«La sensatez en las actividades relativas al cumplimiento de los derechos de las mujeres»

«Todo movimiento social será lícito y obtendrá resultados justos cuando esté basado en la razón, la reflexión, el discernimiento y la conveniencia, sobre pilares justos y racionales. En todo movimiento que se lleva a cabo con el objetivo de hacer cumplir los derechos de las mujeres, debe tenerse en cuenta rigurosamente esa consideración. Es decir, que cualquier tipo de movimiento debe realizarse sobre la base de una visión sabia fundamentada en las realidades de la existencia ―el conocimiento de la naturaleza y esencia de la mujer, de la naturaleza y esencia del hombre, de las responsabilidades y ocupaciones específicas de la mujer, de las responsabilidades y ocupaciones específicas del hombre y de lo que puede ser común y compartido por ambos― y no deberse a la pasividad y la imitación. Si ese movimiento está basado en la pasividad y la imitación y en una decisión acrítica tomada con los ojos cerrados, sin duda será pernicioso» (22/10/1997).

«Necesidad de que los artículos en defensa de los derechos de las mujeres no sean pasivos»

«Si en nuestro país y en la sociedad iraní algunos hablan de la mujer y de derechos de la mujer porque las revistas occidentales, los informes occidentales o los políticos occidentales han acusado al Irán islámico de no atender los derechos de la mujer, eso está mal. En ese terreno no se debe entrar con tal objetivo, porque se acabará en el descarrío y el error. Si entramos en el terreno de la defensa de la mujer con el objetivo de no quedar rezagados respecto de los occidentales, cometeremos una equivocación. Si entramos con el objetivo de que ellos no se hagan una opinión negativa de nosotros, cometeremos una equivocación. Si entramos en ese terreno haciéndonos ilusiones y fantasías, imaginando que ellos han encontrado y seguido el camino correcto en este campo, cometeremos una gravísima equivocación. No hay que entrar en esa liza con tales objetivos e intenciones, porque se basan en errores. Lamentablemente, yo veo hoy que algunos artículos escritos a modo de defensa de la mujer y algunas palabras pronunciadas en nombre del cumplimiento de sus derechos parten de una posición totalmente reactiva: porque los occidentales han dicho tal cosa, porque los europeos han escrito tal otra o porque han hablado de nosotros de tal modo. Y si nosotros hablamos o seguimos un camino a la defensiva, eso nos llevará al extravío y el engaño totales» (22/10/1997).

«Que la mujer no sufra injusticias es uno de los objetivos del Islam en la defensa de los derechos de las mujeres»

«El objetivo del Islam al defender los derechos de las mujeres (…) es que la mujer no sufra injusticias y que el hombre no crea el amo de la mujer. En la familia hay unos límites y unos derechos. El hombre tiene ciertos derechos, la mujer tiene también los suyos y esos derechos se han dispuesto de manera extremadamente justa y equilibrada. No hablo de lo que se haga en nombre del Islam y esté mal ni lo defiendo. Lo que pertenece al Islam son las manifestaciones claras e indiscutibles del Islam. Es ahí donde se mantiene un equilibrio entre los derechos del hombre y los de la mujer dentro de la familia. Vean ustedes lo que dice una noble aleya sobre el hombre y la mujer, principalmente dentro de la familia: «Y entre Sus señales está el haber creado de vosotros mismos parejas» (30:21). Es decir, que entre las señales del poder divino está haber dispuesto para los seres humanos cónyuges de su mismo género y su misma especie; para los hombres, las mujeres, y para las mujeres, los hombres. Son de los suyos mismos. «De vosotros mismos», no son otro género aparte ni pertenecen a dos categorías distintas. Son todos ellos una misma realidad, una misma esencia y una misma sustancia. Por supuesto, difieren en algunas características, porque las funciones de ambos son distintas. A continuación dice: «Para que encontréis la calma junto a ellas». Es decir, que la dualidad y el carácter binario de la naturaleza humana sirve un objetivo de mucha enjundia. Ese objetivo es el sosiego y la tranquilidad, para que ustedes encuentren la tranquilidad junto al sexo opuesto, dentro de la familia ―el hombre, junto a la mujer y la mujer, junto al hombre―. Para el hombre, llegar al hogar y encontrar el entorno seguro de la casa, con la mujer, afectuosa, amistosa y fiel es un medio de sosiego; y para la mujer, tener a un hombre y un punto de apoyo que la ame y que sea para ella como una sólida fortificación ―por ser el hombre más fuerte físicamente que la mujer― es una felicidad; es fuente de tranquilidad y felicidad. La familia les garantiza eso a los dos. El hombre, para encontrar tranquilidad, necesita a la mujer en el entorno familiar; y la mujer, para encontrar tranquilidad, necesita también al hombre en el entorno de la familia: «Para que encontréis la calma junto a ellas». Ambos se necesitan para tener sosiego y tranquilidad» (22/10/1997).

«Necesidad de defensa moral y legal de la mujer, en especial dentro de la familia»

«Algo a lo que se debe prestar atención es la defensa moral y legal de la mujer, en especial dentro de la familia; defensa legal mediante la reforma de la legislación (…) y creando las leyes necesarias, y defensa moral planteando la cuestión y haciendo frente a quienes no la entienden bien y consideran a una mujer ama de casa como una criada a la que el hombre oprime, sin capacidad de edificarse en lo espiritual, y actúan en consecuencia. A esa idea hay que plantarle cara muy enérgicamente; por supuesto, de manera totalmente razonable y racional» (22/10/1997).

«Necesidad de proteger los derechos y valores de la mujer»

«Tenemos que hacer hincapié en la protección de los derechos y valores de la mujer y revisar los patrones actuales, producidos e ideados por este mismo sistema de dominación, y poner diligencia en liberar a la mujer de ser un medio para el placer, como de hecho la cultura de la dominación de Occidente le ha impuesto: erudita, política, directiva, personalidad importante y, por encima de todo, esposa y madre, sí; pero medio para obtener placer y entretenimiento, no. Es eso lo que podrá dar a la mitad de la humanidad su verdadero ser y su auténtica identidad, y lo que dará a la familia cimientos duraderos y sagrados» (22/09/1987).

«La República Islámica reivindica los derechos de la mujer»

«Desde el comienzo de la Revolución hasta hoy, no han dejado de decir sandeces sobre los puntos de vista de la República Islámica respecto de la mujer. El Islam puede sostener, por la visión que de las mujeres y de su función en la sociedad posee ―su función como individuos, en la familia, político, social―, que todos los pueblos reivindicativos deben seguirlo. Si los países occidentales tuvieran que sentarse en el banco de los acusados y rendir cuentas en este campo, sin duda quedarían deshonrados. En esos mismos países occidentales, hasta hace unos años ―no demasiados― las mujeres que estudiaban en centros de instrucción superior ¡no tenían derecho a que se les entregasen certificados de los estudios que habían cursado! Recientemente incluso, en algunos países occidentales ―Inglaterra incluida― una revista de un país occidental ―no quiero nombrar ni el país ni la revista― presentó a una anciana que en el año 1917 ―es decir, hace ochenta años― completó estudios superiores de nivel de doctorado, ¡pero no le dieron el título! Luego le preguntan por qué no se lo dieron y dice que por que hasta el año 1947, en Inglaterra, a las mujeres que hacían estudios no les daban título, ¡diciendo que las mujeres no debían tenerlo! ¡Esos vienen hoy y reivindican los derechos de la mujer frente a la República Islámica! En aquellos años durante los que en la cultura occidental se observaban humillaciones tales, en el Irán islámico la señora Amín Isfahaní poseía la iyaza o autorización para la elaboración de dictámenes o ichtihad de muchtahid de primera categoría del Islam de entonces y en Isfahán estaba abierto su centro de enseñanza de filosofía y de jurisprudencia islámica. El Islam es eso» (04/06/1997).

«Influencia redoblada de la concienciación de las mujeres en el Despertar Islámico»

«Si ustedes, mujeres de gran talento académico, se esfuerzan hoy por hacer que la mujer musulmana recupere esa idiosincrasia, habrán prestado el mayor servicio a la Umma, al Despertar Islámico y al honor y la dignidad islámicos. Esta reunión puede suponer un gran paso con influencia que se dé en ese camino (…). El despertar de las mujeres, el sentimiento de distinción e identidad entre las damas, la conciencia y la lucidez en el colectivo de la mujer, tienen una influencia redoblada sobre el Despertar Islámico y sobre la dignidad del Islam» (11/07/2012).

«Necesidad de que las propias mujeres aprecien la valía de la mujer iraní musulmana»

«Las mujeres devotas de nuestra sociedad deben tratar de apreciar la valía de la mujer iraní musulmana. Sepan lo que vale la mujer islámica, la mujer musulmana: esa mujer que no se mezcla con el hombre en un trato social mixto promiscuo; que no se considera un medio para atraer las miradas de los hombres y sabe que está por encima de eso; esa mujer que se tiene en demasiada estima como para descubrirse y atraer hacia sí a los transeúntes con su rostro, su cabello y su cuerpo y así saciar su deseo; que se sabe superior a eso; esa mujer que se ve a sí misma en las inmediaciones de la cumbre en cuya cima está Fátima al-Zahra, la mujer más grande de la historia de la humanidad. Esa mujer es la mujer musulmana iraní. Esa mujer debe dar la espalda ya a esos entretenimientos salidos de la civilización occidental y de métodos conspirativos occidentales, y dejar de hacerles caso» (16/01/1990).

«Todos los miembros de la sociedad deben conocer suficientemente la perspectiva del Islam sobre la cuestión de la mujer»

«Un país, si quiere reconstruirse de verdad, debe sobre todo apoyarse y mirar y tener en cuenta al ser humano y los recursos humanos; y cuando se habla de recursos humanos hay que prestar atención a que la mitad de la población del país y de su mano de obra son mujeres. Si se tiene una idea equivocada sobre la mujer, reconstruir en sentido verdadero y a gran escala no es posible. Por un lado, las señoras deben tener el conocimiento suficiente y necesario sobre el tema de la mujer según la concepción islámica como para poder defender sus derechos de manera íntegra apoyándose en la excelsa concepción de la sagrada religión del Islam, y por otro todos los miembros de la sociedad en país islámico ―con los hombres― deben saber cuál es la visión del Islam sobre la mujer, sobre la presencia de la mujer en los ámbitos de la vida, sobre la actividad de las mujeres, sobre la instrucción de las mujeres, sobre el trabajo y el esfuerzo social, político, económico y científico de las mujeres y sobre el papel de la mujer en la familia y fuera de la familia. Sobre todo eso, el Islam tiene una visión clara y explícita que, si queremos compararla con la de las demás culturas, incluida la cultura occidental, la visión del Islam es a la vez más avanzada, goza de más antecedentes que lo que hay hoy en Occidente, favorece más el bienestar y la prosperidad del país y propicia al máximo el progreso de las mujeres en el país» (10/03/1997).

«Necesidad de mayor seriedad por parte de las mujeres al analizar los problemas de la mujer en el espacio público y en la casa»

«La posición y la perspectiva del Islam respecto del papel de la mujer en la familia y la sociedad son muchísimo mejores, más sólidas y más útiles que las afirmaciones que sostiene Occidente, por lo que aquellas señoras que sobresalen desde el punto de vista intelectual y cultural deben analizar con más seriedad los problemas de la mujer en el ámbito doméstico y también en el social, labor que puede describirse como básico, importante y útil» (22/10/1996).

«La formación humana que da la mujer es el mayor servicio a las sociedades humanas e islámicas»

«Ustedes, señoras de gran talento académico, muchachas de gran talento académico, jóvenes de gran talento académico, tienen hoy como una de sus más importantes responsabilidades la de delinear el papel de la mujer desde el punto de vista del Islam, ponerlo de relieve y dejarlo claro. La formación humana que da la mujer es el mayor servicio a las sociedades humanas e islámicas. Este movimiento debe ponerse en marcha. En realidad ya ha comenzado; debe intensificarse, debe generalizarse, debe avanzar y ustedes sin duda triunfarán en este movimiento. Se trata de una tarea fundamental» (11/07/2012).

«El conocimiento de los derechos humanos y divinos impide la opresión del hombre a la mujer»

«Si en un sistema no rigen unos valores espirituales, si en los corazones no está Dios, el hombre ve que apoyado en la fuerza física tiene vía libre para ejercer opresión y tiranía sobre la mujer. Lo que lo impide son dos cosas: una, la consideración que se tiene a Dios, a la ley, a la fe y similares; y otra, que la propia mujer conozca bien sus derechos humanos y divinos, los defienda y se reclame a sí misma, en el verdadero sentido de la palabra. En este caso, el Islam ofrece un punto medio, sin excesos ni abandonos: ni se autoriza la opresión a la mujer ni se ignora la naturaleza de hombres y mujeres. La línea recta y el camino recto no son sino la línea del Islam» (10/03/1997).

«El deber de conocer y defender la posición islámica de la mujer incumbe en primer lugar a las propias mujeres»

«¡Hermanas mías! ¡Hijas mías! Mi convicción es que, si en algún sector de la sociedad islámica ―ya sea en Irán o en algunos otros países― hay ciertas deficiencias respecto de la mujer musulmana, una parte es por insuficiencias de los hombres y otra de las propias mujeres, porque quien debe conocer cuál es la posición islámica de la mujer y defenderla son en primera instancia las propias mujeres. Deben saber cuál es el juicio de Dios, del Corán y del Islam sobre ellas, qué se requiere de ellas, qué es lo que determina su responsabilidad, y defender y reclamar lo que ordena y quiere el Islam. Si no quieren hacerlo, personas que no son fieles a valor alguno se permitirán a sí mismos oprimir a mujeres; del mismo modo que hoy en el mundo occidental, al amparo de los sistemas materialistas de aquellos parajes y pese a las proclamas que hacen sobre la mujer, los hombres occidentales cometen las peores tropelías contra las mujeres; el padre con la hija, el hermano con la hermana, el marido con su esposa. Las peores injusticias, iniquidades y agresiones contra las mujeres, las esposas, las hermanas e incluso contra sus hijas ―conforme a estadísticas que hay en el mundo― las comenten hombres que viven en los sistemas occidentales. En otras palabras, si en un sistema no rigen valores espirituales, si en los corazones no está Dios, el hombre ve que apoyado en la fuerza física tiene vía libre para ejercer opresión y tiranía sobre la mujer» (10/03/1997).

«Necesidad de una perspectiva correcta sobre la posición de la mujer para entender sus derechos»

«Vean a la mujer como ser humano elevado y se hará patente cuáles son su perfección, su verdad, su justicia y su libertad; vean a la mujer como un ser capaz de convertirse en fuente de mejora de la sociedad criando seres humanos insignes, y se hará patente qué corresponde a la mujer y cómo es libre; miren a la mujer como ese elemento primordial para la formación de la familia, dado que la familia se forma a partir del hombre y la mujer, influyendo ambos en que se constituya y exista, pero la placidez del ambiente familiar, la tranquilidad y el sosiego del ámbito doméstico se deben a la mujer y a la naturaleza femenina. Así ha de mirarse a la mujer para que se haga visible de qué manera encuentra su perfección y en qué residen sus derechos y lo que en justicia le corresponde» (16/12/1992).

«Progreso del Irán islámico en el respeto de los derechos de la mujer y la familia»

«Desde el punto de vista del respeto de los verdaderos derechos de la mujer y de la familia, El país islámico que es Irán es más avanzado que los occidentales, y considera reprobables las tropelías y faltas de respeto que se cometen con la mujer en los países occidentales y, especialmente, en Estados Unidos» (23/11/1994).

«Evaluar la designación de mujeres a puestos directivos clave»

«Hagan ustedes esa misma pregunta de por qué no ocupan las mujeres puestos de responsabilidad y directivos clave. Se trata de una pregunta pertinente. Si esas mujeres gozan de buenas aptitudes ―sin caer en el fanatismo de decir que la mujer tiene que estar en un puesto de dirección sí o sí―, se las incluye hasta en los niveles altos, allá donde no hay una prohibición islámica, que en algunos lugares puede haberla. Cuando en ese tipo de casos se quiere hacer una evaluación y elegir a las personas más apropiadas, se ha de ver a las mujeres junto a los hombres, dentro del mismo conjunto y escoger al más apto sin ningún tipo de prejuicio. Por supuesto, eso es un uso social, una cultura. Ese tipo de cosas no se hacen por decreto, de modo que haya que publicar una circular. No, eso es parte de la cultura y de las creencias de la sociedad. Hay que decirlo, repetirlo y argumentarlo tanto que acabe por asentarse» (06/01/1991).

«Necesidad de una perspectiva correcta sobre el derecho a la libertad de la mujer»

«El tinglado de lo que hoy en el mundo llaman «liberación de la mujer», desplegado por la decadente cultura occidental, se basa en exponer a la mujer a la vista del hombre para que este obtenga disfrute sexual de ella; que hombres disfruten de ellas, y que las mujeres se conviertan en objeto de disfrute de los hombres. ¿Es eso la libertad de la mujer? Quienes en el mundo ignorante, inconsciente y descarriado de la civilización occidental dicen estar a favor de los derechos humanos son realidad opresores de las mujeres. Vean a la mujer como ser humano elevado y se hará patente cuáles son su perfección, su verdad, su justicia y su libertad; vean a la mujer como un ser capaz de convertirse en fuente de mejora de la sociedad criando seres humanos insignes, y se hará patente qué corresponde a la mujer y cómo es libre; miren a la mujer como ese elemento primordial para la formación de la familia, dado que la familia se forma a partir del hombre y la mujer, influyendo ambos en que se constituya y exista, pero la placidez del ambiente familiar, la tranquilidad y el sosiego del ámbito doméstico se deben a la mujer y a la naturaleza femenina. Así ha de mirarse a la mujer para que se haga visible de qué manera encuentra su perfección y en qué residen sus derechos y lo que en justicia le corresponde» (16/12/1992).

«Liberar a la mujer de la imposición de la cultura occidental»

«Hay que hacer hincapié en la protección de los derechos y valores de la mujer, llevar a cabo una revisión de sus patrones de medida actuales, elaborados por mano y mente del propio sistema de dominación, y liberar en serio a la mujer de ser un medio para el placer, como en la práctica le impone la cultura de la dominación occidental. La mujer como sabia, como política, como directora, como personalidad destacada y, por encima de todo, como esposa y madre, sí; pero medio para el placer y el entretenimiento, no. Es eso lo que podrá dar a la mitad de la humanidad su identidad y distinción verdaderas, y a la familia unos cimientos sagrados y perdurables» (22/09/1987).

«El perjuicio de ver a mujeres para el movimiento de defensa de la mujer en Occidente»

«Ni un hombre que pueda saciar sus apetitos carnales libremente en el entorno social ni una mujer que pueda mantener contacto con hombres diversos sin que eso suscite críticas ni problemas serán jamás en la familia buenos y dignos cónyuges. Por eso se ha descompuesto la estructura social.

Uno de los mayores flagelos que hoy en día azotan ―y mucho― a los países occidentales y los ha puesto en una situación muy desfavorable es la cuestión de la familia. Es por eso que todo hombre que haga de la familia su lema es a ojos de los occidentales ―y en especial de las mujeres en Occidente― un individuo deseable y un hombre apreciado. ¿Y por qué? Porque el tambaleo de la institución familiar los hace sufrir; porque, por desgracia, Occidente ha perdido la familia, ese espacio que es lugar de seguridad y sosiego para el hombre y la mujer, y en especial para la mujer; muchas familias se han desintegrado; muchas mujeres viven solas hasta el fin de sus vidas; muchos hombres no encuentran a la mujer que les gusta y que buscan, y muchos matrimonios se deshacen en los primeros años de su existencia.

Pocas veces tienen las familias en Occidente esas profundas raíces y esos fundamentos que tienen en nuestros países. Esas familias en las que los abuelos, los nietos, los parientes, los primos, y las demás ramas de la familia se conocen y mantienen relación entre sí escasean hoy muchísimo en Occidente. El marido y la mujer no tienen la intimidad necesaria el uno con el otro. Esta es una calamidad que se han abatido sobre la sociedad humana por actos erróneos, por movimientos extremistas realizados frente a otros extremismos anteriores, y se ha abatido más que nadie sobre la mujer occidental. En verdad, el movimiento de defensa de las mujeres fue en Occidente un movimiento precipitado y sin lógica, basado en la ignorancia, carente de apoyo en las tradiciones divinas ni en la naturaleza esencial del hombre y la mujer, y al final terminó perjudicándolos a todos, tanto a las mujeres como a los hombres, con más perjuicio para las mujeres. Eso no se puede imitar» (22/10/1997).

«Fortalecer a las mujeres frente al asalto cultural»

«El colectivo de las mujeres debe, entre sus tareas, dar prioridad a la labor cultural en relación con las mujeres y, proveyendo de conocimiento y concienciación al sector femenino, fortalecerlo frente al asalto cultural de los enemigos del Islam» (12/05/1992).

«Atención de las propias mujeres a las cuestiones de la mujer»​

«La de la mujer es una cuestión importante, y quienes mejor pueden ocuparse de ella y resolverla son las propias mujeres; y mujeres con estudios, lúcidas, con talento, con buena pluma y buen gusto no nos faltan. Hoy en día, gracias a Dios, son muchas en el país. Como antes decía, nunca antes en la historia de nuestro país ha habido tantas mujeres con estudios, cultas y sobresalientes, ni en los ambientes de las escuelas religiosas ni en los universitarios. Todas estas escritoras, poetisas, científicas e investigadoras en las distintas disciplinas, antes no las había. Afortunadamente, hoy gracias al sistema islámico, sí. Eso es una bendición del Islam, de la República Islámica y de la visión clara del Imam Jomeiní respecto de la cuestión de la mujer, como se ha señalado» (19/04/2014).

«Necesidad de combatir de modo continuo y profundo la opresión histórica de las mujeres»

«La cuestión de la mujer es, de hecho, la de la lucha contra una opresión histórica y, sin duda, si ese combate se hace con prisas y de manera inmadura e irreflexiva, la victoria se demorará, por lo que es necesario que se lleve a cabo de modo continuo y, al mismo tiempo, con madurez y con profundidad» (21/07/1997).

«La defensa de los derechos de las mujeres»

«Hay que hacer algo para que las mujeres sientan que, ante coacciones de sus maridos, pueden servirse de los medios legales para defender sus derechos. Si se crea tal posibilidad, se habrá hecho una gran tarea en defensa de los derechos de la mujer. El mayor afán e inquietud que tiene este servidor es que esa tarea se realice» (21/07/1997).

«Necesidad de que la lucha apropiada para garantizar los auténticos derechos de la mujer musulmana no se detenga»

«La Asamblea de Consulta Islámica cuenta con un conjunto notable, tanto por la cualidad como por la cantidad, de diputadas, y ahora se siente la necesidad de que mujeres de conocimiento, sabias, juiciosas y sensatas salgan a la palestra para una lucha correcta por garantizar los auténticos derechos de la mujer musulmana y no permitir que esa labor siga en manos de individuos vulgares y desinformados» (21/07/1997).

«Conciencia de las mujeres de los derechos establecidos por el Islam para la mujer»

«La familiaridad con el libro y el conocimiento de las enseñanzas hace que la mujer sea consciente de los derechos que el Islam ha establecido para las mujeres musulmanas en la familia y, si nuestras mujeres recorran el camino planeado por el Islam, es de todo punto seguro que desaparecerá la opresión que se ha ejercido sobre la mujer durante la historia en las distintas sociedades, sin que quede rastro de ella» (18/11/1998).

«Necesidad de reunir las condiciones en que las mujeres puedan defender sus propios derechos»

«Hay que compeler a las mujeres y muchachas a hacer estudios superiores y proporcionarse por vía legal los medios necesarios para el ingreso de las jóvenes en los centros superiores científicos, porque solo apoyándose en la ciencia, el conocimiento y poniendo la ley a su disposición podrán las mujeres defender sus derechos» (21/07/1997).

«Oposición a que se obligue a casarse a muchachas en edad temprana»

«Obligar a muchachas de edad temprana a casarse es una acto que va en el sentido de debilitar a la mujer y de despreciar sus derechos. La ley debe oponerse a eso, y las mujeres resistir ante ese tipo de tiranía mediante su propio conocimiento, su conciencia, su desarrollo y su sabiduría» (18/11/1998).

«Necesidad que las mujeres conozcan lo que obstaculiza la regeneración de su personalidad»

«Nuestras mujeres deben tener una comprensión y un conocimiento cabales de los obstáculos que hay en el camino del desarrollo, el esplendor y la regeneración de su auténtica personalidad, y la cultura occidental es uno de esos obstáculos. El Islam rechaza y condena el trato de la cultura occidental a la mujer, basado en el abuso y el disfrute del sexo femenino, y no ve en su adulación a la mujer respeto ni enaltecimiento, sino un verdadero insulto a la personalidad y la distinción de la mujer. Con esa ofensa, la cultura occidental ha rebajado el nivel de la mujer, lo que desenmascara la engañosa treta política y cultural basada en hablar de igualdad de ambos sexos» (12/05/1992).

«Necesidad de que las mujeres se conciencien más»

«Mi consejo a mis queridas hermanas e hijas es que adquieran mayores conocimientos y concienciación. La lectura, la atención, la investigación, el estudio, ocuparse de las cuestiones que nos afectan en la actualidad y la dedicación a las obras religiosas son parte de los deberes indiscutibles que las mujeres del país deben hoy, igual que los hombres, considerarse obligadas a cumplir. Son ustedes quienes crían hijos honrados y alientan a sus maridos a intervenir en terrenos positivos. Muchas mujeres hacen que sus maridos sean de quienes van al cielo, salvándolos de los problemas de este mundo y del otro. Tanto es el valor de la labor y el esfuerzo de la mujer, de su concienciación y de su postura» (18/09/1996).

«Necesidad de apoyo legal y moral a la mujer»

«Lo que nosotros debemos atender con diligencia en nuestro país es la defensa moral y legal de la mujer, para que el hombre no pueda abusar de su fuerza en el ámbito familiar. Si bien después de la Revolución se hicieron muchas mejoras en la legislación sobre el matrimonio y de apoyo a la familia, no parece ser suficiente. Por eso, mi consejo a todos los encargados ―tanto a los que están en la Asamblea como a los que están en el aparato de gobierno y a quienes están en los púlpitos para discursos y sermones― y a las propias mujeres es que se ocupen de ese asunto diligentemente. Se trata del mismo punto fundamental respecto al cual el Islam ha realizado su obra más importante; el mismo asunto que, por haber sido descuidado en Occidente, hace que hoy las mujeres se vean sometidas a una grave injusticia. Algunas personas superficiales, al observar el entorno social de Occidente y ver como las mujeres se muestran en público sin ningún reparo, se imaginan que dentro de la familia tienen la misma desenvoltura, cuando esa idea es errónea y en el ámbito familiar se maltrata mucho a las mujeres. Pero el Islam impide tal maltrato de la mujer. Si hoy en día hay en nuestra sociedad alguna carencia en este terreno, hay que resolverla y apoyar legalmente a la mujer con vigor y energía totales» (18/09/1996).

«La concienciación política de las mujeres»

«La contribución de las congregaciones de mujeres al triunfo de la Revolución fue muy probablemente superior a la de las congregaciones específicamente masculinas, en el sentido de que la presencia de las mujeres en la lucha política general cumplía una función múltiple. Un hombre era solo una persona que asistía y participaba en las luchas o en las concentraciones y marchas, ¡nada más! Mientras que cuando la mujer de la casa se consideraba partícipe en la lucha y se implicaba, sacaba a la palestra a toda una casa en la que estaban el hombre, la mujer y los hijos y hacía que toda una familia estuviera presente al pie del cañón. Y en la guerra era igual: si las familias de los mártires ―las madres y las esposas― no hubieran tenido aguante, en la guerra habría habido problemas inmensos. En aquella etapa, el papel de las mujeres fue muy destacado. La Revolución y la guerra dieron a nuestras mujeres concienciación y desarrollo políticos en la sociedad. A la mujer, cuando es culta y tiene conciencia política, nadie puede forzarla y transgredir sus derechos con facilidad. Esos fueron los tesoros hallados por las mujeres en la Revolución» (18/09/1996).

«Negligencia en la atención a las cuestiones de la mujer y la familia»

«Ocuparse de las cuestiones de la familia y de las de la mujer (…). A juicio de este servidor, se trata de cuestiones importantes que deben ser atendidas, y sin ninguna duda en este terreno ha habido negligencia. Todo lo que se diga y se proteste a este respecto, yo lo reconozco y estoy convencido de que en este terreno se ha incurrido en una seria negligencia» (17/05/2020).

«Conocer en profundidad las enseñanzas islámicas es para las mujeres fuente de progreso»

«El Islam respeta los derechos del ser humano e insiste tanto en los derechos del hombre como en los de la mujer. El sistema islámico profesa además la creencia en que un conocimiento profundo y erudito de las enseñanzas islámicas por parte de las mujeres aportará un gran progreso al conjunto de los musulmanes de Irán, y sobre esa base trata de difundir las enseñanzas e ideas islámicas en toda la sociedad y, en particular, entre las señoras» (07/12/1995).

«Corregir el error en el modo de concebir la cuestión del hombre y la mujer, una responsabilidad que incumbe mucho más a las mujeres»

«Sepan que en la actualidad las mujeres de nuestro país cargan con una gran responsabilidad. Esa responsabilidad redoblada que tienen hoy ustedes, mujeres de gran talento académico, consiste en corregir la concepción errónea de la cuestión del hombre y la mujer. El modo de concebir la cuestión del hombre y la mujer que Occidente trata de infundirles hoy en día es erróneo y carece de validez; conducirá a pisotear muchos valores en las sociedades humanas, una pequeña parte de lo cual ya se ha visto y se está viendo, especialmente en nuestras sociedades. Esa concepción debe corregirse, además de que ha de decirse también algo: los eslóganes y entelequias de los occidentales sobre la mujer no han podido nunca impedir las injusticias que se han cometido a lo largo de la historia y que aún se cometen contra las mujeres, dentro y fuera de la familia. Si postulamos se puede impedir en una sociedad la opresión de la mujer ―opresión que tiene causas naturales y forzosas―, es solo bajo al amparo de la moral, de la ley y del refinamiento de los hombres, pero hoy en día en Occidente no se ve nada de eso en absoluto. Las estadísticas que están dando en Occidente de maltrato a las mujeres y de opresión de distintos tipos, física y anímica, son muy superiores a las de nuestro país y a las de los lugares de los que tengo conocimiento. Así que no han podido evitar ese problema, mientras que por otro lado han creado todo ese quebranto» (04/07/2007).