En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

        La alabanza sea para Dios y  la paz y la bendición sea con Su Mensajero Mustafá y su familia purificada y magnánima, y con sus  compañeros bondadosos.     

        Dijo Dios el Altísimo:

«وَ اَذِّن فِي النّاسِ بِالحَجِّ يَأتوكَ رِجالًا وَ عَليّْ كُلِّ ضامِرٍ يَأتينَ مِن كُـلِّ فَجٍّ عَميقٍ ‍‍ لِيَشهَدوا مَن‍ـافِ‍ـعَ لَهُم  وَ يَذكُرُوا اسمَ اللهِ فيِّ اَيّامٍ مَعلومات» (سوره حج 27 و 28) 

        «¡Llama a la gente a la peregrinación para que vengan a ti a pie o en todo animal de monta, venido de todo paso ancho y profundo, para atestiguar los beneficios recibidos y para invocar el nombre de Dios en días determinados» (Corán 22:27-28)

        Esta voz celestial y permanente llama a los corazones e invita desde hace siglos a la humanidad a congregarse alrededor del eje del monoteísmo. Toda la gente es receptora de esta convocatoria abrahámica y orgullosa de ello; aunque los  oídos  no la  escuchen y los corazones cubiertos por el velo de la ignorancia y negligencia  se queden desprovistos y aunque haya quienes no se surtan de la aptitud y condición [precisas] para entrar en este ágape universal y eterno, o —en cualquier caso— no tengan el éxito de participar.

        Ahora habéis disfrutado de esta bendición y caminado  en el valle seguro de la hospitalidad divina. Además, Arafat,  Mash'ar, Mina, Safa y Marwa, la Casa [de Dios], la Mezquita Sagrada y la Mezquita  del  Profeta (PB), cada uno de estos [lugares] constituye un eslabón en la cadena de espiritualidad y ascensión espiritual del peregrino que, debe saber apreciar la magnitud de este logro y aprovecharlo como una provisión para su propia purificación, por el resto de su vida.

        El  punto más importante que impresiona e hace inquirir  a cualquier persona  pensante  es que la designación  de un lugar de encuentro permanente  para toda la gente, todas las generaciones y todos los años, en un punto definido y en un periodo determinado, es algo  único. Esta unidad de tiempo y espacio es uno de los principales secretos de la obligación del hach. Sin duda uno de los mejores ejemplos para la aleya que dice «para atestiguar los beneficios recibidos [de Dios]» (Corán 22:28), es esta misma visita anua de los miembros de la comunidad islámica a la Casa de Dios. Esta es la clave para la unidad islámica y el símbolo constructor de la nación del Islam  que debe estar bajo la protección de la Casa de Dios, pues esta le pertenece a todos: «la hemos establecido para los hombres, tanto si residen en ella como si no». (Corán 22:25)

        El hach, en este lugar y en este tiempo determinado, siempre y en todos los años, con un lenguaje elocuente y lógica evidente, exhorta a los musulmanes a unirse, algo que va en contra de los deseos de los enemigos del Islam que en todas las épocas y especialmente en esta,  han instigado a los musulmanes a enfrentarse unos contra otros. Mirad —hoy— las acciones arrogantes y criminales de Estados Unidos. Su principal política contra el Islam y los musulmanes es la guerra. Su deseo y esfuerzo perverso es hacer que los musulmanes se maten entre sí, arrojar a los opresores contra los oprimidos, apoyar grupos opresivos y a través de estos reprimir y eliminar brutalmente a los oprimidos y enardecer permanentemente el fuego de la sedición  y la discordia horrorosas. Los musulmanes deben estar atentos y neutralizar esta diabólica política. El hach allana el terreno de  conciencia, y esta es la filosofía de repudio a los politeístas y las potencias arrogantes en el hach.

        El espíritu del hach es el recuerdo de Dios. Siempre y en cualquier estado en que nuestros corazones se encuentren, los dotamos de alegría  y vida  con esta lluvia de misericordia. Hagamos que se arraigue en nuestro  corazón la confidencia   y confianza en Dios, que es el origen y fuente del poder, la gloria, la justicia y la belleza; de esta manera triunfaremos sobre la treta de los enemigos. ¡Queridos peregrinos! No olvidéis hacer súplica por la comunidad  Islámica y los oprimidos en Siria, Irak, Palestina, Afganistán, Yemen, Bahréin, Libia, Pakistán, Cachemira, Myanmar y otras partes del mundo; y pedid a Dios que corte las manos de los Estados Unidos y otros arrogantes y  sus esbirros.

        Que la paz y la misericordia de Dios sean con vosotros.

        Seyyed Ali Jameneí

        19/agosto/2018