«¿Cuál es la característica de la Revolución Islámica que la convierte en blanco de los ataques del enemigo? (…) ¡La soberanía política de la Revolución! (…). La siguiente pregunta es ¿qué característica tiene la soberanía política del Islam que levanta sus suspicacias y los lleva a reaccionar? ¿De qué se trata? (…). El sistema político del Islam se opone a la opresión y a los opresores; así de sencillo. Tiene como precepto: “Sed enemigos del opresor”. Se nos ha dicho: “Sed enemigos del opresor” (…). Si hay en el mundo una política, un sistema, un poder basados en la opresión, es evidente que (ese poder) se opondrá a este sistema político, porque sabe que es su enemigo. El régimen sionista tiene su fundamento en la opresión; está basado esencialmente en la injusticia. Echaron a un pueblo de sus casas, del lugar donde vivían, y no con dinero o pidiéndolo, sino por las armas, mediante la tortura y a porrazos; y se instalaron en su lugar. El fundamento es la opresión. Pues bien, ese régimen por fuerza estará en contra de un sistema que tiene enmarcada, por encima de sus cabezas, la divisa Sed enemigos del opresor. Es natural (…). El sistema islámico se opone a apoderarse de los bienes de las naciones, incluso si esas naciones no son similares en creencias y comportamiento: “Y no dejéis que los malos sentimientos contra un pueblo os lleven a no ser justos” (Sagrado Corán, 5:8). Al tratar con (otros) pueblos, actúen con ecuanimidad y justicia, aunque no compartan sus creencias. Shana’anu qaumin significa “incluso aunque estén en contra de ustedes, en el trato con ellos no deben ser injustos”. Claro, los regímenes cuya conducta se basa en la injusticia están naturalmente en contra (…). La siguiente consideración es que el sistema islámico cree en la dignidad del ser humano; el ser humano en tanto que ser humano, no por ser humano de tal región, de tal raza o de tal color: “Y, ciertamente, hemos sido generosos con los seres humanos” (Sagrado Corán, 17:70). Ese es el Corán. El negro de la región de piel negra es también humano, sin que haya diferencia alguna. Esa lógica discriminatoria que los occidentales amplificaron de modo escandaloso, conforme a la cual actuaron y que mantuvieron hasta hoy es totalmente contraria al Corán y al Islam. El sistema islámico se opone a eso. ¿O quieren ustedes que sea amable con el sistema islámico Estados Unidos, donde todavía existe el problema racial doscientos o trescientos años después de la llegada de los occidentales a América? Al fin y al cabo, el sistema islámico está en contra de esas cosas. Y esa es otra característica (…). Hay otra consideración a propósito de esas hostilidades. Si la República Islámica no se hubiera convertido en modelo, esas hostilidades serían menores. Pero la República Islámica se ha convertido en modelo; ha sido pionera. La República Islámica se ha convertido en impulsor de los movimientos de resistencia de esta sensible región. Esa es la cuestión. Una de las cosas importantes es esa también. Vean ustedes; antes del triunfo de la Revolución Islámica, el miserable régimen sionista era capaz de vencer en seis días a los ejércitos de varios países relativamente fuertes a su alrededor: a Egipto, a Siria, a Jordania… En 1967, en la guerra de los Seis Días, el ejército sionista logró vencer a los pertrechados ejércitos de esos tres países y apoderarse de grandes cantidades de su territorio (…). Después de la Revolución Islámica, la cosa llegó a un punto en el que, por más que ese mismo régimen hizo cuanto podía durante treinta y tres días para derrotar a Hezbolá en el Líbano, no fue capaz y se vio obligado a huir de manera deshonrosa. No pudo resistir frente a Hezbolá. La distancia que hay entre antes y después de la Revolución Islámica es la que va de la guerra de los Seis Días a la de los Treinta y Tres Días. Hoy, las cosas han llegado a un punto en el que, dentro de los territorios ocupados de Palestina, al oeste del Jordán, los jóvenes mismos actúan y atacan de tal manera que van a dejar y han dejado al régimen sionista incapacitado. Eso es la Revolución Islámica. Claro, por fuerza tiene que aparecer hostilidad» (17/08/2023).