravíen, Señor nuestro, de Tu camino. ¡Señor nuestro! Elimina sus riquezas y endurece sus corazones» (Sagrado Corán, 10:88).

(5) «Vuestra súplica ha sido aceptada. Seguid ambos el camino recto» (Sagrado Corán, 10:89).

(6) «Dijeron: “Fuimos perseguidos antes de que vinieses a nosotros y después de haber llegado”» (Sagrado Corán, 7:129).

(7) «Moisés dijo a su pueblo: “¡Invocad la ayuda de Dios y sed pacientes!”» (Sagrado Corán, 7:128).

(8) Una explosión en la mina de carbón de Tabás causada por una fuga de gas, falta de ventilación adecuada y una explosión en una de las secciones, dejó decenas de muertos y heridos entre los mineros.

(9) Mensaje con ocasión del Nouruz de 1404 (20/3/2025).

(10) Funerales de los Mártires del Servicio (22/5/2024).

(11) Oración colectiva del viernes 4 de octubre de 2024.

(12) La primera vuelta de las elecciones a la decimocuarta Presidencia de la República Islámica se celebró el 28 de junio de 2024; y la segunda vuelta, el posterior 5 de julio.

(13) El jefe del buró político del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (Hamás) Ismail Haniyeh, que se encontraba en Teherán para asistir a la ceremonia de investidura presidencial del doctor Masud Pezeshkián, halló el martirio en el suceso terrorista ocurrido el 31 de julio de 2024 en su lugar de alojamiento.

(14) El 22 de bahmán es la fecha del calendario iraní en que se celebra en todo Irán con grandes marchas populares el aniversario del triunfo de la Revolución Islámica de Irán frente al régimen de los Pahlaví en el año 1357 H. s. (11 de febrero de 1979 d. C.).

(15) Salto en la producción con la participación de la gente (véase el discurso discurso de Nouruz ante un público de extracción social diversa, del 20 de marzo de 2024).

(16) Discurso del encuentro del 22 de enero de 2025 con un grupo de productores y actores económicos del sector privado.

(17) El gobierno de Estados Unidos cortó en marzo de 2025 subsidios por valor de 400 millones de dólares a la Universidad de Columbia por acusaciones de antisemitismo. Igualmente, el Departamento de Educación de los Estados Unidos amenazó con cortar el presupuesto a 60 universidades, tras protestas en apoyo a Palestina.