Con motivo del inicio de los Diez Días del Alba y en vísperas del cuadragésimo segundo aniversario del triunfo de la Revolución islámica, KHAMENEI.IR publica una selección de declaraciones del imam Jameneí sobre el secreto de 42 años de resistencia del pueblo iraní frente a las arrogantes potencias mundiales.
«Con la vista puesta en la aleya «Y pedid a Dios que os otorgue de Su favor», pidan el favor de Dios el Altísimo —en todos los ámbitos: personal, social, político, internacional…—, y Dios responderá. Cuando uno alcanza la seguridad respecto al favor y las bendiciones divinos, el primer efecto positivo es que uno se siente fuerte, se siente lleno de energía; la debilidad, el miedo y demás cosas de ese tipo se alejan de uno. Es algo magnífico y muy valioso. Otra sensación que aparece en uno al apoyarse en Dios, en Su poder inagotable y en Su gracia sin fin es la del surgimiento de la esperanza. La esperanza aparece en uno, crece y el corazón se ilumina con su luz. Y cuando hay esperanza, confianza en Dios, seguridad de uno mismo y fe en el poder divino, la nación se vuelve invencible, y la persona se convierte en un elemento libre de declive y decadencia desde el punto de vista de la fuerza, la energía y el progreso.
»El secreto de que en las palabras de los imames Puros y en las plegarias se nos incite tanto a pedir la intercesión de Dios el Altísimo, a remitirnos a Dios el Altísimo y a suplicar a Dios el Altísimo reside en que, una vez que uno se apoya en Dios, «los poderosos toman su poder de tu fuerza, de modo que envía tus bendiciones a Muhammad y a su familia, y haznos poderosos a nosotros; los generosos lo son por la abundancia de tus dones, de modo que envía tus bendiciones a Muhammad y su familia, y haznos dones a nosotros». ¡Oh Dios mío! Aquellos que en el mundo han podido preservarse frente a las tormentas, es por habérseles dado parte de tu fuerza, de modo que favorécenos a nosotros con ella.
»Así nos enseña a rezar el imam Sayad en la Sahifa Sayadiya. Si se nos recomienda que hagamos plegarias y súplicas, es para que no nos extraviemos y no cometamos errores. No se minusvaloren ni piensen que son débiles. Si se apoyan ustedes en la fuente inagotable de la fuerza y la riqueza, no tendrán ya necesidad de nadie. «¡Oh Dios! Haz con Tus dones que no necesitemos los de los dadivosos y aleja de nosotros el miedo a perder el vínculo con los demás». Cuando todo el mundo se dé la vuelta, ustedes serán poderosos.
»En la nación iraní ha surgido una pizca de esa sensación. Hace cuarenta años que resiste con solidez frente a las potencias insolentes, ruines, desvergonzadas y arrogantes del mundo. Ustedes y yo gozamos de apenas una brizna de un todo mucho mayor. Cuanto más lo acrecentemos, mayor será ese poder y esa capacidad» (13/08/2018).