Su Eminencia ensalzó en el encuentro la importancia de fortalecerse, en el sentido de «reforzar la construcción nacional y el tejido intelectual del país», y añadió: «Además de preservar la solidaridad nacional, la esperanza y el orgullo nacional del país, hay que esforzarse por el confort de la gente y por el progreso económico, porque es solo así como ni Estados Unidos ni aun potencias mayores que Estados Unidos serán capaces de hacer frente a un país y a una nación».

El Líder Supremo de la Revolución manifestó su satisfacción por el éxito del Sr. Chávez y de la nación venezolana frente a los complots norteamericanos, alabó la figura del célebre combatiente revolucionario latinoamericano Simón Bolívar, reconociéndolo como «padre de América Latina» y como «constante encarnación de la resistencia popular».

El éxito persa ante las diversas amenazas encontradas en los 25 años anteriores se debió al «fuerte ánimo de la gente» y a la «solidaridad nacional» de Irán, dijo el ayatolá Jameneí, que a propósito de los escándalos creados en torno al aprovechamiento pacífico por la República Islámica de la energía atómica declaró: «Los estadounidenses y las demás potencias saben a ciencia cierta que la República Islámica de Irán no busca hacerse con armas atómicas, pero todo este asunto forma parte de un conjunto de presiones dirigidas a que Irán renuncie a la tecnología nuclear y a su conocimiento avanzado, que es autóctono y surge de la propia nación».

Respecto al clima reinante en Irán, el Líder Supremo de la Revolución Islámica recalcó que ni el pueblo ni las autoridades persas albergaban temor alguno a las amenazas «de carácter político» y meramente verbales de las «potencias abusadoras». «Tal y como han dicho muchas veces los responsables políticos, la República Islámica de Irán no detendrá en ningún caso su actividad nuclear. Para nosotros es una línea roja», sentenció.

Esa línea roja sería respetada en los esfuerzos políticos y de diálogo con los europeos y con la Agencia Internacional de la Energía Atómica, apuntó el ayatolá Jameneí, antes de advertir que, si la Agencia «se ve afectada en sus juicios y posiciones por la influencia de Estados Unidos y los países de pensamiento similar, perderá su credibilidad internacional y dejará de ser digna de confianza».

«De la Agencia se espera que mantenga un trato uniforme, justo e imparcial ante los distintos países», declaró.

Por su parte,  el mandatario venezolano manifestó en el encuentro, al que asistió el entonces presidente de la República Islámica, el hoyatoleslam Jatamí, su gran satisfacción por estar nuevamente de viaje en Irán y reunirse con el Líder Supremo de la Revolución, expresó su agradecimiento por el apoyo y la ayuda espiritual persas y añadió, a propósito de las distintas amenazas estadounidenses: «A lo largo de los últimos 200 años, la región de América Central se ha enfrentado siempre a las injerencias repetidas de Estados Unidos y, conforme a documentos perfectamente establecidos, lo ocurrido en estos dos últimos años en Venezuela, incluido el golpe de estado, la creación de crisis económicas y el sabotaje, se planeó en Washington».

Chávez señaló que la unidad y la solidaridad del pueblo venezolano había dado como fruto la derrota de los complots estadounidenses destinados a desestabilizar la República Bolivariana ―incluido el referéndum revocatorio organizado en el país hispanoamericano pocos meses antes del encuentro― y concluyó diciendo: «Nosotros proclamamos nuestra solidaridad con el pueblo iraní y con Irán frente a las amenazas de Estados Unidos, y estamos dispuestos a ampliar las colaboraciones entre ambos países en distintos ámbitos».