En el nombre de Dios

El recuerdo del nombre de los mártires es motivo de orgullo para la nación y una indicación hacia el camino que lleva a la victoria. Su valeroso sacrificio prueba la grandeza de las naciones y la profundidad de los cimientos de su cultura y civilización. Todos tenemos el deber de honrar los luminosos nombres de los mártires y grabar en las memorias la grandeza del lugar que les corresponde. Para las calles y los barrios es un orgullo que brille sobre ellos el nombre de los mártires y la dignidad del martirio. Este es un don del que se goza hoy en día en todo el país, y así debe continuar. La paz de Dios, de quienes están cerca de Él y de los mártires queridos.

Seyed Alí Jameneí

25 de septiembre de 2019