«Los ataques del enemigo tienen por blanco nuestro entendimiento y nuestra percepción. El enemigo hace grandes esfuerzos por trastornar nuestra percepción y discernimiento de la realidad. Y, cuando digo «nuestro discernimiento», ¿a quién me refiero? Tanto a las instancias decisorias y los dirigentes políticos como a la gente común y a la opinión pública. Lo que intentan es definir nuestros intereses nacionales en función de sus deseos. Lo que intentan es definir lo que conviene al pueblo iraní y sus intereses nacionales de tal modo que se adapten a lo que ellos quieren. Pretenden que creamos que no podemos y que somos débiles, eso es lo que quieren. Quieren que creamos que lo que nos interesa es rendirnos. En eso es en lo que insisten. Así, el blanco de sus ataques es el pensamiento de los responsables del país. (Les dan a entender) que nuestro interés y la salvación respecto a los problemas del país reside en abandonar los ideales revolucionarios» (