En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso.

El Basich es un grandioso y brillante recuerdo dejado por el difunto imam (Jomeiní), una manifestación de la potencia nacional y una exhibición de pureza, sinceridad, perspicacia y combatividad. En todas partes ―en la defensa del país, de su independencia y de su estabilidad; en la prestación de servicios vitales a escala nacional; en actividades científicas punteras como en las nuevas tecnologías, y en el ámbito de las actitudes centradas en valores y en la creación de una atmósfera espiritual― se escucha el nombre del Basich y se manifiesta su presencia. La fe, la resolución, el sentido de la responsabilidad y la confianza en uno mismo son los principales pilares de esas capacidades y de esa habilidad para resolver problemas, y son en sí mismos gracias y dones divinos que deben preservarse e incrementarse mediante el recuerdo de Dios y una vigilancia constante.

El Basich es una inmensa riqueza y un depósito entregado por Dios a la nación iraní. Los enemigos de esta nación albergan, han albergado y albergarán siempre la idea de destruirlo o neutralizarlo. Que los responsables organizativos y todos y cada uno de los queridos basiyíes consideren su deber contrarrestar las tretas del enemigo, y que sigan adelante encomendándose a Dios, con entrega sincera y con planificación. Les deseo el éxito, Dios mediante.

Seyed Alí Jameneí

25 de noviembre de 2020