El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Jameneí, ha ensalzado en numerosas ocasiones la importancia de la cuestión del hiyab, insistiendo en que no solo no aísla a la mujer, sino que le da seguridad y dignidad. A continuación, una selección de declaraciones del Líder a propósito de esta cuestión.
El hiyab proporciona seguridad a la mujer
«El Islam estipula para la mujer el hiyab, que es en sí mismo un medio de seguridad. Con el hiyab de la mujer musulmana, hallan seguridad tanto la propia musulmana como los hombres musulmanes. Allá donde se aparte a las mujeres del hiyab y se las lleve hacia la desnudez, perderán su seguridad en primer lugar las propias mujeres y, en segundo lugar, los hombres y los jóvenes. Para que el entorno sea sano y seguro, que la mujer pueda realizar su trabajo en la sociedad y que el hombre pueda también cumplir con sus responsabilidades, el Islam estipula el hiyab, que es uno de sus preceptos sobresalientes, y una de cuyas utilidades es la que he dicho. Y tiene muchas otras» (24/08/2000).
El hiyab no implica el aislamiento de la mujer
«El Islam desea que el crecimiento intelectual, científico, social y político y, por encima de todo, el crecimiento en virtudes y espiritual de las mujeres llegue a su más excelso nivel, y que su existencia tenga la utilidad y el fruto más excelsos para la sociedad y para la familia humana como miembros de las mismas. Todas las enseñanzas del Islam, incluida la cuestión del hiyab, están basadas en eso. El sentido del hiyab no es aislar a la mujer. Si alguien lo entiende así, su comprensión es completamente errónea y desviada. El sentido del hiyab es evitar que el hombre y la mujer mantengan trato y unión en la sociedad de manera desordenada. Tal trato es nocivo para la sociedad, para las mujeres y para los hombres; en especial, para la mujer.
El hiyab no es en manera alguna un estorbo ni un obstáculo para las actividades políticas, sociales y científicas. La prueba objetiva son ustedes. Quizá algunos se sorprendieran y aún se sorprendan de que haya mujeres de alto nivel científico en cualquier disciplina que se conformen a las enseñanzas islámicas, incluida la cuestión del hiyab. Esto resultaba increíble a algunos, que no podían ni imaginarlo» (16/01/1990).
Occidente, los sionistas y sus medios de comunicación mantienen un ataque propagandístico contra el hiyab
«El mundo occidental entero, su prensa y esos escritores mercenarios que actúan como agentes de los capitalistas y los grandes sionistas mundiales se han unido para vociferar contra la República Islámica. Han lanzado un ataque propagandístico contra el hiyab, por si acaso logran dejarnos fuera de combate. A pesar de su propaganda, el Irán islámico y la mujer musulmana han preservado con fuerza, con determinación y con espíritu de confianza y seguridad su adhesión al hiyab, a la dignidad islámica de la mujer musulmana y a las enseñanzas del Islam sobre la mujer, y hoy en día es el mundo occidental el que, progresivamente, tiende hacia el hiyab islámico. Ustedes pueden ver cómo, en diversos países ―ya se trate de países islámicos en los que no había rastro de hiyab y que estaban sumidos en la educación occidental, o incluso de países europeos―, las mujeres y los musulmanes se vuelven hacia el hiyab. Por supuesto, primero fueron los musulmanes los que mostraron esa tendencia; y nosotros, después de triunfar la Revolución, vimos como países lejanos que estaban atraídos e influenciados por la cultura occidental y europea probaban entre ellos el hiyab a la manera del hiyab de ustedes, las mujeres de Irán, hacia el cual se habían vuelto y se volvieron» (16/01/1990).
¿Por qué está Europa en contra del hiyab?
«La observancia del hiyab ayuda a la mujer a llegar a su propio grado de excelencia espiritual, sin cometer deslices en lugares muy resbaladizos que se encuentra en su camino. Lo contrario es justo esa cultura romana que reina hoy sobre Europa. Todo lo aceptan, menos dos o tres cosas. Una de ellas ―quizá la más importante― es el mantenimiento de una suerte de barrera protectora que ponga disciplina entre los dos sexos, hombre y mujer. Es decir, la contención ante eso que llaman libertad sexual. Frente a eso, son muy vehementes. Cualquier otra cosa que se haga no es importante. Para ellos, es reaccionario quien insista en esta cuestión. Si en algún país las mujeres se separan en alguna medida de los hombres, ¡resulta que eso es contrario a la civilización! Y tienen razón: su civilización está construida sobre las ruinas de aquella civilización romana. No es otra cosa. Pero, desde el punto de vista de los valores, eso es un error. Lo correcto es lo contrario» (25/12/1991).
El hiyab no impide que mujeres y hombres colaboren
«En la doctrina del Islam, entre el hombre y la mujer existen barreras protectoras y el hiyab. Esto no quiere decir que las mujeres tengan un mundo separado distinto al de los hombres. No, las mujeres y los hombres viven juntos en sociedad y en el entorno laboral. Tienen trato en todas partes. Resuelven juntos los problemas sociales. Administran juntos la guerra, como se hizo. Administran juntos la familia y crían a los hijos. Pero esa barrera protectora y ese hiyab se mantienen siempre fuera del entorno doméstico y familiar. Ese es el punto clave en la construcción del modelo islámico. Si ese punto no se respeta, lo que se produce es esa grosería de que adolece hoy en día Occidente» (13/11/1991).
¿De dónde viene la pelea que tienen los amplificadores de la propaganda occidental contra los musulmanes?
«El Islam da importancia a la familia, y de ahí viene toda la pelea que tienen hoy en día los altavoces y amplificadores de la propaganda occidental contra los musulmanes. ¡Vean ustedes la alergia que les causa el hiyab! Si hay hiyab en la República Islámica, lo consideran despreciable. Si lo hay en las universidades de los países árabes, donde las muchachas que estudian se han vuelto hacia el hiyab por su propio entendimiento, su propia conciencia, su propio deseo y su propio arbitrio, les causa alergia. Si hay hiyab en partidos políticos, les causa alergia. Si lo hay en escuelas e incluso jardines de infancia de sus propios países ―que están bajo su propio control―, les causa alergia. Por lo tanto, el foco de la pelea está ahí» (12/10/1994).
¿Impide o facilita el hiyab la participación de las mujeres en actividades sociales y políticas?
«Hay personas que piensan erróneamente que, mientras las mujeres lleven hiyab y respeten las reglas de la moralidad, no podrán realizar actividades sociales y políticas. Sin embargo, en el caso de la resistencia que condujo a la Revolución islámica, yo conozco áreas en las que las mujeres entraron en la lucha antes que los hombres. Organizaron manifestaciones y salieron a las calles antes que los hombres. Este fue también el caso en otros acontecimientos que tuvieron lugar después de la victoria de la Revolución islámica y durante la Defensa Sagrada.
»El hiyab da libertad e identidad a las mujeres. A pesar de las campañas de propaganda absurdas y superficiales de los materialistas, el hiyab no es una prisión para mujeres. Al ignorar el hiyab y mostrar lo que Dios el Altísimo les ha pedido que cubran, las mujeres dañan su propia dignidad y su valor. El hiyab les da dignidad y respeto, les da valor. Hace crecer el respeto por las mujeres y su dignidad. Por lo tanto, es necesario estar agradecidos al islam por la importancia que da al hiyab, que es una bendición de Dios» (12/05/2012).
El propósito de la civilización occidental al exhibir a las mujeres no es darles libertad
«Según Occidente, la razón por la que no se debe usar velo no tiene que ver con cuestiones de libertad. Con tu hiyab dices que eres libre. Occidente tiene otras ideas en mente y quiere que la mujer se muestre a sí misma en la sociedad de tal manera que pueda satisfacer las miradas y los deseos ilícitos de los hombres. Esta es la peor afrenta para las mujeres, a pesar de los argumentos y los cumplidos con los que se oculta» (20/10/2009).
Si Occidente dice dar libertad a las mujeres, ¿por qué prohíbe a las niñas ir con velo a la escuela secundaria?
«El hiyab es una marca de respeto para quien lo observa. En el pasado, en la mayoría de los países —y digo bien en la mayoría de los países, porque puede que no están informados sobre la situación de todos los países—, incluso en Europa hace 200 o 300 años, las mujeres de la aristocracia se cubrían el rostro con un velo. Es posible que lo hayan advertido en algunas películas históricas. Llevaban una especie de velo que les ocultaba el rostro.
»Ese es un signo de respeto a las mujeres. En la antigua Persia, las esposas de los aristócratas y altos responsables llevaban hiyab, pero las mujeres de las clases más bajas no lo llevaban y eso no planteaba ningún problema. Entonces intervino el Islam, que abolió esas discriminaciones y dio a todas las mujeres el derecho a usar el velo. Ahora, son ellos quienes nos acusan de violar los derechos de las mujeres, cuando son ellos quienes deben ser condenados.
»Son ellos quienes deben responder por el uso que hacen de las mujeres como objetos sexuales y de placer. Ayer me dieron estadísticas sobre la violencia que sufren cada semana, y que muestran que dos tercios de las mujeres del mundo son golpeadas por sus esposos. En mi opinión, esto es lamentable y vergonzoso. Esta violencia existe principalmente en los países desarrollados y es el resultado del acoso y las expectativas sexuales de los hombres respecto a las mujeres.
»Luego comienzan a hablar sobre los derechos de las mujeres y nos acusan de haber impuesto el uso del hiyab, mientras que ellos impusieron su prohibición. Evitan que los estudiantes acudan a la universidad simplemente por llevar un pañuelo en la cabeza, y nos critican por hacer el hiyab obligatorio. Nuestras leyes van en el sentido del respeto a las mujeres, mientras que las suyas dan fe de una falta total de respeto hacia ellas. Y aún hay otras calumnias similares en Occidente sobre nosotros» (03/01/2008).
¿Suprime el Islam la libertad y la dignidad de las mujeres al promover el hiyab?
«Si preguntan por qué no les damos a las mujeres la libertad de aparecer sin el hiyab, debemos preguntarnos por qué quieren permitir la perturbación dañina y amenazadora que prevalece actualmente en Occidente. Lo que está sucediendo en Occidente con respecto a la inmodestia y la falta de hiyab asusta a todos. Realmente nos preguntamos qué quieren hacer y adónde quieren ir.
»Es posible que tengan ustedes más información sobre esto, pero también tengo mucha información sobre este tema y sobre las cosas que se hacen en diferentes niveles, en niveles más altos, en el campo profesional, en la vida cotidiana y en otras áreas. En el discurso islámico se debe enfatizar el respeto a las mujeres y sus características, a la dignidad y a la delicadeza femenina; por delicadeza no me refiero solo a la delicadeza física. Además de la delicadeza física, también me refiero a la delicadeza psicológica e intelectual de las mujeres y a la complejidad de sus responsabilidades» (11/05/2013).