«Esa falsedad caerá. Lo falso no perdura, está condenado a desaparecer, sin duda alguna. Ahora bien, hay que actuar; esto no consiste en que nos sentemos a contemplar cómo esa falsedad se deshace y desaparece por sí sola; no, sino que cuando Dios anuncia que la falsedad caerá, eso significa que, si te alzas frente a ella, si luchas, si trabajas, es efímera y carece de solidez para resistir (...). Pero si se quedan parados o les muestran buena cara, les sonríen o huyen, o bien aplauden lo que hacen, no; no desaparecerán, sino que día a día se volverán más osados» (12/05/2025).