«En cuanto a la hostilidad que nos profesan, se debe a que no hemos dado reconocimiento a su inicua dominación. Dado que no nos hemos sometido a ellos, que no hemos aceptado su política en la región, que hemos rechazado su política respecto a Palestina y que no hemos aceptado sus inicuas directrices, nos son hostiles, y esa hostilidad es algo persistente. La única manera de librarnos de esa hostilidad es hacer que desesperen. En otras palabras, el pueblo de Irán, el Gobierno de Irán y el sistema de la República Islámica deben llegar a un punto en el que la parte contraria pierda la esperanza de poder asestar un golpe fundamental (…) Debemos fortalecer esas herramientas de poder ―poder real, no vacío― en nosotros mismos, y que se refuercen la nación y el país, con lo que el enemigo desesperará» (03/11/2020).