«Vean ustedes ahora ese devastador terremoto que ha sucedido en Siria y Turquía; se trata de un suceso penoso. Incumbe a todos los musulmanes. Todos deben verdaderamente sentir dolor y sufrir por cosas así», ha enfatizado el ayatolá Jameneí en un encuentro celebrado este sábado con los embajadores de los países islámicos y los funcionarios de la República Islámica, con ocasión del aniversario de la designación del Noble Muhammad (con él la paz) como Profeta del Islam por parte de Dios.

Si bien, ha subrayado que ese sismo, frente a cuestiones políticas como la de Palestina, como las injerencias de Estados Unidos en los distintos países de la región, en Siria y en otros lugares, es poca cosa.

Su Eminencia ha denunciado que al pueblo de Palestina lo están oprimiendo de verdad día tras día en su propia tierra, en su propia casa, y eso a los que han quedado, a los que no han echado, expulsado.

«Aún hoy, una de las cuestiones más importantes sigue siendo la de Palestina. Un pueblo, un país está bajo el férreo control no de personas normales, sino de personas salvajes, pérfidas y malvadas, y los gobiernos islámicos se quedan mirando, observando (…). Cada día arrasan un rincón o construyen un asentamiento sionista», ha agregado.

Por otra parte, el Líder de la Revolución Islámica ha felicitado la Fiesta de la Misión del Profeta a todos los buscadores de la Verdad y todos los musulmanes del mundo, insistiendo en que si el llamado de la Misión Profética llega a los corazones de los buscadores de la Verdad, indudablemente se sentirán atraídos por él.

«La Misión del Profeta Supremo es el mayor regalo hecho por Dios a la humanidad, y la razón es que la Misión encierra tesoros inagotables para la humanidad que pueden asegurar la felicidad humana durante la vida en este mundo antes del más allá», ha recalcado.

En este sentido, ha considerado la resistencia como uno de los tesoros contenidos en la Misión del Profeta del Islam. «La resistencia es el secreto para alcanzar la meta. Cualquiera que sea su meta, ya sea mundana o del más allá, con firmeza y resistencia podrá alcanzarla. Sin ella no es posible», ha agregado.

El ayatolá Jameneí ha indivado que un gran tesoro de la Misión del Profeta del Islam es la dureza con los malintencionados y la impermeabilidad a su influencia. «Entre las vías por las que las sociedades resultan dañadas está la penetración de la influencia de sus enemigos. No dejen que esa influencia se extienda», ha aseverado.

Además, ha señalado que la bondad, el afecto, la sinceridad y la cordialidad entre los miembros de una sociedad son otro de los tesoros de la Misión del Profeta para que la vida en sociedad transcurra con piedad y magnanimidad.