«Vean ustedes cuánto esfuerzo propagandístico se hace en el mundo para juntar en un lugar a diez o cincuenta mil personas, y al final no lo consiguen. Sin embargo, aquí, a pesar de los muchos obstáculos, solamente de Irán van a Kerbala para una marcha de ochenta kilómetros ―para caminar, no para disfrutar y estar tumbado en un hotel― dos millones de personas. Del mismo Irak y de otras regiones van varias veces más que eso. Esto es un acontecimiento divino ―un fenómeno divino―. Muestra que ese camino es el camino del amor, pero no un amor alienado, sino un amor acompañado de sabiduría, como el amor de los allegados a Dios. «¡Oh Dios! Concédenos Tu amor, el amor de quien Te ama y el amor por todo acto que nos haga llegar cerca de Ti» (1). Este amor es un amor acompañado de sabiduría. Sabe, entiende, y esa atracción lo lleva; ese magnetismo lo lleva. De manera que se trata de una gran acción; y el fenómeno es un fenómeno inmenso» (23/11/2016).

«Los ruines y criminales grupos takfiríes no pueden soportar la inmensa marcha de Arbaín ni la seguridad sin igual de que gozan los peregrinos del imam Husain (P), que ha neutralizado sus viles complots, y han cometido una terrible venganza llena de cobardía, mostrando de nuevo a todos su horrible rostro y su lúgubre infamia. De otras regiones del mundo, como Nigeria, Paquistán y Afganistán llegan también noticias amargas y turbadoras de los crímenes de sus correligionarios, recordando una vez más a todos los musulmanes y a las personas compasivas la peligrosidad de la corriente takfirí y de los Gobiernos que la fomentan» (26/11/2016).

«En el mundo están tratando de impedir que se vea ese potente foco de luz (que es la marcha de Arbaín), pero no pueden. Se verá. Intentan que no se vea o lo falsean, pero ni un intento ni otro dará resultado. Si ustedes siguen adelante, necesariamente la realidad sale a la luz» (23/11/2016).

«Este año han visto ustedes juntarse codo con codo a millones de personas en la marcha de Arbaín. Cuando ese inmenso movimiento de un grupo de musulmanes ―que además no era exclusivo de los chiíes, sino que había sunníes también― se conoció en el mundo, fue alabado y elogiado. Lo han considerado la mayor concentración del mundo. ¿Quiénes? Aquellos que siguen las cuestiones del Islam.

Me parece apropiado y necesario, al hablar de esa inmensa multitud, dar las gracias al Gobierno de Irak, al pueblo de Irak y a las tribus nómadas de Irak, que se han sacrificado en esta gran prueba y han mostrado su capacidad de servicio y de generosidad. Lo ocurrido este año en Kerbala ha sido asombroso. Los enemigos del Islam y de la Ahl-ul Bait se figuraban haber obstruido ese camino, pero ¡vean qué inmenso movimiento se formó! Cuando se ponen lado a lado incluso los cuerpos, así se ve. Si nos mantenemos juntos, si los países islámicos y las naciones musulmanas ―chiíes y sunníes, de las distintas sectas del sunnismo y el chiismo― aclaran sus corazones unos con otros, si no se albergan sospechas mutuas ni malas intenciones y si no hay injurias recíprocas, vean qué sucederá en todo el mundo. ¡Qué grandeza será para el Islam! ¡Unidad, unidad!» (09/01/2015).