Eso es lo que escribían los cautivos. Es de extrema importancia para una nación que aquellos que están presos del enemigo escriban a su Gobierno diciéndole que quieren ser liberados con dignidad, en lugar de actuar como descreídos, suplicándonos una y otra vez que hagamos algo para que los suelten.

Nos escribían diciendo que no querían que nos humillásemos ante el enemigo por su libertad. Tales situaciones hemos tenido; son parte del registro de nuestro honor nacional, y quedarán a salvo para siempre. Por parte de las familias y del pueblo era igual. Aunque los padres, madres, esposas e hijos sufrían, nunca crearon problemas a las autoridades ni las presionaron.

Sabían que las autoridades estaban trabajando con ahínco para que los presos fueran liberados con dignidad y honor; algo que Dios Todopoderoso nos ayudó a conseguir. Fue voluntad divina. Todo logro que realizamos se debe al deseo y la voluntad de Dios.

Nosotros hacemos poca cosa (sin Él). Evidentemente, los hermanos de la Administración se esforzaron mucho, pero fueron la gracia y la voluntad de Dios las que prepararon el terreno e hicieron que sucediera. Fue voluntad de Dios, y así seguirá siendo en el futuro.

Imam Jameneí, 26 de agosto de 1990