«Estos Unidos es Estados Unidos. Ni un partido ni el otro, cuando han llegado al poder, nos han hecho ningún bien; nos han hecho mal. Uno nos impone embargos, otro nos derriba un avión, uno nos ataca una plataforma petrolera, otro ayuda a nuestros enemigos… Ahora, nosotros no estamos preocupados. Con la ayuda de Dios, estamos preparados para hacer frente a cualquier eventualidad. Por el mundo hay algunos que se lamentan y preguntan por qué han sido así las elecciones en ese país, mientras otros se han alegrado y lo celebran. Nosotros, no; ni lo lamentamos ni nos regocijamos. Nos da igual. Lo que hacemos es pensar en cómo sacar el país de los problemas que pueda haber. En eso debe pensar el pueblo. La forma de superar todos los problemas que puede encontrar el país, ya sea en este período, en los próximos diez años o en los próximos cincuenta es que el país se fortalezca desde el interior. Fíjense en cómo adquirir esa fortaleza. Lo fundamental es el fortalecimiento interno del sistema, tanto en el plano político como en el económico, en el cultural y, por encima de todo, en el plano anímico y mental de los individuos ―en especial, de las personalidades brillantes y los altos funcionarios del país―. Si existe esa fortaleza, el país no se verá amenazado por ningún peligro» (16/08/2016).