A diferencia de los sistemas impíos, el Islam confiere personalidad a la mujer
«El Islam, a diferencia de lo que ha sucedido siempre en los sistemas impíos, que miraban a la mujer de una forma totalmente distinta, confiere personalidad a la mujer. En el Islam, cuando se quiere poner a alguien de ejemplo para el creyente, se pone de ejemplo a mujeres: «Y Dios pone un ejemplo para quienes son creyentes» (Sagrado Corán, 66:11). Ahí hay una primera mujer, y en: «Y María hija de Imrán» (66:12) (1), está la segunda. De «ejemplo para quienes son creyentes», se pone a dos mujeres; y de «ejemplo para los que no creen», se pone también a dos mujeres: «La mujer de Noé y la mujer de Lot. Ambas estuvieron bajo la tutela de dos de Nuestros siervos (…) y ambas los traicionaron» (66:10). Es decir, que no se pone a la mujer como patrón para que sirva de lección y de espejo en que se miren solo las mujeres, sino que se la pone para toda la sociedad. Se hubiera podido escoger a un hombre. Pues no. Esto se sitúa frente a aquella concepción descarriada y errónea que existía de las mujeres. Aquella concepción no fue siempre degradante, pero sí fue siempre errónea».
El objetivo de que en Occidente se rechace el hiyab es el aprovechamiento ilegítimo de la mujer por el hombre
«En los sistemas impíos siempre se ha tenido una concepción errónea de la mujer, y así es también hoy en día en Occidente. Bien puede ser que salgan algunas mujeres ―al igual que muchos hombres― de personalidad distinguida, respetable y honesta, pero la concepción general de la mujer que ha echado raíces en la cultura occidental es una concepción errónea, instrumentalizante y ofensiva. Tal como lo ve Occidente, la razón de que ustedes no deban ir en chador ni llevar hiyab no es para ser libres. Ustedes ya dicen que son libres con hiyab. Lo que tienen en mente es otra cosa. Quieren que la mujer aparezca en sociedad de cierta manera para deleitar los ojos del hombre, para un aprovechamiento ilícito. Eso es la mayor ofensa posible a la mujer, aunque lo cubran con un montón de capas de cortesía y le pongan otros nombres distintos».
Respetar a la mujer es darle la oportunidad de que se desarrollen sus talentos
«El respeto a la mujer consiste en darle la oportunidad de que esas fuerzas y talentos distinguidos y grandiosos que Dios el Altísimo ha colocado en depósito dentro de todo ser humano ―incluida la mujer, junto a las facultades que existen solo en las mujeres― salgan a la luz en distintos planos: el plano de la familia, el de la sociedad, el internacional, para la ciencia, para el conocimiento, la sabiduría y la investigación, para la educación y para la edificación. El respeto a la mujer es eso».
20/10/2009
Notas
(1) Joaquín, en la tradición cristiana.