«Voy a referirles unas palabras de un alto cargo occidental. No tengo costumbre de hablar de lo que dicen los políticos y las celebridades occidentales, pero aquel dijo algo interesante. Decía: “Hay dos cosas que, de difundirse entre los musulmanes y tomar conciencia de ellas las distintas naciones musulmanas, se romperán y quedarán ya invalidados todos los tabúes de Occidente ―es decir, los dogmas de Occidente―”. ¿Y cuáles eran esas dos cosas? Aquel pensador occidental decía: “Una es la Constitución de la República Islámica, que hace posible a ojos de los musulmanes del mundo un Gobierno popular y avanzado actual, pero a la vez religioso”. Esa Constitución muestra que se puede tener un Gobierno que sea moderno, actual y avanzado, y también totalmente religioso. Eso es lo que ilustra la Constitución. Lo que dice es que eso es posible. Eso, por una parte. Por otra, el historial de éxitos científicos, económicos, políticos y militares de la República Islámica, que, si llega a los musulmanes, verán que aquello que es posible ha sucedido, se ha hecho realidad. Decía que, si las naciones musulmanas llegan a tener conocimiento de esa posibilidad y esa relativa realización ―de que eso es posible y se ha hecho realidad de manera relativa en el Irán islámico de hoy, y tienen ante sus ojos la construcción de ese sistema―, no podrá detenerse ya un encadenamiento de revoluciones» (04/02/2011).