«La misericordia de Dios sea sobre el fundador del gran Seminario Islámico de Qom, ese eminente y sabio ser humano, erudito en materia religiosa que fue el ayatolá Sheij Abdolkarim Haerí», subrayó el ayatolá Jameneí en su mensaje publicado este miércoles, conmemorando la memoria del fundador del Seminario Islámico de Qom.

Destacó que la Hawza o Seminario Islámico no es una mera institución de enseñanza y aprendizaje, sino todo un entramado en el que convergen conocimiento, formación y funciones sociales y políticas. «La Hawza es un centro académico con especializaciones definidas», señaló.

El líder de la Revolución Islámica subrayó que el máximo objetivo de la Revolución en este mundo es establecer la civilización islámica: «Una civilización en que ciencia, tecnología, recursos humanos y naturales, gobierno, política, poder militar, etc., se pongan al servicio de la justicia social y el bienestar público».

Añadió que la civilización islámica está basada en el ‘tawhid’ o unicidad de Dios y en el reconocimiento de la dignidad del ser humano por su humanidad, y no por su sexo, color, lengua, grupo étnico o geografía.

«Hoy vemos expresiones tangibles de esa civilización materialista en los países occidentales y en quienes los siguen: montañas de riqueza junto a abismos de pobreza y hambre; tiranía de los adictos al poder sobre cualquiera al que puedan oprimir», criticó así al enfoque de ciertos países occidentales.

Su eminencia denunció que «en la civilización materialista de Occidente, vemos que se usa la ciencia para perpetrar matanzas masivas; que se introduce la depravación sexual en las familias, incluso con menores y niños pequeños». 

El ayatolá Jameneí condenó «una crueldad sin precedentes, como en el caso de Gaza; se ven amenazas de guerra para inmiscuirse en asuntos ajenos, como ejemplifica el comportamiento de los gobernantes estadounidenses en años recientes». 

Finalmente, el líder de la Revolución Islámica sentenció: «La falsa civilización materialista de los países occidentales está destinada a perecer y desaparecer; es ley inexorable de la Creación: ‘En verdad, la falsedad estaba llamada a desaparecer’ (Sagrado Corán, 17:81)».