«Me alegra mucho volver a verlo. En Teherán, está usted entre gente que lo conoce bien y que lo aprecia. Yo lo conozco desde hace años, y nuestra gente tiene en alta estima su nombre y sus buenos posicionamientos. Sin duda, los puntos en común y las afinidades que compartimos han tenido un papel importante en la creación de los cordiales y espirituales lazos que existen entre nosotros. Cuando yo lo vi por primera vez, en Zimbabue, sentí entre nosotros una estrecha conexión. Eso se debe a las afinidades y a las creencias y posturas comunes que compartimos. Espero que su visita a Irán abra un nuevo capítulo en las relaciones entre nuestros países. Aunque estamos lejos geográficamente, podemos tener vínculos y relaciones estrechos.

»Hoy en día, lo que más aqueja al mundo son las injusticias. Algunos países europeos que libraron guerras devastadoras en el pasado corean hoy consignas de paz, pero sin plantear nunca la cuestión de la justicia, que es la que necesita hoy la humanidad. La paz debe basarse en la justicia, y es responsabilidad de la Iglesia cristiana desempeñar un papel más activo en ese sentido.

»Nosotros creemos que la religión debe satisfacer las necesidades básicas de la humanidad. Eso puede incluir necesidades personales, emocionales o sociales. Creemos que el Islam es una religión capaz de satisfacer todas las necesidades humanas. Sin embargo, algunos no han comprendido la ideología islámica de manera correcta. El resultado es que, aunque se los llama musulmanes, son sumisos respecto a potencias arrogantes como los Estados Unidos. Nosotros creemos que eso no es acorde a las enseñanzas islámicas, ya que el Islam pone gran énfasis, así como en la espiritualidad, también en la justicia.

»Sin embargo, algunas potencias como Estados Unidos se oponen a nuestras creencias y ¡nos llaman fundamentalistas! Su oposición se debe principalmente al hecho de que tales creencias tienen ciertos efectos prácticos. Entre nuestros conceptos religiosos, existe una noción que es la de arrogancia. De hecho, el Gobierno de Estados Unidos es la encarnación misma de la arrogancia. Si rechazamos la arrogancia y un mundo unipolar, se debe a nuestras creencias religiosas. Consideramos que cualquier lucha contra la arrogancia en el mundo es una lucha justa, y sentimos que quienquiera que esté involucrado en esa lucha está en el mismo bando que nosotros.

»Desde un punto de vista islámico, la resistencia de ustedes al acoso y la dominación estadounidenses es meritoria. Por eso ha recibido usted esa cálida bienvenida al visitar hoy la Universidad de Teherán. Muchos líderes de países no recibirán una bienvenida tan cálida si visitan nuestras universidades. Esto demuestra que nuestra gente es muy consciente del valor de su justa resistencia frente a los Estados Unidos. Hemos aprendido tanto la espiritualidad como la forma correcta de vivir de nuestra religión. El pensamiento religioso se basa en una filosofía profunda y se apoya en una lógica sólida. No es meramente una herencia emocional transmitida de una generación a otra. De hecho, las creencias religiosas tienen profundas raíces en nuestra sociedad».