Con la doble ocasión del día 30 de jordad del calendario persa (este año, el 20 de junio), aniversario del atentado con bomba en el santuario del imam Reza (P), en que cientos de compatriotas hallaron el martirio o resultaron heridos, y del día 7 de tir (este año, el 27 de junio), aniversario del asesinato de 72 altos responsables del país por el grupúsculo MKO con sustancias explosivas, KHAMENEI.IR analiza los motivos de esos atentados y la causa del apoyo de países occidentales a grupos terroristas enemigos de la nación iraní.
No exageraremos si decimos que la calidad y cantidad de los atentados terroristas ocurridos en Irán desde la Revolución islámica no tienen precedentes en ninguna otra revolución del mundo; atentados cuyos objetivos han sido infundir terror en el corazón de la gente, vengarse de ella por su revolución y asestar golpes a los cerebros ideológicos de la Revolución islámica y del sistema de la República Islámica.
Para el pueblo iraní, la palabra «terrorismo» es bien conocida. Después del triunfo de la Revolución islámica en Irán y del fracaso de los planes expansionistas de EE. UU. en dicho país, un acontecimiento notable fue, al mismo tiempo que el inicio de la guerra de Saddam contra el país persa (con luz verde norteamericana), el comienzo de operaciones terroristas tanto contra responsables políticos como contra la población.
Venganza contra la población
El triunfo de la Revolución islámica fue tan inesperado para muchos analistas y políticos occidentales que ni siquiera pudieron comprender bien todas sus dimensiones ni predecirla. Desde el día siguiente de que diera fruto la Revolución islámica de Irán, comenzó la ola de «oposiciones» e «impedimentos», tanto interiores como exteriores, para dañarla. Uno de los métodos que desde el principio de la Revolución islámica han empleado constantemente los enemigos interiores y exteriores para dañar a la Revolución iraní ha sido el asesinato terrorista. En este sentido, el asesinato puede ser considerado el instrumento más antiguo y más corriente para eliminar a los oponentes.
17 000 víctimas del terrorismo
De manera general, las corrientes hostiles a la Revolución islámica en Irán pueden clasificarse en tres grupos: corrientes marxistas (en especial, el partido Tudé), corrientes nacionalistas (en especial, el Movimiento de Liberación de Irán) y corrientes eclécticas, de las que las más importantes han sido el MEK o MKO y el grupúsculo Furqán. Atendiendo a la historia, puede verse que la casi totalidad de los asesinatos cometidos en el inicio de la Revolución lo fue por los dos grupúsculos MKO y Furqán.
Entre los asesinatos terroristas más importantes cometidos por los dos grupúsculos mencionados en los primeros años que siguieron el triunfo de la Revolución islámica están el asesinato del general de división Valiolá Qaraní, primer jefe del Estado Mayor del Ejército de la República Islámica de Irán (23/04/1979); el del ayatolá Motahharí, presidente del Consejo de la Revolución y cerebro de la Revolución islámica (01/05/1979); el atentado fallido contra el hoyatoleslam Hashemí Rafsanyaní (25/05/1979); el asesinato de Hach Mehdí Araqí (13/08/1979); el del ayatolá Mohammad Alí Qazí Tabatabaí (02/11/1979); el del ayatolá Mofatteh (18/12/1979); el atentado fallido contra el ayatolá Jameneí (27/06/1981); el atentado con bomba contra el Partido de la República Islámica, en el que hallaron el martirio el ayatolá Beheshtí y 72 de los compañeros del imam Jomeiní (28/06/1981); el asesinato del hoyatoleslam Golam Hoséin Haqqaní (28/06/1981); el atentado con bomba en la oficina del primer ministro y el asesinato de los mártires Mohammad Alí Rayaí y Mohammad Yavad Bahonar (30/08/1981); el asesinato del ayatolá Alí Qoddusí (05/09/1981); el del ayatolá Mir Asadolá Madaní (11/09/1981); el del hoyatoleslam Seyed Abdolkarim Hashemineyad (29/11/1981); el del ayatolá Seyed Abdolhoséin Dastgueib (11/12/1981); el del ayatolá Mohammad Sadduqí (02/07/1982); y el del ayatolá Ataolá Ashrafí Esfahaní (15/10/1982). Además, han sido también blanco de los atentados de esas corrientes más de 17 000 personas de la población general. El punto álgido de los asesinatos se produjo en el verano de 1981, tras los atentados con bomba en la sede del Partido de la República Islámica y en la oficina del primer ministro, en los que hallaron el martirio muchos activistas de primera fila de la Revolución, así como cierto número de altos responsables del país. Con todo, esos asesinatos no se detuvieron. A modo de ejemplo, el 1 de septiembre de 1998 fue asesinado Asadolá Layevardí y, el 10 de abril de 1999, el teniente general Sayad Shirazí, hallando ambos el martirio.
El atentado con bomba en el santuario del imam Reza (con él la paz) fue una de las operaciones más salvajes de este tipo. En el atentado hallaron el martirio veintisiete personas y trescientas resultaron heridas. A las 14:26 del lunes 20 de junio de 1994, día de Ashura del año 1415 de la Hégira lunar, en el momento de mayor tránsito de gente que acudía al santuario del imam Reza para hacer duelo por el imam Hoséin (con él la paz), resonó en el santuario el estruendo de una explosión. A consecuencia del atentado, murieron o resultaron heridos cientos de niños, mujeres y hombres.
Un testigo ocular de lo ocurrido relató: «Ver la escena de brazos y piernas separados de los cuerpos de la gente y, en especial, de los niños era muy doloroso, y perdí el control sobre mí mismo. Los empleados que estaban allí presentes sollozaban y gemían como si hubieran sacrificado a sus propios hijos ante sus ojos». Después añadió: «Habían puesto la bomba junto al zarih de la tumba, y la explosión hizo un hoyo de unos ochenta centímetros de ancho y siete u ocho de profundidad».
Asesinatos para controlar la Revolución
Pero la cuestión principal es por qué y con qué motivo se cometían aquellos asesinatos. ¿Cuáles eran los objetivos de los enemigos al cometer aquellos atentados? ¿Por qué recurrían y recurren los enemigos de Irán a ese instrumento para dañar a la Revolución islámica?
Parece que el factor principal que ha llevado y lleva a que se realicen esos asesinatos es domar la Revolución islámica y a la República Islámica. Los enemigos de la Revolución sabían bien que, de no frenar la Revolución islámica, el modelo de esta no tardaría en replicarse por todo el mundo islámico e incluso en los países independientes del mundo, de manera que había que detener por los medios que fuera aquella revolución y perturbar su avance.
Es por ello que, en sus declaraciones del 3 de junio de este año en el santuario del imam Jomeiní, el Líder de la Revolución hizo alusión al asesinato terrorista como una de las maneras de los enemigos para crear impedimentos a la Revolución islámica, diciendo: «Una de las cosas que hacen es activar grupos de asesinato y organizar grupos terroristas. Eso lo han hecho en Irak, en Afganistán y en algunos países árabes de la región; también en nuestro propio país. Crean grupos terroristas y asesinan a personas concretas. En nuestro país, han atacado a científicos, haciendo que hallaran el martirio especialistas en energía atómica. Antes, atacaron a otras personas: personalidades políticas, culturales, científicas y religiosas. Esa gente ha crecido al amparo de Estados Unidos. Por los servicios que prestan a Washington, algunos de ellos han sido recibidos por los norteamericanos. Hoy en día, el MKO goza de la hospitalidad de Estados Unidos. Participan en reuniones diversas, en comisiones del Congreso norteamericano esos mismos impostores del MKO que aquí mataban a cualquiera de entre la gente común, de las grandes personalidades, científicos, ulemas, científicos, políticos, causando explosiones. Hoy en día están allí con ellos».
Cambio de orientación de los asesinatos, de la política a la ciencia
Entre enero de 2010 y enero de 2012, la índole y la «orientación» de los asesinatos experimentaron un cambio. El enemigo que hasta ese momento tenía en su programación asesinatos políticos para eliminar a los políticos de alto rango del Estado optó, en el lapso de tiempo señalado, por «asesinatos científicos», y dio el martirio a varios científicos nucleares de Irán.
En el otoño de 2010, menos de un mes antes de que fueran asesinados los doctores Mayid Shahriarí y Fereidún Abbasí, el director del servicio de espionaje inglés MI6, John Sawers, se colocó frente a las cámaras e informó de la realización de operaciones de inteligencia y seguridad para detener el programa nuclear de Irán. Dijo explícitamente: «La diplomacia no basta para detener el programa nuclear persa, y hay que proseguir las actividades de espionaje e inteligencia para hacer frente a Irán».
Tras el asesinato de los doctores Alí Mohammadí y Mayid Shahriarí, fueron asesinados, hallando el martirio a manos de grupos terroristas vinculados a Occidente, otros dos científicos nucleares de nuestro país: Dariush Rezaineyad y Mostafá Ahmadiroshán.
Pero la pregunta importante es: ¿por qué se desplazó el eje de los asesinatos antiiraníes hacia los científicos? ¿Cuál es la razón de ese giro?
El objetivo de los grupos hostiles, con el sistema de dominación mundial a la cabeza, fue y es en primer lugar domar la Revolución islámica por cualquier método posible. Por lo tanto, deben eliminar y apartar del camino todo aquello que la haga avanzar, convirtiéndola en modelo.
Tras reclamar el Líder de la Revolución un impulso en el ámbito de la programación y la producción científicas, en paralelo con el avance acelerado del país en la producción científica, el sistema de dominación comprendió que, en el periodo actual, el motor del avance de Irán está en el campo de la ciencia y la tecnología, como tantas veces ha recalcado el Líder de la Revolución, quien una vez dijo: «El progreso material del país depende, en primera instancia, de dos elementos: uno es el de la ciencia, y el otro el de la producción. Y, si no hay ciencia, la producción se resentirá también. El país avanza con ciencia».
De este modo, el asesinato de los científicos nucleares podría, por un lado, poner al país frente a un desafío científico en la senda de la producción de conocimiento atómico local y, por otro, infundir miedo en los corazones de decenas de miles de jóvenes devotos revolucionarios dedicados al esfuerzo en la senda del progreso científico de Irán.
Lo cierto es que, como siempre, esta intención fue acompañada de un error de cálculo por su parte, de tal modo que aquellos asesinatos causaron un mayor interés de los jóvenes devotos revolucionarios por estudiar las carreras relacionadas con el conocimiento y la tecnología nucleares, con el resultado, conforme han reconocido instituciones de prestigio internacionales, de que la velocidad del crecimiento científico de Irán es 13 veces superior a la media del crecimiento científico internacional.
Al enemigo le ha quedado claro que no es capaz de enfrentarse a la Revolución islámica en el terreno de la lógica
En su reacción a estos asesinatos terroristas, el imam Jomeiní (q. e. p. d.) los interpretó como un indicio de la carencia de capacidad dialéctica frente a la Revolución islámica, y dijo: «Muestra la impotencia de ustedes que maten a nuestros pensadores en la oscuridad de la noche. Es porque no tienen capacidad dialéctica. Si la tuvieran y pudiesen hablar, debatirían. Sin embargo, no tienen ustedes capacidad dialéctica. La lógica de ustedes es el asesinato y el terrorismo. La lógica del Islam considera el asesinato inválido. El Islam tiene lógica. Asesinando a nuestras grandes personalidades, estas y nuestro Islam se ven ratificados».