El corazón de esa Agenda 2030, que dedica un capítulo importante a la educación es que el sistema de instrucción debe enseñar al niño un estilo de vida y una filosofía vital construidos sobre bases occidentales.
Ese es el corazón del contenido de la Agenda 2030. ¿Qué significa eso? Lo que quiere decir es: usted, persona religiosa que ama su país y a quien preocupa su futuro, forme en sus aulas soldados de Occidente.
Que se insista tanto en la Agenda 2030 y se trabaje así en ella intentando tanto de manera abierta como encubierta consolidarlo en las relaciones entre países, incluido el nuestro se debe a que las instrucciones, recomendaciones y puntos principales contenidos en el documento para la educación consisten en que esta debe ordenar el modo de relacionar ideas de los alumnos de tal manera que su filosofía de vida, sus cimientos existenciales y su concepción del ser sean conformes al pensamiento occidental.
Como les decía: «Pónganse ustedes a formar soldados para Inglaterra, Francia, EE. UU. y el resto de salvajes volcados en las apariencias, encorbatados y perfumados con colonia». Esos mismos que matan gente sin despeinarse. Esos que ayudan a asesinos sin despeinarse. Les preguntan por qué ayudan a los saudíes y responden que les hace falta su dinero. Saben qué están haciendo en Yemen y, aun así, los ayudan. ¿Y que estos estén ahí y nosotros formemos para ellos soldados, partidarios y siervos en Irán y en los países de Asia, del oeste de Asia e islámicos? Pues eso es la Agenda 2030. 05/01/2019