El ayatolá Jameneí, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Irán, se ha referido en la mañana de este lunes, en un encuentro con mandos y empleados de la Fuerza Aérea y la Defensa Antiaérea del Ejército persa, a los hechos del 8 de febrero de 1979 para atribuirlos a la seguridad del imam Jomeiní (q. e. p. d.) y los combatientes en las promesas divinas, y ha llamado a cultivar esa fe en la sociedad como medio de transformar las amenazas en oportunidades, en especial aprovechando el actual asedio estadounidense para sacar la economía del país de la dependencia del petróleo.
«Con el régimen del pasado, el Ejército de Aire era la fuerza más cercana al centro del poder y a Estados Unidos, pero fue de ese mismo cuerpo que el régimen del shah recibió un golpe, sin haberlo imaginado nunca», ha señalado el Líder Supremo de la Revolución Islámica en el encuentro, celebrado en el cuadragésimo primer aniversario de la histórica jura de lealtad al imam de los oficiales de la Fuerza Aérea, acontecimiento que ha sido calificado por el máximo dirigente persa de «inolvidable», «asombroso» y portador de lecciones que deben aprenderse.
En particular, el ayatolá Jameneí ha indicado que, de acuerdo con las milagrosas aleyas coránicas, «Dios golpea al enemigo por donde jamás lo esperaría, y los creyentes se ven fortalecidos y respaldados también de maneras inesperadas, algo que en la cultura religiosa recibe el nombre de rizq la-yuhtasab, que es el sustento con el que no se había contado en los cálculos materiales».
Tras repasar los versículos del Corán en los que se insiste de manera explícita en la ayuda que recibirán quienes ayuden a la religión, el Líder de la Revolución Islámica ha recalcado la importancia de mantener la fe en esa promesa divina, mirar al futuro con esperanza y avanzar con paso firme. «Si reinan ese modo de pensar y ese espíritu en todos los organismos y en la sociedad de los fieles, los individuos de esos conjuntos convertirán con su firmeza de voluntad las amenazas en oportunidades e, de la misma manera que, en la actualidad y pese a los embargos de EE. UU., la Fuerza Aérea no solo repara y reconstruye cazas y aviones, sino que incluso ha llevado a cabo el diseño y fabricación de aviones de combate», ha añadido al respecto.
La clave de ese éxito de la Aviación militar persa, ha estimado el comandante en jefe de las FF. AA., está en haber abandonado las esperanzas respecto a posibles ayudas del extranjero y haberse centrado en emplear las capacidades nacionales. Ese cambio de actitud es extrapolable al conjunto del país, ha agregado, de tal forma que «de los embargos, que son acciones criminales, se pueden obtener aun así numerosas oportunidades para el país».
«Si los responsables operan con inteligencia se pueden aprovechar las circunstancias creadas por el bloqueo para salvar la economía del país de la dependencia del petróleo, que es un factor importante en la creación de muchos problemas», ha animado el Líder Supremo de la Revolución Islámica, no sin alertar de que, en la Administración de EE. UU. hay «algunas personas inteligentes» que han advertido esa posibilidad y tratan de «dejar abierto un canal para que la economía de Irán no se desenganche del todo» de la renta petrolera, por lo que ha llamado a los responsables ―en particular, los económicos― a mantenerse alertas.
Por otra parte, el ayatolá Jameneí ha puesto también en guardia a los gobernantes a propósito de la complejidad creciente de las herramientas y métodos empleados por los enemigos contra Irán, si bien ha valorado que también en de la República Islámica los métodos han ganado en sofisticación, de tal manera que en la actualidad, en distintos sectores del país «los métodos y las tareas están totalmente racionalizadas, son de gran sofisticación y están experimentando un progreso, lo que garantiza la profundidad estratégica del país y tiene al enemigo empantanado».
Respecto a la necesidad de Irán de fortalecerse en todos los aspectos ―uno de los ejes de las recomendaciones del Líder desde sus sermones del 17 de enero pasado en Teherán―, la máxima autoridad militar persa ha destacado la importancia de reforzar la defensa nacional, antes de precisar: «Nosotros no pretendemos amenazar a ningún país ni nación, sino que buscamos preservar la seguridad del país y disuadir las amenazas». Esta última insistencia ha sido justificada por el Líder de la Revolución señalando que «la debilidad anima al enemigo a actuar», por lo que, «para que no haya guerra y se acaben las amenazas, hay que hacerse fuertes».
El comandante en jefe ha finalizado dirigiéndose a las Fuerzas Armadas ―en particular, a las Fuerzas Aéreas del Ejército, las Fuerzas Aeroespaciales del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica y al Instituto de Industria de la Defensa― para reclamarles un esfuerzo para dar solidez a las bases militares del país en sus distintos aspectos, además de pedir una atención particular a maximizar el uso de las capacidades y talentos existentes en la nación. «Si los anteriores presidentes de EE. UU. ocultaban la trayectoria diabólica de su régimen con camuflajes diversos, hoy día el descarrío, el belicismo, el fomento de la discordia y la codicia de los norteamericanos por las posesiones de los demás han quedado ahora al descubierto, y esa senda errónea de los enemigos de la nación iraní está con toda seguridad condenada al fracaso», ha vaticinado.