El Líder Supremo de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Jameneí, ha aconsejado siempre a los candidatos de las elecciones presidenciales y la Asamblea Consultiva Islámica, a lo largo de su liderazgo, que respeten la moral en las competiciones electorales. KHAMENEI.IR publica una selección de declaraciones suyas en ese sentido.
«Hagan promesas que no los avergüencen si el año que viene se difunden grabaciones de lo que dicen hoy»
«Algunos candidatos hacen promesas a la gente sabiendo hasta ellos mismos que no se trata de cosas que estén en su mano. Quien no puede cumplir algo ¿por qué lo promete a la gente? ¿Por qué dan al pueblo esperanzas sobre algo que saben que no podrá ser? ¡A veces prometen cosas ilegales! Dicen que tomarán tal medida, cuando saben que contraviene la ley, ya se trate de la Constitución o de las leyes ordinarias. Que no hagan promesas semejantes; no lancen consignas contrarias a la ley» (20/01/2016).
«Déjenme decir a los diversos candidatos que hablen de tal modo que, si el año que viene se reproducen o publican grabaciones de lo que dicen hoy, no se vayan a avergonzar. Hagan promesas tales que si más adelante se las echan en cara no se vean obligados a culpar a tal o cual de no haber permitido cumplirlas y de que no pudo ser» (04/06/2013).
«Las elecciones son una competición por servir, no por hacerse con el poder»
«Las elecciones deben ser en nuestro país una competición por servir, no por hacerse con el poder. Las elecciones islámicas son así. Allá donde la pelea es por el poder, lo que sucede es lo que ven ustedes en algunas elecciones del mundo. Una muestra la tuvieron en las últimas elecciones de Estados Unidos. Allá, la pelea es por el poder; se enzarzan para transferir cada uno el poder a su partido o grupo. La cuestión es hacerse con el poder, y lo dicen abiertamente: “Nos esforzamos por hacernos con el poder y con el puesto”. En la lógica islámica, el poder, la dignidad, el honor, la fama y los recursos son única y exclusivamente para servir a la gente, para hacer avanzar a uno mismo, a la sociedad y al país por la vía del sagrado sistema islámico y alcanzar los elevados ideales de los que están necesitados los seres humanos. Esa posición es la de una competición por servir y trabajar duramente. Quienquiera que esté dispuesto a esforzarse más que los demás, sin tener las expectativas que tienen los responsables de otros países de su propio cargo y posición, que entre en esa liza. No tienen que figurarse algunos que alcanzar la Presidencia o tal otro cargo deba ir acompañado, como es habitual en el mundo, de pingües beneficios» (01/05/2001).
«No es fácil soportar la victoria»
«El pueblo ―tanto el grupo cuyo candidato es elegido como aquel cuyo candidato no lo es― debe mostrar que tiene capacidad de encaje y hilm ―que quiere decir longanimidad y aguante―, y no perder los papeles. Hay quienes pierden los papeles incluso si ganan en algo ―no son capaces de encajarlo―. Y si salen perdedores igual. Pues no; tanto si uno tiene éxito y alcanza el objetivo que se había fijado como si no lo alcanza tiene que mostrar capacidad de encaje» (04/06/2017).
«No quiera Dios que el hermano que ha resultado elegido vaya a humillar al otro hermano o lo considere ajeno a los asuntos del país. No, de eso nada. La gente ha hecho un diagnóstico y ha elegido a un hermano o una hermana» (13/05/1992).
«Ni es tarea fácil soportar la victoria ni lo es soportar no obtener la victoria. Tener longanimidad, capacidad de aguante y capacidad de encajar la victoria o la ausencia de victoria es una virtud en el ser humano» (16/06/2009).
«Si alguien dice que en las elecciones ha habido fraude, debe argumentarlo»
«Si alguien está convencido de que ha habido fraude, primero tiene que argumentarlo y aportar indicios de la existencia de ese fraude. Luego, tanto si aporta indicios como si no, la ley marca el camino: puede denunciarlo. Debe inspeccionarse y revisarse; que vayan personas imparciales y miren, a ver si ha habido fraude o no. En fin, ese es el camino. Si alguien no se pliega a ese camino y no acepta seguirlo, (…) se está rebelando» (26/10/2010).
«Algunos pueblos como el inglés ¡convierten en matanzas incluso los partidos de fútbol!»
«Las campañas electorales, si bien son una de las actividades más serias de una nación y en absoluto son cosa de broma ni juego ninguno, sino algo de la máxima seriedad, tienen parecido con una competición deportiva. En las competiciones deportivas se esfuerzan todos, pero quienes poseen moral y capacidad de comprensión no acompañan ese esfuerzo de acciones reprobables e inadecuadas. Claro está que aquí me refiero a nuestra gente, porque hay algunos otros pueblos ―como los ingleses― que convierten en matanzas incluso los partidos de fútbol. A nosotros eso no nos atañe. Nuestro pueblo goza de moral, espiritualidad y sentimiento. No dejen que la atmósfera electoral quede empañada por rencores. Que cada uno de los candidatos y sus partidarios hagan propaganda sobre sí mismo, sin zaherir a sus amigos, compatriotas y hermanos que acaso apoyen a otro candidato, hiriéndolos y ofendiéndolos» (21/05/1997).
«Los candidatos no deben calumniarse unos a otros»
«Que los candidatos no se insulten entre ellos. Muy bien, es usted candidato y está convencido de ser una persona virtuosa y sobresaliente. Perfecto, elógiese a sí mismo cuanto quiera, pero no insulte a su oponente; no lo calumnie ni chismorree sobre él. Calumniar quiere decir atribuir a alguien algo que no es cierto, mientras que chismorrear es atribuir a alguien algo que sí lo es. Pues ni chismorreen siquiera. Se trata de un deber y de un criterio de la limpieza de las elecciones» (19/04/2015).
«Competición no es lo mismo que hostilidad o lanzarse mutuas calumnias. Con esas cosas todos debemos tener cuidado. Competir no consiste en que alguien considere que afirmarse depende de negar a otro» (09/01/2012).
«Cuando alguien pone luz en un lugar, la oscuridad se da a conocer por sí misma»
«Si de verdad alguien está insatisfecho con la orientación que cree que lleva una persona o un grupo, lo que hay que hacer no es vilipendiar e insultar a las personas, ni sacar a colación el nombre de fulano o mengano, sino explicarse. El movimiento revolucionario se basó desde el principio en explicar y exponer las verdades. Cuando alguien pone luz en un lugar, automáticamente la oscuridad se presenta por sí misma, y no hay nada de malo en dejar en claro cuál es la oscuridad. Lo que no sigue una lógica razonable es mencionar nombres o vilipendiar a personas respetables y de prestigio» (31/08/2006).
«En algunos lugares del mundo es corriente que [los partidarios de los candidatos en las elecciones] revelen secretos de familia unos de otros, que tomen fotografías unos a otros a escondidas y que las saquen a la luz. Son esos mismos que cuando llegan al Parlamento ―lo habrán visto ustedes por televisión― ¡se lían a puñetazos y patadas por alguna cuestión!» (02/01/2008).
«Trasladar a la gente las divergencias es traición»
«[Entre los candidatos en unas elecciones] abundan las diferencias de opinión, y no hay nada de malo en ello. Dos personas pueden tener responsabilidades y ser amigos, pero estar en desacuerdo. Siempre ha sido así. Pero las diferencias de opinión no deben llevar a divergencias en la práctica, a enfrentamientos de todo tipo, a colisiones en público, a peleas ni a reproches ante los ojos de la gente (…). Las divergencias no deben trasladarse a la gente. No hay que excitar los sentimientos de la gente para crear diferencias. Desde hoy hasta el día de las elecciones, quien se valga de los sentimientos de la gente para generar disensión estará sin duda traicionando al país» (31/10/2012).