El Consejo Superior de Comandancia del Cuerpo de Guardianes de la Revolución islámica ha mantenido hoy miércoles una reunión con el ayatolá Jameneí en la Husainiya del Imam Jomeiní, en la que el Líder de la Revolución Islámica ha insistido en el fracaso de la política estadounidense en el oeste de Asia y, en especial, de la estrategia de presión máxima contra Irán.
«Cuanto más gastan nuestros enemigos, más pérdidas sufren. ¿Cuánto han gastado aquí al lado, en Afganistán, y siguen saliendo perjudicados? ¿Y en Siria, Irak y demás? Dicen que han acabado con el Daesh. ¡No digan estupideces! Ustedes no acabaron con él; lo crearon, y quienes acabaron con él fueron los jóvenes de Siria, Irak, Líbano e Irán», ha dicho en la reunión la máxima autoridad persa.
La Administración norteamericana no solo ha realizado inmensos gastos en el suministro de armamento a la banda terrorista takfirí, sino que de hecho aún la está auxiliando: «Allá donde resultan sitiados, ayudan a huir a sus jefes en helicóptero. Un jefe de Estado me decía que ellos veían perfectamente vía satélite cómo Daesh vendía petróleo con ayuda militar de EE.UU.», ha revelado el ayatolá Jameneí.
El fracaso de la «presión máxima» norteamericana, ha añadido, es ya patente. Creían que, aplicando esa estrategia a Irán, la República Islámica se vería obligada a ceder y «suavizar» su postura, pero gracias a Dios, Washington ha comprendido ya que su política ha creado problemas al propio Estados Unidos. «Yo les digo con toda certeza que esa política seguirá fracasando en el futuro», ha vaticinado el Líder de la Revolución.
El propio presidente de EE. UU. ha cifrado en 7 billones de dólares el dinero gastado por Washington en el oeste de Asia sin conseguir materializar sus objetivos, ha recordado, para a continuación insistir en que, Dios mediante, ese proceso en que los esfuerzos norteamericanos se vuelven contra el propio Estados Unidos continuará.
Sobre la última sesión anual de la Asamblea de las Naciones Unidas, el ayatolá Jameneí ha incidido en cómo Washington trató de convertirla en la escenificación de un proceso de rendición de Teherán, para lo cual las autoridades estadounidenses acabaron suplicando hasta el último momento, pidiendo incluso a «sus amigos europeos» que mediaran para obtener una reunión con el presidente Hasán Rohaní, finalmente sin éxito.
Centrándose en la cuestión específica del programa de energía nuclear iraní y el acuerdo multinacional de 2015, el Líder de la Revolución ha advertido de que Teherán seguirá «con total seriedad» el proceso de reducción de compromisos iniciado en conformidad con el propio pacto ante el incumplimiento de la parte contraria, y ha instado al Ejecutivo persa a continuar por esa vía «con precisión, de manera completa e integral hasta llegar al resultado deseado» por la República Islámica, lo que ha asegurado que sucederá.
El ayatolá Jameneí ha considerado incluso positivos los embargos estadounidenses y, en particular, el que afecta a las ventas de petróleo de Teherán ―el fundamental, según ha insistido―, aunque en el corto plazo creen problemas a la economía persa. A partir de cierto momento, las autoridades iraníes tienen previsto dejar de diseñar los presupuestos anuales del país en función de la renta petrolera, lo que supondrá «un gran logro», ha recalcado el máximo dirigente persa.
«Los arrogantes repiten sin cesar que Irán debe convertirse en un país “normal”, con lo que quieren decir que debe volverse compatible con el sistema de dominación: que Irán se vuelva un país dominable. Con toda seguridad eso no ha ocurrido ni ocurrirá», ha advertido el ayatolá Jameneí, antes de llamar la atención sobre la simpatía despertada por la resistencia persa frente a las hostilidades estadounidenses entre numerosos intelectuales del mundo entero.