«Una de las principales cosas que tenemos que hacer y a la que todos deben prestar atención es no dejarse engañar por la sonrisa ni por las falsas promesas del frente enemigo. Ya hemos adquirido experiencia en estos treinta años. A veces, nos sonreían. Al principio, algunos de nosotros en ocasiones los creían. Poco a poco, entendimos lo que había entre bambalinas. No nos dejemos engañar por la sonrisa ni por las promesas falaces del enemigo. El frente de la potencia materialista que domina hoy el mundo rompe sus compromisos sin dificultad. Rompe sus compromisos sin escrúpulo ninguno, traiciona sus propias promesas y traicionan la palabra dada sin avergonzarse ante Dios, ante el pueblo ni ante la parte contraria en la negociación. ¡Mienten con facilidad! Yo mismo sé de ejemplos recientes de los que no es cuestión de hablar ahora; quizá lo haga cuando sea necesario. Lo mismo que dijeron los estadounidenses lo dijo su presidente. La carta que me escribió, la respuesta que le di y, luego, la reacción y las medidas que tomaron ellos respecto al contenido de aquellas cartas quedará un día a disposición de la opinión pública mundial, cuando sea necesario. Verán cómo es esa gente, la importancia y el valor que tienen sus palabras y lo que valen sus promesas. Por tanto, una de nuestras tareas fundamentales es no dejarnos engañar por las sonrisas o las falsas promesas de esa gente» (03/02/2012).