Su excelencia el ayatolá Jameneí, líder supremo de la Revolución Islámica, mantuvo el sábado una reunión con el Sr. Adil Abdul-Mahdi, primer ministro de Iraq, y la delegación que lo acompañaba, en la que, abordando el estado de las relaciones bilaterales, hizo hincapié en la profunda ligazón existente entre las convicciones, la cultura y la historia de las naciones iraní e iraquí. Estos lazos, agregó, «van mucho más allá de los vínculos normales entre dos países vecinos».
Comparando la importancia que reviste Iraq para el Gobierno y el pueblo de Irán con la actitud hacia el país árabe de Washington, el líder persa indicó que los vecinos de Iraq son conscientes de que el progreso y el bienestar de Iraq los beneficia, mientras que «los estadounidenses —en contra de lo que manifiestan de palabra— ven que la democracia y el sistema conformado por los actuales actores políticos de Iraq los perjudican». Por este motivo, el ayatolá Jameneí recomendó a su huésped que las autoridades de Bagdad «actúen de modo que los militares norteamericanos abandonen Iraq cuanto antes».
Tras agradecer en este contexto la inteligencia y sabiduría de la postura adoptada por el Sr. Adil Abdul-Mahdi respecto a los asuntos regionales, el líder de la Revolución islámica hizo un elogio de los recursos humanos del país vecino, destacando el valor demostrado por su juventud al enfrentarse al «tumulto» de Daesh, lo que el ayatolá Jameneí catalogó como «histórico».
Prosiguiendo en su elogio, Su Excelencia recalcó la importancia para Iraq de sus científicos y su clase cultivada, y recordó los asesinatos en serie de científicos iraquíes ocurridos al inicio de la invasión norteamericana: «Los estadounidenses estuvieron asesinando científicos desde el principio de su presencia en Iraq por conocer la importancia de ese gran capital humano», apuntó.
A la vista de estas capacidades y asimismo de las ricas reservas del subsuelo del país vecino, el líder de la Revolución iraní vaticinó que Iraq acabará siendo el país más influyente del mundo árabe, pero advirtió de que Washington y «sus seguidores en la región» están en contra de «la transformación de Iraq en el marco democrático actual», así como de «las personalidades y corrientes que están ahora en el poder», considerando que todo ello los perjudica.
Esa oposición solo se disipará, agregó el máximo dirigente persa, si las autoridades iraquíes se someten a la política estadounidense. Pero al no ser el Gobierno, el Parlamento y en general los actores políticos actuales de Iraq del agrado de Washington, alertó, los norteamericanos «están haciendo planes para sacar del escenario político» a todo el conjunto.
En este sentido, el líder de la Revolución Islámica insistió en la urgencia de diferenciar entre las declaraciones verbales sobre Iraq de los norteamericanos —así como de los saudíes— de sus intenciones profundas, y recordó que cuando Daesh tenía ocupada la ciudad de Mosul Washington «les enviaba armas y equipamiento, por más que ahora que Iraq se ha impuesto se presenten como amigos».
Aun sobre Daesh y en respuesta a una alusión del primer ministro a una subsistencia residual de la banda en Iraq, Su Excelencia llamó a mantenerse «totalmente alerta», dado que «si por un solo instante sienten debilidad en el Gobierno o en el pueblo iraquíes, recomenzarán sus crímenes de nuevo».
El ayatolá Jameneí insistió también en que el despliegue militar norteamericano en los países de la región perjudica a estos países y a sus pueblos y, dirigiéndose al Sr. Abdul-Mahdi, recalcó: «Ustedes deben actuar de modo que los estadounidenses retiren cuanto antes a sus militares de Iraq, porque en todos los países en los que han mantenido un despliegue prolongado el proceso de salida ha sido después problemático».
La presencia estadounidense en Iraq, consideró, sirve además objetivos que van más allá de lo meramente militar: «A lo que aspiran es a mantener una presencia que sirva sus intereses en el largo plazo y a formar gobiernos similares a los de tipo militar del principio de la invasión», advirtió.
Otro tema abordado por Su Excelencia fue la influencia del progreso científico en la prosperidad y el desarrollo del país: «Por experiencia, consideramos que el avance científico de Iraq prepara el terreno de una inmunidad duradera en distintos ámbitos».
Por último, el ayatolá Jameneí valoró como útil y provechoso el estrechamiento de los lazos entre el Gobierno iraquí y las autoridades religiosas.
Por su parte, el Sr. Adil Abdul-Mahdi expresó su gran satisfacción por poder reunirse con el líder de la Revolución Islámica. «Las autoridades de la República Islámica y el pueblo iraní han permanecido siempre al lado del Gobierno y el pueblo de Iraq en los momentos difíciles; en el caso más reciente, el triunfo de Iraq frente a Daesh, este se ha realizado con el apoyo de la República Islámica de Irán», indicó.
En cuanto a que, pese a la eliminación del aparato organizativo de Daesh, aún quedan restos de la banda en Iraq, el primer ministro señaló: «A pesar de todas estas cuestiones, actualmente el pueblo iraquí disfruta de una buena situación, en materia de seguridad y estabilidad».
Abdul-Mahdi hizo alusión igualmente a la reciente visita a Bagdad del presidente iraní, Hasán Rohaní —presente en el encuentro— y, en relación también con reuniones recién mantenidas en Teherán, destacó que en los encuentros se habían alcanzado «buenos acuerdos en los ámbitos del desarrollo ferroviario, la creación de polígonos industriales, la ampliación de los vínculos comerciales, el transporte y el dragado del río Arvand».
Por último, el primer ministro iraquí incidió en que las relaciones entre su país y la República Islámica de Irán son relaciones «especiales» y reiteró la posición de Bagdad, que «jamás se sumará a los embargos de Estados Unidos contra Irán».