Pensemos que puede que haya una apertura desde el exterior o puede que no. En cualquier caso, nosotros debemos contar con que no va a haber esa apertura, hacer planes teniéndolo en cuenta y trabajar. Aquellos en quienes hay puestas esperanzas están siéndonos hostiles. En fin, la situación de Estados Unidos no está clara: «Para todos hay un momento en que quedan atrapados en sí mismos» (1). Sus propios problemas no les permiten realmente hablar y pronunciarse sobre cuestiones internacionales de tal modo que un pueda hacer planes al respecto. Sin embargo, ven ustedes que los europeos están constantemente hablando y manifestándose en contra de nosotros. Sacan declaraciones diciendo que si con los misiles se tiene que hacer tal o cual, y cosas de ese tipo. Son ellos quienes cometen el mayor número de intromisiones fuera de lugar en asuntos diversos que no los atañen en absoluto, incluidos los asuntos de nuestra región. En lo que concierne a los misiles, ellos mismos disponen de misiles atómicos devastadores rechazados tanto por la razón como por la tradición, por este mundo y por el otro, y los almacenan. Los tiene Inglaterra, los tiene Francia y Alemania va por el mismo camino; si los tiene o no no está muy claro, pero sigue el camino de esas cosas. ¡Y luego a nosotros nos dicen que no tengamos ni siquiera misiles normales! Pero, ¿qué tiene eso que ver con ellos? Que se enmienden primero a sí mismos, antes de opinar sobre esas cosas. Ven ustedes por tanto que no se trata de gente en la que se pueda confiar ni en quienes se puedan poner esperanzas de que va a haber una apertura por su parte.

El problema de la economía de nuestro país no es una carencia ni un desconocimiento de soluciones. Las soluciones son conocidas por los expertos. Yo veo a la gente del Gobierno, a gente que no tiene responsabilidad alguna en el Gobierno, pero son economistas, y a universitarios decir todos las mismas cosas. Tanto el que está en el Gobierno como el que está en el Parlamento o el que está en la universidad, cuando quieren proponer una solución, plantean las mismas soluciones y dicen las mismas cosas. De manera que las soluciones están claras. Entonces, ¿qué nos falta? Pues lo que necesitamos es un esfuerzo serio, valentía, diligencia y perseverancia. Es eso lo que nos hace falta.

Notas

(1) De un poema del diván de Asefí Heraví (Herat, 1449-1517): También tú en el espejo te asombras de tus propias bondades / Para todos hay un momento en que quedan atrapados en sí mismos.