«”Ser popular” es un tema muy amplio que tiene distintas manifestaciones. Una de ellas es justamente ir entre la gente y escucharla sin intermediarios (...).
»Otra manifestación es la adopción de un estilo de vida sencillo: ser llano en los modales y la forma de comportarse, abstenerse de hábitos suntuosos, de mirar a la gente por encima del hombro, etc. Ese es otro aspecto de un carácter popular. Hay que mantenerse al margen de esos hábitos suntuosos que son habituales en el mundo y que aquejan a todos los gobiernos, puestos y responsables, con ese modo de mirar a la gente y esa manera de vivir (...).
»Otro aspecto de un carácter popular es hablar con la gente y hacerla partícipe de los problemas y las soluciones (…). El Príncipe de los Creyentes (con él la paz) presta atención a esta cuestión en aquel importantísimo edicto de su gobierno dirigido a Malik al-Ashtar, cuando dice: “No te ausentes de la gente durante mucho tiempo”. Claro está que un responsable no puede estar siempre entre la gente, pero en ciertos momentos sí tiene sin falta que personarse entre ella (…). Luego dice: “Si aparece un problema en las mentes de la gente, una duda respecto a ti, ve y presenta tus excusas”, habla con ellos con franqueza, dialoga. Miren ustedes, por principio la relación entre el gobernante y la gente es así: una relación fraterna y amistosa: “Si tienen dudas, apártalas de sus mentes hablando tú mismo y expresándote”» (