¿Por qué tiene tal o cual político judío sionista de EE. UU., que no ha hecho más que mostrar malevolencia respecto al Islam y los musulmanes, que hacer juicios sobre los sunníes y chiíes del mundo islámico? ¿Por qué dice una cosa sobre los sunníes y otra del todo distinta sobre los chiíes?
El nacimiento del Santo Profeta (las bendiciones de Dios con él y su familia) insufló espíritu en el cuerpo muerto del mundo de la época. El mundo no estaba vivo más que en apariencia. Había gobiernos, monarquías, se realizaban esfuerzos y actividades, pero aquel mundo era la muerte de la humanidad y la virtud. Lo que existía era crueldad, opresión, discriminación y brutalidad. Las virtudes estaban muertas y el Santo Profeta (B) y su invitación insuflaron espíritu a aquel mundo.
Una de las herramientas que usan los enemigos es sembrar cizaña entre nosotros. Insisto, a esa cuestión debemos darle muchísima importancia. Hermanos, hermanas, musulmanes del mundo islámico, si este llamamiento llega a sus oídos, sepan que el día en que las palabras «sunní» y «chií» aparecieron en el discurso de Estados Unidos, esto nos causó gran preocupación. Toda persona sagaz se preocupó. ¿Qué tiene que ver EE. UU. con sunníes y chiíes? ¿Por qué tiene que hacer juicios sobre los sunníes y chiíes del mundo islámico tal o cual político judío sionista de EE. UU., que no ha hecho más que mostrar malevolencia respecto al Islam y los musulmanes? ¿Por qué tiene que decir una cosa sobre los sunníes y otra del todo distinta sobre los chiíes? En cuanto aparecieron chiíes y sunníes en boca de estadounidenses, la gente perspicaz e inteligente del mundo islámico se preocupó. Entendieron que se estaba diseñando una nueva trama, que finalmente se llevó a la práctica.
Hay toda una historia de fomento de la guerra entre chiíes y sunníes. Los ingleses son expertos en ello. Tenemos muchos registros y abundante información sobre la historia de las guerras desencadenadas creando discordia e instigando resentimiento entre sunníes y chiíes. Esa discordia fue creada por agentes ingleses —ya fuera en nuestro país, en el antiguo Gobierno otomano o en los países árabes—, con el propósito de lanzar a unos países contra otros. Sin embargo, el complot urdido hoy en día por los estadounidenses es aun más peligroso. ¿Acaso nos alegra el apoyo a una escuela del mundo islámico frente a otra? Entonces, si nos defienden a nosotros, ¿debemos estar contentos? No, deberíamos estar tristes y ver qué puntos débiles han encontrado en nosotros que quieran usar, y que han hecho que nos defiendan y apoyen.
Ellos se oponen a la esencia del Islam. Esa es la realidad. Tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, en EE. UU., el presidente de entonces dijo sobre lo ocurrido que (la respuesta a) aquello era una cruzada. Estaba en lo cierto. Él era una mala persona, pero esas palabras señalaban una realidad: la batalla entre el Islam y la Arrogancia. Por supuesto, él se refería a una cruzada de «la Cristiandad», pero estaba mintiendo. Los cristianos viven en seguridad completa en el mundo islámico, como es el caso en la actualidad en nuestro país. También es el caso en otros países. De lo que él estaba hablando era de la batalla entre las potencias arrogantes hegemónicas del mundo, por un lado, y el Islam, por otro. Eso era correcto, y fue una declaración sincera. Cuando los señores que gobiernan Estados Unidos en la actualidad dicen que no tienen nada contra el Islam, sino que se oponen a tal o cual orientación islámica, están mintiendo. Actúan con hipocresía y deshonestidad, porque a lo que se oponen es a la esencia del Islam, y la manera que han encontrado de hacerlo es fomentar una guerra entre musulmanes.
En otras épocas, esa batalla se presentaba en nombre del paniranismo, el panturquismo, el panarabismo, etc., pero no surtió efecto. Ahora quieren crear discordia en el nombre de la religión para lanzar a los jóvenes unos contra otros. El resultado es que se generan corrientes terroristas, como Daesh y otras, con el dinero de quienes dependen de Estados Unidos, con ayuda de Estados Unidos y con la colaboración de los aliados de Estados Unidos. Así es como han encontrado la posibilidad de actuar y cometer crímenes en el mundo islámico. Ese es el resultado.
Mienten cuando dicen que se oponen a los chiíes y defienden a los sunníes. ¿Los palestinos son chiíes o sunníes? ¿Por qué maltratan de esa manera a los palestinos? ¿Por qué no condenan en modo alguno los crímenes contra los palestinos? ¿Cuántas veces ha sido atacada Gaza? ¿Cuántas veces han sido sometidos a presión los territorios de Cisjordania? Ahora mismo están bajo presión. No son chiíes, sino más bien sunníes. Para EE. UU., la cuestión no tiene que ver con chiíes o sunníes. Todo musulmán que quiera vivir con el Islam y con normas y leyes islámicas, así como todo musulmán que luche por ello y avance en esa vía, es considerado por ellos un enemigo.
29 de diciembre de 2015