«¡Hermanos y hermanas! Hace un año que se está masacrando a una nación. ¿¡Acaso es poca cosa!? Desde hace un año, en un país europeo, la gente está siendo masacrada. Y aquello no es África ni las profundidades de la selva amazónica. No es el este de Asia. Es en Europa, ese mismo lugar cuyos Gobiernos no reconocen el derecho a la vida de los demás países del mundo, diciendo: «Esos no son civilizados como nosotros». En ese mismo lugar, una nación está siendo masacrada desde hace un año. ¿En qué idioma hay palabras para describir lo que les han hecho a los musulmanes de Bosnia-Herzegovina? ¿Qué pluma es capaz de delinear los trazos de lo ocurrido? ¿Qué medio de alcance mundial, cuál de las agencias de noticias conocidas del mundo han estado dispuestas a ir allá, escribir sobre la verdad de lo que estaba pasando y difundirlo?

»Hace un año que matan y pisotean allá a grandes y pequeños, a hombres y mujeres, a sanos y enfermos, a personas concretas y a gente corriente. Su honra es objeto de ultrajes y vejaciones. Sus casas son derruidas. Desde el principio de este periodo hasta ahora ―que quizá haya pasado más de un año―, los grandes Gobiernos, con el de Estados Unidos a la cabeza, se limitan a mirar de tanto en cuando, pronunciar un par de palabras ¡y a veces decir que lo sienten!

»Yo, que soy una persona conocedora de la naturaleza de esa civilización basada en lo material, conocedora de la naturaleza de esos políticos embusteros y taimados del mundo actual, no esperaba de ellos que fueran a apoyar a la gente de Bosnia-Herzegovina. Y ahora que dicen que los apoyan, sé que mienten. El día en que dijeron que iban a imponer un bloqueo naval a los serbios, un servidor sabía también que mentían, y no lo hicieron.

»Nosotros no esperamos nada de ellos. Ni siquiera aceptaron que un puñado de jóvenes musulmanes de distintas partes del mundo se juntaran y fueran a ayudar a esos desgraciados ni que les dieran un puñado de armas con las que pudieran proteger su propia vida. Esos mismos políticos embusteros, esas mismas personas que no se compadecieron de miles de mujeres bosnias, esos mismos que no le dieron importancia al genocidio de una nación alzan la voz y utilizan potentes medios de propaganda y comunicación ¡para sostener que están en contra del terrorismo y a favor de los derechos humanos! Hacen listas y escriben el nombre de tal y tal país en la lista de terroristas, ¡considerándose ellos mismos partidarios de los derechos humanos! ¿Qué es eso? Eso no es sino ese mismo mal que aflige desde antiguo a la humanidad. Es la misma manera de tomar a la gente por idiota que conocemos de época del Faraón, de antes del Faraón y de después del Faraón. Esto es lo mismo. Y la humanidad es una humanidad oprimida. Sepan esto: el ser humano que es gobernado a la sombra de estos poderosos y de estas potencias en todo el mundo es un ser humano oprimido. Es ahí donde se ve lo importante que es el grito celestial del Islam, que valora a los seres humanos, abomina de la mendacidad y considera la veracidad un signo de fe» (08/05/1993).