«El Islam y los movimientos islámicos se han visto siempre más perjudicados por la hipocresía que por la franca incredulidad. Hoy en día, el Islam estadounidense ―es decir, aquel en que el nombre del Islam está al servicio de falsas deidades y persigue los objetivos de Estados Unidos y demás arrogantes―, no solo no es menos peligroso que los medios militares y políticos estadounidenses, sino que es más peligroso. Estén alertas frente a los adalides del Islam estadounidense, ya tengan la apariencia del ulema o la del político; denuncien sus palabras, sus gestos y sus orientaciones, y jamás traten de obtener su ayuda» (16/06/1991).