En nombre de Dios, Clemente y Misericordios
El Hach es una práctica cultual llena de símbolos y misterios. La hermosa combinación de movimiento y quietud que se da en él edifica la identidad tanto del individuo musulmán como de la colectividad musulmana, y exhibe sus bellezas al mundo. Por un lado, llena los corazones de todos los siervos de Dios de Su recuerdo, de humildad, de súplica y de ascensión espiritual, acercándolos a Dios; por otro, a través de ropas y dinámicas uniformes y de movimientos coordinados, crea vínculos entre hermanos congregados desde todos los rincones del mundo, y por último coloca ante los ojos del mundo el más alto símbolo de la Umma islámica, con todos sus ritos llenos de misterio y significado, restregando a los malintencionados la determinación y la grandeza de la Umma.
En los últimos ciento cincuenta años, los pueblos musulmanes no han desempeñado papel alguno a la hora de determinar ni el destino de sus países ni sus Gobiernos y, salvo en contadas excepciones, han sido dirigidos conforme a la política de Estados invasores occidentales, sufriendo su codicia, sus intromisiones y su maldad. El atraso científico y la dependencia política actuales de muchos países son resultado de aquella pasividad e ineptitud. Nuestros pueblos, nuestros jóvenes, nuestros científicos, nuestros sabios religiosos e intelectuales civiles y nuestros políticos, partidos y asociaciones deben hoy compensar ese pasado vergonzoso y carente de gloria. Deben ponerse en pie y resistir frente a las imposiciones, injerencias y maldades de las potencias occidentales.
El mensaje de la República Islámica de Irán, que preocupa e irrita al mundo de la Arrogancia, se resume en un llamado a la resistencia; a resistir frente a las injerencias y la maldad de Estados Unidos y las demás potencias invasoras, y a tomar las riendas del futuro del mundo islámico apoyándose en las enseñanzas del Islam.
Naturalmente los Estados Unidos y quienes van con ellos son suspicaces cuando se habla de «resistencia» y hostilizan resueltamente al frente de la Resistencia islámica. Que los ayuden algunos Gobiernos de la región es una desagradable realidad que contribuye a que las maldades mencionadas persistan.
Palestina ocupada reclama nuestra ayuda. El oprimido y ensangrentado Yemen hiere los corazones. Las desdichas de Afganistán preocupan a todos. Los desgraciados acontecimientos de Irak, Siria, Líbano y algunos otros países musulmanes en los que es visible la mano de la maldad y las injerencias de Estados Unidos y sus adláteres despiertan el celo y los esfuerzos de la juventud. Por otro lado, el surgimiento de elementos de resistencia en toda esta delicada región, el despertar de las naciones y la motivación de una juventud llena de energía llenan los corazones de esperanza; Palestina desenvaina «la Espada de Al-Quds» en todos sus territorios: Al-Quds, Gaza, Cisjordania, los territorios del 48 y los campamentos se levantan todos y en doce días hacen que el agresor muerda el polvo; Yemen, cercado y solo, aguanta siete años de guerra, crímenes y matanzas de inocentes a manos de un enemigo vil y despiadado, y pese a carecer de alimentos, de medicinas y de medios de vida, no se rinde a los avasalladores.