«En la doctrina del Islam, entre el hombre y la mujer existen barreras protectoras y el hiyab. Esto no quiere decir que las mujeres tengan un mundo separado distinto al de los hombres. No, las mujeres y los hombres viven juntos en sociedad y en el entorno laboral. Tienen trato en todas partes. Resuelven juntos los problemas sociales (...) Administran juntos la familia y crían a los hijos. Pero esa barrera protectora y ese hiyab se mantienen siempre fuera del entorno doméstico y familiar. Ese es el punto clave en la construcción del modelo islámico. Si ese punto no se respeta, lo que se produce es esa grosería de que adolece hoy en día Occidente» (13/11/1991).