La Resistencia ha ido rebasando las fronteras de la República Islámica. Esto no quiere decir que nosotros deseemos exportar la idea o el concepto de resistencia. Alguna gente, políticos y otros, se quejan aquí y allá de que nosotros queremos exportar la Revolución. Nosotros no estamos exportando la Revolución. La Revolución es una idea, una filosofía, un programa. Si una nación la aprecia y la adopta, la hace suya. ¿Acaso nosotros les decimos a otros países que se manifiesten en el Día de Al-Quds? Lo hacen por sí mismos. Ellos mismos desean hacerlo. La resistencia ha sido aceptada por otras naciones de manera autónoma.

Hoy en día, en nuestra región —el oeste de Asia—, el lema común de los pueblos es «Resistencia». Todo el mundo está de acuerdo en resistir. Evidentemente, alguna gente osa entrar en acción como resistente y otra no, pero quienes se atreven a hacerlo no son pocos. Las recientes derrotas sufridas por los estadounidenses en Irak, Siria, el Líbano, Palestina y otros países similares son resultado de la labor de los grupos de la Resistencia. El campo de la Resistencia es hoy en día un campo fuerte.

Por supuesto, no negamos que otros se hayan visto alentados a resistir a causa de la firme resistencia, el progreso y los logros del pueblo de Irán. Esto ha sido además reconocido por analistas y expertos políticos no iraníes de todo el mundo. Un célebre analista de la política internacional, cuyo nombre todos ustedes han oído, dice que una de las razones principales de la enemistad de EE. UU. con la República Islámica es que esta eligió la vía de la resistencia, tuvo éxito en ella y ha conseguido superar los obstáculos. Ese es uno de los motivos de esa enemistad. Quieren que seamos derrotados. Desean que nos desanimemos. Quieren que alcemos las manos en señal de rendición. Como no lo hacemos, nos son hostiles. 

4 de junio 2019

 

Actualmente, la cuestión de Palestina es una de las más importantes para el mundo islámica; es, de hecho, la más importante. Y ellos, mientras tanto, organizan una cumbre en Bahréin por orden de EE. UU. a fin de destruir la causa palestina. Los gobernantes de Bahréin deberían saber que lo que están haciendo es tirar piedras sobre su propio techo. No deberían dejarse engañar por los saudíes. Tanto ellos como los saudíes están tirando piedras sobre su propio techo, y saldrán perjudicados: «Pronto la habrán gastado y tendrán que lamentarse de ello» (Sagrado Corán, 8:36).

Gastan dinero y se esfuerzan mucho, pero todo eso acabará perjudicándolos, en contra de lo que esperaban. El Corán lo dice de manera decisiva. Todos esos actos acabarán perjudicándolos, pero no lo entienden. Es lamentable, pero no lo entienden. Pueden volver sobre sus pasos, porque el camino de vuelta está abierto. Pueden arrepentirse, porque el camino del arrepentimiento está abierto: «Excepto a aquellos que se arrepientan y rectifiquen» (Sagrado Corán, 2:160). Deberían rectificar y corregir la corrupción que han causado.

Eso es lo que necesita hoy el mundo islámico. Los problemas del mundo islámico se resolverán si los musulmanes cooperan unos con otros en armonía. Debemos esforzarnos por ello. Los intelectuales del mundo islámico son responsables. Los ulemas del mundo islámico son responsables.

Nosotros, en la República Islámica, hemos aceptado el precio a pagar por defender a Palestina. Hemos hecho público que apoyaremos a Palestina. El mundo de la arrogancia se alzó contra nosotros y nos asestó golpes, pero nosotros resistimos, nos mantuvimos firmes y seguiremos manteniéndonos firmes. Tenemos la certeza de que la victoria final será de la nación palestina.

5 de junio de 2019