En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso.

Expreso mis condolencias por el fallecimiento del combativo y piadoso ulema que fue el ayatolá y sheij hach Mohammad Yazdí, de quien Dios esté satisfecho, a las grandes escuelas islámicas de Qom, a las altas autoridades religiosas, a la respetable comunidad de docentes, a los alumnos, amigos y afectos del difunto y, en especial, a sus estimados parientes y hijos.

Su trayectoria revolucionaria, su combate durante la dictadura del shah, manteniendo una presencia constante en todas las etapas de la Revolución, y su dedicación a grandes responsabilidades en la administración del país, tales como la presidencia del Poder Judicial o la membrecía en el Consejo de Guardianes, en la Asamblea de Expertos y en la Asamblea de Consulta Islámica, junto a la actividad académica y jurisprudencial, confirieron a ese honorable ulema una personalidad polifacética e influyente.

Una fe firme en los fundamentos de la Revolución, la perseverancia en ese camino y el celo religioso y revolucionario fueron otras claras marcas distintivas de esa respetable figura.

Cabe esperar que el considerable peso de tal acumulación espiritual sea motivo de su ascenso a un elevado rango. Pido a Dios el Altísimo Su misericordia, perdón y satisfacción para el difunto.

Seyed Alí Jameneí

9 de diciembre de 2020