«Un pueblo, un país está bajo el control férreo no de seres humanos corrientes, sino de seres humanos salvajes, pérfidos y malvados (...). Al pueblo de Palestina lo están oprimiendo de verdad día tras día en su propia tierra, en su propia casa, y eso a los que han quedado, a los que no han echado, expulsado. Cada día arrasan un rincón o construyen un asentamiento sionista (...). Durante muchos años, ante los ojos del mundo entero, una nación ha sido oprimida así (...). Vean ustedes ahora ese devastador terremoto que ha sucedido en Siria y Turquía; se trata de un suceso penoso. Incumbe a todos los musulmanes. Todos deben verdaderamente sentir dolor y sufrir por cosas así. Ahora bien, frente a cuestiones políticas como la de Palestina, como las injerencias de Estados Unidos en los distintos países de la región, en Siria y en otros lugares es poca cosa. Al mismo tiempo, es un suceso importante» (