En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso (1).
Alabado sea Dios, Señor de los mundos, y vayan la paz y las bendiciones para nuestro maestro Muhammad y su familia pura, en especial para el Imam del Tiempo.
Felicito por anticipado el aniversario del nacimiento del imam Abulhasan al-Reza (con él la paz de Dios, y con él, sus antepasados y descendientes inmaculados y purificados las bendiciones de Dios), como felicito la Semana del Poder Judicial al conjunto de los empleados y trabajadores de dicho Poder del Estado, y expreso mi agradecimiento por las exhaustivas y provechosas palabras del Sr. Reisí, excelentísimo presidente de la Judicatura, que ha sido capaz de dar cabida en sus declaraciones a muchos de los asuntos que es necesario que oigamos nosotros, la gente y el conjunto del Poder Judicial. También yo haré alusión a algunos de ellos.
Pido la congratulación y la misericordia del Creador para los mártires del 7 de Tir (2), que fue un acontecimiento importante en la historia del país y de la Revolución, y para los mártires del Poder Judicial; en especial, para el ayatolá mártir Beheshtí, el mártir Alí Qoddusí, el mártir Asadolá Layevardí y los numerosos mártires tan importantes que dio el Poder Judicial en la Revolución y después, durante sus cuarenta años de servicio.
He hablado mucho de la importancia y la dignidad del Poder Judicial, y a lo largo de muchos años hemos expuesto sus deberes y cometidos yo mismo, los amigos y los responsables de la Judicatura, por lo que son cosas que no quiero repetir. Hoy voy a abordar varios puntos respecto a la transformación del sistema judicial. Las palabras del Sr. Reisí han girado principalmente en torno a esa transformación, que es una cuestión fundamental de gran importancia. Abordaré también varios puntos relativos a la lucha contra la corrupción que puede observarse hoy en día en el Poder Judicial.
Varios puntos sobre la transformación judicial:
1) Importancia del Plan de Transformación elaborado y mejorado por el Poder Judicial
En relación con el Plan de Transformación, lo primero es que he oído ―al parecer estaba también en el informe del Poder Judicial― que se ha hecho una edición mejorada del plan que diseñó y anunció el año pasado el excelentísimo presidente de la Judicatura, y que lo que ahora está al alcance de la institución y es objeto de su atención es un documento superior y más avanzado que el plan inicial en cuanto a la calidad del trabajo. Esta es para mí una muy buena noticia. Según se me ha informado, el Poder Judicial ha elaborado este documento con la colaboración de numerosas personalidades de las escuelas de teología islámica y de la universidad, lo que es un método completamente correcto, sólido y lógico. Además, la mejora del documento se ha llevado a cabo aprovechando las experiencias de personas selectas y experimentadas de dentro de la Judicatura. Si ese documento no se ha hecho público, háganlo, pónganlo en práctica y, en su momento, publiquen el historial de la aplicación de los programas llevados a cabo, para que la gente sepa cuánto han avanzado este plan y esos programas. Según han dicho hoy, en conjunto y de media están avanzados en un 80 %, aproximadamente. Si eso llega en detalle al conocimiento de la gente, tendrá sin duda efecto en la confianza en el Poder Judicial, lo que es muy importante.
2) Transformación sobre la base de los principios y fundamentos intelectuales islámicos y religiosos
Por supuesto, la transformación no es algo que se detenga. En cada momento, con las ideas nuevas, lo que se va aprendiendo y las iniciativas que aparecen, la transformación se produce de manera natural. Si Dios quiere, el movimiento de transformación proseguirá de esta misma manera. Por otra parte, algo que ya he dicho antes y en lo que insisto ahora es que la transformación debe estar basada en los principios y fundamentos intelectuales islámicos y religiosos. Si, por el contrario, no se apoya en unas bases, no es transformación, sino titubeos y caos. La verdadera transformación se producirá en el marco de unos fundamentos sólidos y robustos que se hayan tomado del Islam, del Corán y de los fundamentos de la religión. En la transformación también es necesario además que haya una dirección, que corresponde al excelentísimo presidente del Poder Judicial.
3) Confianza en Dios y ausencia de pasividad frente a las resistencias y dificultades de la transformación
Otro punto es que transformar las cosas es dificilísimo. Es fácil decir de palabra que tiene que haber una transformación, pero en la práctica hacerla es muy difícil. La razón es que frente a la transformación hay resistencias. Algunas de ellas no provienen de ninguna mala intención. Hay personas que no tienen ánimos ni paciencia para cambios radicales y otros no tienen la capacidad, y además es posible que algunos se beneficien del statu quo y no quieran que este cambie. Por supuesto, fuera del sistema judicial hay también una intrincada red de delincuentes, corruptos y similares que forzosamente se oponen también. Tras todo ello está además la actitud, ante el sistema de la República Islámica, de las estructuras del enemigo, que, cuando ocurre cualquier movimiento de reforma en cualquier punto de la sociedad islámica, se enoja, le hace frente y perturba la atmósfera. Son esos los contrarios que se oponen, y los contrarios no descansan. Ustedes salen a la arena de la transformación con fuerza, con ánimo y con osadía, pero ellos no se quedan quietos. También ellos se ponen a plantarles cara. Condicionan la atmósfera ―a veces, a través de los medios de comunicación― con tenacidad, creando ideas tentadoras para la opinión pública. Ahí está realmente una de las ocurrencias del «mal del susurrante tentador» (Sagrado Corán, 114:4). Una de las cosas que pueden hacer es perturbar la firme determinación de los adalides de la transformación. Permanentemente están dando consejos variopintos tales como «tal acción no es conveniente», para no dejar que eso se haga. En definitiva, que las resistencias frente a la transformación por parte de las distintas facciones a las que he hecho alusión serán abundantes.
El modo de hacerle frente es confiar en Dios: «Y quien confíe en Dios tendrá suficiente con Él» (Sagrado Corán, 65:3). Dios el Altísimo bastará por Sí mismo, será Él quien ayude. Escojan bien el camino, escojan bien su objetivo y, después, «predica a las gentes y mantente firme como te ha sido ordenado» (Sagrado Corán, 42:15). Avancen con perseverancia. Ese es el camino. Frente a los sabotajes, frente a las tentaciones, frente a las molestias que se crean, las atmósferas que se generan y demás, la única vía importante y efectiva que existe es no quedar pasivos, proseguir el camino y perseverar. Ese es el consejo de un servidor, y este era uno de los puntos que había que tratar.
4) Atención equilibrada a todos los deberes del Poder Judicial
Uno de los temas importantes en el ámbito de la transformación es que deben ustedes mantener el equilibrio al atender y sacar adelante todas las tareas del Poder Judicial, que son muchas. En la Constitución se expresan en cinco entradas que, en realidad, son más de cinco artículos, ya que algunos de los párrafos abordan varios asuntos. Afortunadamente, veo que esto está en el informe del Sr. Reisí. Por ejemplo, la cuestión del restablecimiento de los derechos públicos, que forma parte de esas tareas, o la prevención de la comisión del delito, que es también uno de esos importantes deberes. El Sr. Reisí ha prestado atención a esas cuestiones, que existen. Lo que yo quiero decir es que debe tenerse en cuenta que la atención a todos los deberes sea equilibrada. Es decir, no vayamos a descuidar el resto de las tareas cuando nos ocupamos de una y trabajamos en ella, y que la otra quede abandonada. El restablecimiento de los derechos públicos, pongamos por caso, es uno de esos deberes, y de gran importancia. Restablecer los derechos públicos es algo importantísimo. También está la supervisión de la buena aplicación de las leyes, que figura en la Constitución entre los deberes del Poder Judicial; igualmente, la prevención de la comisión del delito y la enmienda de los delincuentes. Todo ello figura entre los deberes mencionados en la Constitución, y a cada uno le corresponde un capítulo completo y significativo.
El restablecimiento de los derechos públicos es fundamentalmente tarea de las Fiscalías, y hay que decir, afortunadamente, que en esta última etapa es algo que se ha podido ver. Ahora, el Sr. Reisí ha dicho que intervendrán sin quedarse esperando una demanda. Claro que sí, así es: a menudo, cuando sientan que en algún caso los derechos públicos se están vulnerando, las propias Fiscalías deben entrar en acción y ponerse manos a la obra, como en ocasiones se ha visto. Los fiscales intervinieron en los sucesos de las riadas de marzo y abril de 2019. También han intervenido en otros sitios, como se ha visto recientemente en algunos casos. Esto es muy acertado.
También es importantísima la prevención, a propósito de la cual lo que importa es que identifiquemos bien las condiciones favorables a la comisión y el surgimiento del delito. Si esas condiciones se identifican y se conocen ―y ahora haré una consideración al respecto―, entonces podrán ustedes fácilmente hacer frente a la comisión del delito con conocimiento y lucidez, de tal modo que el delito ni siquiera llegue a producirse. Si podemos poner en funcionamiento una verdadera prevención, el coste de la acción frente al delito se reducirá en una enorme medida. Cuando podamos poner en funcionamiento la prevención, los costes que soportan el país y el Poder Judicial en materia de acción frente al delito y frente al delincuente se reducirán grandísimamente. Claro está que esto precisa de colaboración entre todos los Poderes. En especial, en este campo el Ejecutivo debe colaborar con el Poder Judicial.
Lo que quería decirles por tanto en este punto es que todos esos aspectos y tareas sean atendidos de manera equilibrada y, Dios mediante, con una atención transformativa.
5) Necesidad de aprovechamiento por el Poder Judicial del conocimiento de personalidades destacadas de las escuelas de teología y la universidad
El punto del que hablaba antes en relación con la Judicatura ―y que es también un punto importante― es que el Poder Judicial necesita servirse de conocimientos y de científicos que van más allá del conocimiento judicial; por ejemplo, en ese mismo campo de la prevención del delito. Las condiciones en que ocurre este son en parte de tipo psicológico y en parte económicas. Alguien que disponga solamente de conocimiento judicial tendrá dificultad en entenderlo todo como para poder resolverlo. Ahí, naturalmente, hacen falta personas que posean conocimiento en el campo de la psicología colectiva e individual, o que sepan bien qué es lo que en el ámbito económico propicia la comisión de qué suceso, y qué problema o qué solución hay. Si no se aprovecha a los mejores de las escuelas de teología y la universidad en las demás disciplinas, el Poder Judicial no será capaz, naturalmente, de ocuparse de la labor como debe ser. Lo mismo con el restablecimiento de los derechos públicos del que se ha hablado. Bien, definir los derechos públicos no es tarea fácil. Hay diferencias de opinión sobre la propia definición de derechos públicos. Naturalmente, eso podrán explicar y aclarárselo las personas especializadas en esa parte del derecho. Por otra parte, yo he oído que el honorable fiscal general (3) ha adoptado ciertas medidas para despejar ambigüedades en el concepto de derechos públicos, elaborando y estableciendo criterios claros al respecto. Están, por ejemplo, la cuestión del medioambiente o la de la cesión descuidada de centros de producción ―eso mismo de que lo que se está ocupando ahora el excelentísimo presidente de la Judicatura, y que es una labor muy adecuada y oportuna―. En ocasiones sucede que hay labores que parecen de índole individual, cuando en realidad son colectivas y atañen a los derechos públicos. Pongamos el ejemplo de la cesión negligente de centros de producción a personas carentes de integridad, inapropiadas o incapaces. En definitiva, eso llevará a que toda la producción del país sufra de repente un golpe severo, y eso no concierne solo a una o dos personas, sino que es cuestión de derechos públicos. Por lo tanto, ocuparse de este asunto es algo importante y necesario y, a mi juicio, el Poder Judicial debe servirse además, en materia de transformación, de los conocimientos y los científicos de los distintos campos.
6) Necesidad de adhesión a la transformación en todo el cuerpo del Poder Judicial
Otro punto que conviene que señale es que el movimiento de transformación del Poder Judicial no puede basarse solo en un grupo de la cúpula judicial ―por supuesto, es evidente que el excelentísimo presidente de la Judicatura opera realmente en pos de la transformación―, en sus elementos destacados ni en los altos cargos. Debe haber una adhesión a la transformación en todo el cuerpo de la institución. Ahora, por fortuna, en el informe que ha presentado el Sr. Reisí se señala que esa idea existe en el Poder Judicial, y eso es motivo de satisfacción. Yo insisto en que se trabaje de tal manera que el conjunto del Poder Judicial, los distintos elementos que hay en él y el cuerpo de la Judicatura en su conjunto crean y se adhieran a que debe llevarse a cabo una transformación de tipo avanzado hacia la realización de los elevados objetivos del Poder Judicial.
7) Talante popular del Poder Judicial
Otro punto es la cuestión del talante popular, de la que he hablado en repetidas ocasiones y que ahora figuraba también en el informe del Sr. Reisí. El talante popular tiene variantes y criterios de verificación. Un aspecto del talante popular es que el Poder Judicial se considere poseedor de una dignidad y un espíritu de servicio al pueblo; que no mire por encima del hombro. En ocasiones, es posible que miremos a la gente como si los viéramos desde arriba. No, señor. Nosotros mismos formamos parte de la gente y estamos entre la gente. Mucha de esta misma gente está por encima de nosotros y, por lo tanto, es inapropiado que nadie mire al común de la gente por encima del hombro. Así que: espíritu de servicio. Tenemos que considerarnos a nosotros mismos servidores de la gente. Cualquiera de nosotros, allá donde esté. Ese es uno de los aspectos del talante popular. Otro es que actuemos de manera que se facilite el acceso de la gente al Poder Judicial. Una de las labores importantes es que la gente pueda tener fácil acceso a los centros del Poder Judicial de los que tenga necesidad.
Una cuestión importante más es la adquisición por parte de la gente de conocimiento en materia judicial. A veces, hay personas que tienen un problema que, si acudiesen a tal instancia del Poder Judicial, se resolvería. No lo saben, no están al corriente y esa contrariedad los oprime, pone su vida en apuros y, a veces, es causa de infinidad de problemas. Por lo tanto, hay que incrementar el conocimiento y la información de índole judicial de la gente.
Otra es la presencia entre la gente. Gracias a Dios, veo que los responsables del Poder Judicial ―el propio Sr. Reisí y algunos otros― aparecen entre la gente con comodidad. Eso es muy positivo. Acudan a la gente, háganse presentes entre la gente. Ese era otro punto, y estos son distintos aspectos y características del talante popular.
Aun otra propiedad que yo he puesto aparte y que, afortunadamente, se ha escuchado hoy en las palabras del Sr. Reisí es la ayuda de la gente al Poder Judicial. Ahora están ustedes luchando contra la corrupción. Muy bien, pues uno de los factores que pueden ayudarlos en ese camino son los informes de la gente. Cuando les llegue de la gente un informe sobre cuestiones relativas a la corrupción, pueden ustedes usarlo y beneficiarse de él, como explicaré luego. Este es un punto que está relacionado con la sección posterior, que tiene que ver con los asuntos de la corrupción.
8) Necesidad de actividad mediática y artística sobre la labor judicial
Otro punto más que voy a señalar a propósito de la transformación ―el último― es la actividad mediática y artística respecto a la labor judicial y sus diligencias. Miren ustedes, los enemigos del progreso general del sistema de la República Islámica emplean en su hostilidad todas las vías posibles, atacando por esas distintas vías cualquiera de los puntos de dicho sistema, incluidas las cuestiones judiciales. Ahora no me ocuparé de los extranjeros, pero, lamentablemente, también dentro del país ― incluso sin conocimiento de los responsables de estas cuestiones― se hacen ciertas cosas y se filman películas que ponen en cuestión los cimientos y fundamentos judiciales de la República Islámica. Lamentablemente, a esas películas no se les presta atención en la crítica que se hace en las sesiones públicas dedicadas al arte y similares; llegan a las pantallas cinematográficas y hasta se emiten. Esto es algo muy negativo. El Poder Judicial debe prestar atención a esta cuestión. La labor de difusión y mediática de ustedes no consiste solo en proporcionar unas estadísticas. Claro está que el honorable portavoz del Poder Judicial sale a dar ciertas explicaciones y suministrar estadísticas, y eso está muy bien, es además necesario, pero no suficiente. No es suficiente que digamos: «Miren ustedes, hemos hecho esto y esto». No. Para que las mentes de la gente queden informadas de verdad respecto a estas cuestiones, hace falta trabajo artístico y trabajo mediático en el sentido artístico. Hay que considerar esta como una de las tareas fundamentales.
Vean ustedes lo que hacen los occidentales en este terreno. En su cine y sus películas ―en la medida en que un servidor ha visto películas de las que hacen los estadounidenses, las películas de Hollywood, o las que hacen los europeos―, los tribunales occidentales son un lugar de justicia nítida y pura. No hay agresión ni abuso ningunos contra el acusado, y no dictan sentencia antes de llegar a una certeza absoluta. Los tribunales de las películas son así, pero miren lo que pasa fuera. Vean cuál es la situación actual de Estados Unidos y qué es lo que hacen. Llevan a la cárcel a miles de personas solo por estar en la calle. Ese excelentísimo señor que está de presidente de Estados Unidos separó a miles de niños de sus padres y los metió en jaulas. ¡Así es como operan! Dice: «Si hacéis tal cosa, tendréis que pasar diez años en la cárcel». ¡Pero bueno! ¿Para eso no hace falta una ley? Pues parece que no. Dice: «Yo digo que hay que dar sentencias de tanto». Es decir, que sus juicios son así. Así son sus tribunales, pero, cuando ustedes observan la propaganda, lo que muestra es una cosa limpia, impoluta, acicalada y maquillada. Por supuesto que yo no estoy a favor de que se maquillen cosas en contra de la realidad. No, señor; pero dejen claro, transmitan la realidad del asunto y la tarea que están ustedes realizando, porque, lamentablemente, lo contrario se da. Es decir, que a veces en nuestro país se hacen películas sobre cuestiones judiciales y lo que tiene que ver con las cuestiones judiciales que muestran justo lo contrario de la realidad, en contra de la realidad, si bien yo ahora no daré nombres. Todo esto, a propósito de las cuestiones de la transformación.
Varios puntos relativos a la lucha anticorrupción:
1) Necesidad de resolución de parte del Poder Judicial
Respecto a la cuestión de la corrupción, déjenme decirles varias cosas. Bien, gracias a Dios, la atención al asunto de la corrupción ha llegado a su punto álgido. En realidad, ya había empezado antes de este período, pero ahora, gracias a Dios, está en su punto álgido y se presta atención. La gente, cuando mira y ve que ustedes actúan frente a los corruptos, sin miramientos, y entran en escena con determinación, se alegra de verdad y cobra esperanza, porque la corrupción y los corruptos causan un gran daño en la vida de la gente, a su estado de ánimo, a su fe y a su convicción. Verdaderamente, hay que reconocer que la corrupción económica ―acompañada de las demás corrupciones, aunque en este momento lo que está en la agenda del Poder Judicial es la corrupción de tipo económico y financiero― es un gran inconveniente. Es un virus peligroso, igual que el coronavirus, e, igual que el coronavirus, se contagia. Es extremadamente contagiosa. La corrupción que hay en un sitio se transmite rápida e intensamente a otros lugares. Un corrupto no se queda con su corrupción, sino que, por distintos motivos, empuja también a los demás a corromperse. Y, al igual que con el coronavirus, que se transmite por medio de manos sucias e impuras, también con la corrupción son las manos sucias e impuras las que hacen que se transmita y pase de mano en mano. Pero, al fin y al cabo, en el caso del coronavirus, si aplicamos jabón a las manos y las lavamos, se acaba el asunto, pero en lo otro, las cosas no se acaban lavando solo las manos con jabón. No queda más remedio que cortarlas. De manera que se trata de una cuestión importantísima.
La misión del Poder Judicial es luchar contra la corrupción en toda la sociedad. Está claro. Evidentemente, ustedes quieren combatir la corrupción, pero la lucha anticorrupción está, en primer lugar, dentro del propio Poder Judicial, que es algo que yo he recalcado y en lo que he insistido una y otra vez en los encuentros de casi todos los años con los estimados del Poder Judicial. Si se produce un caso de corrupción dentro de la Judicatura, el perjuicio que causa es muy superior a la corrupción exterior al Poder Judicial. Como dice el proverbio persa, ¡ay del día en que se pudra la sal! Ahí no podemos hacer frente como a la corrupción de los demás lugares. No, el daño y la gravedad que reviste es muy superior, y verdaderamente requiere una intervención seria y con peritaje. Por lo tanto, en primer lugar, la atención debe ponerse en la corrupción de dentro del Poder Judicial. Claro está que, cuando digo «en primer lugar», no quiero decir que se termine con eso y luego nos ocupemos de los demás sitios. No, debe llevarse todo delante de manera equilibrada, como se ha dicho antes.
2) Atención especializada a las circunstancias que propician la corrupción y respeto de la justicia ante el acusado
El punto siguiente es que, en el ámbito de la corrupción, se preste atención a las circunstancias que la propician, lo que requiere un análisis especializado, como se ha señalado antes. Es decir, que hay que identificar con un análisis especializado el terreno en que aparece y se produce la corrupción, conocerlo y, con la misma atención especializada, salir a luchar para erradicar la corrupción, esforzarse y trabajar. Y los criterios del Poder Judicial en la lucha anticorrupción han de ser la justicia, el equilibrio y la ley. No debe tenerse miramiento por nada más. Hay que tener deferencia respecto a la justicia y la imparcialidad y, si en algún caso la lucha contra la corrupción es acorde a la justicia, la imparcialidad y la ley, hay que actuar sin miramientos.
Eso sí, yo que insisto en que no haya tolerancia, por otra parte, insisto en que no haya agresiones. Es decir, que no solo nos centremos en la intransigencia, sino también en la ausencia de agresiones, no vaya a ser que alguien que no haya cometido delito ni sea corrupto ni corruptor vaya a ser identificado como corrupto y corruptor, sea presentado como tal y como tal sea tratado. Eso es una gran injusticia, como lo es si se castiga y se reprende a alguien en una medida superior a la que merece ser castigado y reprendido. Eso tampoco es correcto. La existencia de corrupción y corruptores es muy peligrosa, pero más lo es, verdaderamente, que se agreda a inocentes. Es algo que recalco. El estimado personal y los responsables del Poder Judicial deben tener cuidado ―tanto aquellos que trabajan en las fiscalías como quienes lo hacen en los tribunales― de actuar conforme a la justicia y la imparcialidad. Allá donde la justicia y la imparcialidad requieran una acción enérgica, actúen sin miramientos; y allá donde la justicia y la imparcialidad requieran una acción que no sea enérgica, no se dejen llevar por el entorno, pensando que, como la atmósfera es de tal manera, hay que hacer tal cosa. Esto, tanto para el estimado personal del Poder Judicial como para quienes están fuera de él. También se expresan además quienes observan sus juicios. En especial, ahora que internet es algo muy corriente y que muchos se manifiestan y emiten juicios en el ciberespacio, situándose en realidad con sus declaraciones y sus escritos en la posición de un juez, pronunciándose y actuando conforme a ese pronunciamiento. A veces insultan, a veces calumnian o hacen otras cosas similares. Que todos tengan cuidado. Es decir, que aquellos que están fuera del Poder Judicial tengan cuidado también de que la lucha anticorrupción no desemboque en agresiones a personas.
Déjenme decirles aquí, eso sí, que en esta última etapa, en los juicios recientes que se han abierto en el Poder Judicial, se ha ultrajado a algunas grandes personalidades honestas que estuvieron antes en el Poder Judicial, cometiendo una injusticia contra ellas. Realmente se los ha maltratado, y es algo que no debía ni debe suceder. Por supuesto, a quien me dirijo es a los devotos, a los jóvenes devotos, porque con quienes son hostiles no hay nada que pueda hacerse. Hay quienes, por ejemplo, quieren vengarse de alguien por la solidez de sus posiciones revolucionarias cuando deja de estar en el cargo. No me dirijo a ellos, sino a la gente creyente, a la gente religiosa y a los jóvenes buenos que quieren actuar de modo conforme a la justicia. Tengan cuidado de no agredir, no maltratar, no cometer injusticias. Este movimiento de lucha anticorrupción que gracias a Dios se está viendo ahora tan bien en el Poder Judicial comenzó en el periodo del excelentísimo Sr. Amolí (4). Fue él el iniciador de este movimiento, tanto dentro del Poder Judicial como fuera de él. Eso no debe perderse de vista.
3) Ayuda al avance económico y evitación del cierre de centros productivos
Otro punto relativo a esta cuestión del Poder Judicial y a esta lucha anticorrupción: una de las labores positivas del Poder Judicial es el apoyo a la producción y la evitación del cierre de esas plantas. Cuando el Sr. Reisí habla en su informe de mil centros de producción, es algo de gran importancia; se trata de una labor muy importante. Verdaderamente, cualquier departamento del sistema de la República Islámica que pueda ayudar en algo al avance económico de la sociedad, que cumpla con su tarea. La gente está experimentando dificultades en cuestión de sustento. A la gente le cuesta mantenerse. Quienquiera que pueda ayudar en la cuestión de la economía debe ayudar, y una de las ayudas del Poder Judicial es esa misma: impedir que se cierren centros de producción. Recientemente, el Sr. Reisí notificó que los bancos que, por ejemplo, han embargado ciertas empresas productivas o las retienen como garantía no tienen derecho a detener su actividad. Tiene mucha razón. Es una medida adecuadísima y se puede generalizar. Pueden ustedes extender eso a otros casos también. Imaginen, por ejemplo, que el sector privado compra una fábrica al Estado y luego la para, le pone obstáculos, echa a sus trabajadores, salda la maquinaria o, pongamos, construye en su terreno un edificio de veinte o veinticinco plantas. Eso, al fin y al cabo, daña la economía del país. Ustedes pueden de verdad perseguir esas cosas, que tienen una relación con el sustento de la gente.
4) Formación de tribunales comerciales e infraestructuras jurídicas
Otro punto es la constitución de tribunales comerciales para solventar conflictos económicos, de la que yo he hablado ya antes (5). Una tarea necesaria en la lucha anticorrupción a la que ya he aludido antes, diciendo que volvería a ocuparme de ella, es la de la supervisión popular. Para esta supervisión y para los informes de la población hacen falta infraestructuras jurídicas dentro de la Judicatura. Ustedes tienen que designar el lugar dentro del Poder Judicial al que deben ir esos informes, cómo se estudian para determinar su veracidad, cómo se les da seguimiento y cómo se preserva la seguridad del informante. Esa es una cuestión importante. Debe preservarse la seguridad ―tanto material como inmaterial― de quienes ordenan el bien y proscriben el mal, entre los cuales se incluyen esos informantes que van e informan sobre la existencia de corrupción en tal lugar, en tal transacción o en tal oficina. No deben sufrir ataques. A veces sucede, por ejemplo, que un joven devoto hezbolahí religioso va, por sentido del deber, y les presenta un informe, pero, como no es ducho en leyes, comete algún error como puede ser especificar indebidamente un nombre en tal sitio; comete algún error de esa índole, y el otro, conocedor de la ley e infractor de la ley, aprovecha ese error nimio del joven, con lo que esa gran corrupción permanece oculta tras el error. El joven resulta condenado y él escapa, sano y salvo. Estas cosas deben tenerse en cuenta. En esto, hace falta que dentro del Poder Judicial se cree una infraestructura jurídica que garantice tanto la seguridad de los informantes populares como su veracidad. Por otra parte, que no se abra la vía a las calumnias y, viendo que hay un organismo que escucha los informes populares y los acepta, cualquiera que tenga alguna cuenta pendiente con otro, pongamos por caso, le lance de repente una acusación. No, eso debe preverse y tenerse en consideración para que no ocurra. En definitiva, la persona que ordene el bien y proscriba el mal debe tener confianza en el Poder Judicial, sabiendo que este lo respalda. Hasta aquí, sobre este punto.
Considero necesario agradecer a todos los distinguidos jueces y directivos de todo el Poder Judicial su dedicación a arduas tareas y el cumplimiento de su deber, ya sea en el ámbito de la transformación o en el resto de tareas diversas de la Judicatura. Hace un momento, el excelentísimo Sr. Reisí señaló que, en este periodo del coronavirus, con sus problemas de reducción de los contactos y demás, el trabajo del Poder Judicial ha continuado y las tareas han avanzado, y algunos realmente están trabajando en las cuestiones de la transformación. Yo les doy las gracias a todos ellos, así como a sus familias. Al fin y al cabo, la mitad del esfuerzo de las personas que se afanan, trabajan y sirven día y noche en algún organismo pertenece en realidad a sus cónyuges y familiares. La retribución divina les corresponde también, y yo les doy las gracias a todos ellos.
Necesidad de vigilancia omnicomprensiva de los responsables y la población respecto al COVID-19
Para terminar mi intervención, déjenme hacer una referencia a esta cuestión del coronavirus. Algunos se imaginan que ya está; ya se ha resuelto. Pues no: el problema del coronavirus continúa. Afortunadamente, hicieron grandes sacrificios en primer lugar los organismos médicos, higiénicos y hospitalarios, que están realmente en primera fila ―es algo que ya he dicho y que aunque lo repita diez veces no será demasiado, porque su tarea ha sido realmente sobresaliente, y todavía siguen trabajando―, y después los combatientes por la causa de Dios, que salieron a la arena de manera voluntaria. Tanto de los propios hospitales como de las ciudades y hasta los cementerios, de todas partes, hubo personas que salieron a trabajar y ayudar. Y la gente, hay que reconocerlo, se ha portado bien y ha respondido bien. A principios de año (del calendario persa), ya expresé mi profundo y sincero agradecimiento a la gente por haber cancelado la fiesta de Sizdah Bedar (6). Hasta ese punto reaccionaron. ¿Y cuál fue el resultado? Pues que, a nivel mundial, se nos reconoció como país exitoso en la actuación frente al coronavirus. Algunos jefes de Estado hablaron con el Sr. presidente de la República (7), según me ha dicho él mismo, le preguntaban qué se había hecho aquí. Esto muestra que nuestra gestión y nuestros éxitos en la lucha contra el coronavirus tuvieron eco en el mundo, de tal modo que responsables de países preguntaban a nuestro presidente de la República qué se había hecho aquí. Eso fue al principio. Ahora, al observar, lo que vemos es que el esfuerzo aquel del primer momento ha decaído por parte de alguna gente y de algunos responsables políticos. Yo veo que los responsables aparecen en televisión, con otras personas a su alrededor y sin mascarilla. En fin, yo ahora tampoco llevo mascarilla, pero a mi alrededor no hay nadie. Si se me acercaran dos o tres personas, sin duda me la pondría, como de hecho hago en ciertos casos, pero uno ve que no se la ponen. Cuando usted, que es responsable del Gobierno, no usa mascarilla en una reunión popular, el joven que va por la calle y no tiene ganas de ponérsela se ve alentado a no usarla tampoco. ¿Y cuál es el resultado? Pues que, después de que el número de fallecidos se pusiera en dos cifras y llegara a treinta y tantas personas, ahora ha llegado a ciento treinta y tantas. Eso lo deja a uno triste. Hace cosa de un mes o mes y medio, en los datos que me dieron, se nombraban varias provincias en las que no había habido ningún fallecido, lo que me alegró de todo corazón. Di las gracias a Dios por que hubiera cierto número de provincias en las que no había fallecidos. Pero ahora, hace unos días, me entregaron un informe y vi que esas mismas provincias en las que antes no se informaba de ningún fallecimiento tenían numerosas muertes registradas. Eso lo entristece a uno. Las cosas no tienen que ser así. Hay que tener cuidado y estar vigilantes. Tienen que estar alertas tanto la gente como los responsables. Por fortuna, los equipos médicos se han mantenido tal cual, al pie del cañón. Lo que me preocupa es que se cansen. ¿Hasta cuándo pueden seguir los equipos médicos? ¿En qué medida? Tenemos que actuar para que la carga que llevan sobre los hombros no sea tan pesada, porque no quiera Dios, pero, si nuestros enfermeros, nuestros médicos y el resto de agentes relacionados con la atención médica, los hospitales, etc., quedan extenuados por el trabajo, las cosas verdaderamente no funcionarán bien, y la situación empeorará.
Se habla de problemas económicos. Sí, así es. Hay que prever la situación para que los problemas económicos surgidos del coronavirus, o bien no se produzcan, o bien se reduzcan o se aligeren. Sin embargo, hay que estar pendientes también de que, si ―no quiera Dios― no estamos atentos y el coronavirus vuelve a propagarse mucho, el funcionamiento de la economía se hará más difícil y empeorará. Los problemas aumentarán. Hoy por hoy, todavía necesitamos estar atentos en todos los aspectos. Ya ven ustedes las hostilidades. Ya ven la perfidia de Estados Unidos, a la pérfida Albión, a los Gobiernos europeos, y ya ven que hacen todo lo que pueden contra la República Islámica, sin aflojar. Gracias a Dios, se dan contra un muro y no son capaces de materializar sus objetivos, y todo lo que hacen por aplicar al pueblo iraní una «presión máxima» ―como ellos dicen― para ponerlo de rodillas, a Dios gracias, lo que obtienen es un puñetazo de la nación iraní en su pecho y un retroceso por su parte, sin alcanzar el éxito. Así son las cosas, a condición de que nosotros seamos todos capaces, Dios mediante, de cumplir nuestro deber.
Estoy muy agradecido al Sr. Reisí, excelentísimo presidente del Poder Judicial, a sus colegas de la Junta Rectora, los departamentos, los asistentes, los presidentes de tribunales, el resto de honorables responsables y la totalidad de los distinguidos jueces del Poder Judicial y a sus respetables empleados. Les doy las gracias a todos. Quiera Dios depararles a todos el éxito y ayudarlos a todos; quiera Dios alegrar el espíritu purificado del gran imam Jomeiní con los esfuerzos que hacen ustedes; y quiera Dios reunir los espíritus purificados de los queridos mártires con el Profeta del Islam.
Con ustedes la paz, la misericordia de Dios y Sus bendiciones.
NOTAS
(1) En el inicio de la comunicación, celebrada con ocasión de la Semana del Poder Judicial, pronunció unas palabras el hoyatoleslam Seyed Ebrahim Reisí, presidente del Poder Judicial.
(2) El 28 de junio de 2020 (7 de tir en el calendario persa), el grupo terrorista MKO cometió un atentado terrorista colocando una bomba en la sede del Partido de la República Islámica, en cuya explosión perdieron la vida el presidente del Poder Judicial, el ayatolá Seyed Mohammad Beheshtí, y 72 de sus correligionarios.
(3) El hoyatoleslam Mohammad Yafar Montazerí, fiscal general del Estado.
(4) El ayatolá Sadeq Amolí Lariyaní, expresidente del Poder Judicial.
(5) Declaraciones en una videoconferencia con centros productivos con ocasión de la Semana del Trabajador (30/05/2020).
(6) Declaraciones en el aniversario del nacimiento del Salvador Prometido, el imam Mahdi (09/04/2020)
(7) El hoyatoleslam Hasán Rohaní.