«Los horrendos crímenes del régimen sionista en Gaza y la masacre de cientos de hombres, mujeres y niños oprimidos han sacado del velo de hipocresía de los últimos años el rostro sanguinario de los lobos sionistas, y recuerdan a los descuidados y apaciguadores el peligro que supone la presencia de esos infieles belicistas en el corazón de la Umma islámica.

La tragedia de estos horribles sucesos se hace muy dura y penosa, no solo a cualquier musulmán, sino a cualquier ser humano con conciencia y honor en cualquier parte del mundo, pero mayor tragedia es el silencio incitador de algunos Gobiernos árabes que dicen ser musulmanes. ¿Cabe desgracia mayor que ver a los Gobiernos musulmanes, que deberían apoyar al oprimido pueblo de Gaza frente al régimen usurpador, infiel y beligerante, comportarse de manera tal que las criminales autoridades sionistas los describan groseramente como de acuerdo y en coordinación con esa gran catástrofe?

¿Qué respuesta tendrán los gobernantes de esos países ante el Mensajero de Dios (con él y su familia las bendiciones de Dios)? ¿Cómo responderán ante sus propios pueblos, que sin duda harán duelo por esa catástrofe? Con toda certeza, el corazón de los pueblos de Egipto, Jordania y el resto de países islámicos derrama hoy sangre por esta matanza, después de ese largo asedio y privación de alimentos y medicinas» )28/12/2008(.