«En una línea de producción donde puede haber veinte trabajadores parados en fila, un producto industrial va avanzando por la línea y cada uno debe realizar una operación: uno debe dar con el martillo; otro debe poner un tornillo; otro, colocar algo, y otro más, retirar alguna cosa. Deben realizar esa operación en su momento exacto. Siendo usted una de esas veinte personas situadas en la línea de producción, si ese objeto le pasa por delante y usted tarda diez segundos en pensar, ya se ha ido y el trabajo acaba. Hay que hacerlo en el instante. Las cosas hay que hacerlas en su momento. No debemos descuidar la tarea que conforme a la razón y a la ley religiosa nos compete. Hemos de entrar en acción sin tardanza» (09/01/2023).