»Si uno se pusiera a desarrollar ese apartado de cuáles fueron los logros de la Sagrada Defensa, lo que saldría es una obra de decenas de tomos. Yo haré solo dos o tres consideraciones al respecto. Lo primero es que se preservó la integridad territorial del país, lo que, claro está, es una realización importante. En definitiva, el mundo entero se puso detrás de Saddam para deshacer estas fronteras y bregaron durante ocho años, pero al final no se perdió ni un palmo de tierra de este país. Eso no es cosa fácil; no es poca cosa (…). Otro de los logros de la Sagrada Defensa no es sino el propio establecimiento de la seguridad en el país: asegurar el país. La Sagrada Defensa inmunizó en gran medida al país frente a posibles agresiones militares. Dijeron sin cesar que la acción militar ‘estaba sobre la mesa’, pero de encima de la mesa ¡no se movió! Porque sabían que, si se meten en este campo, de ellos depende el comienzo, pero el final ya no. Eso mostró la Sagrada Defensa. Es otro de esos logros (…). Otro logro de la Sagrada Defensa fue el siguiente: (…) amplió la frontera de la Resistencia (…). Hoy, hay Resistencia en Palestina, hay Resistencia por la región de Asia Occidental, hay Resistencia en países diversos, hay Resistencia en Irak y hay Resistencia en Irán y en distintos lugares. Fue la Sagrada Defensa lo que puso sobre la mesa esa categoría de la Resistencia a nivel mundial, la impulsó y, en muchos sitios del planeta, la consolidó. Quizá nosotros mismos no creamos fácilmente que las cosas hechas por el pueblo de Irán han influido en países remotos. Sin embargo, lo han hecho. Tenemos datos (…). Tanto en Oriente —es decir, en Asia—, como en África y en Latinoamérica, muchas de las realizaciones de la nación iraní se han convertido en modelo para numerosas de las personas de allí« (20/09/2023).