Déjenme decirles unas palabras sobre la cuestión de Gaza, ya que, hoy por hoy, la primera de las cuestiones del mundo islámico es la cuestión de Palestina y estos acontecimientos que están ocurriendo en Gaza. Todo esto son acontecimientos determinantes para el futuro.

Lo que ocurre en Gaza es, por un lado, una situación de opresión, por otro, una situación de poderío. Sí, claro que el pueblo de Gaza está realmente oprimido y que ese enemigo feroz y sanguinario que es el régimen terrorista usurpador ignora todo límite en el crimen; que en un bombardeo hace mártires a miles de personas. Es así. No conoce límites. Ahí se manifiesta la opresión del pueblo.

Pero, junto a la situación de opresión, hay dos motivos de reflexión importantes. Uno es la paciencia de ese pueblo; la confianza en Dios de ese pueblo. Ese pueblo ha sido verdaderamente paciente. Los aparatos de propaganda del mundo y de nuestro país han mostrado algunas de las escenas: el hijo de alguien alcanza el martirio y esa persona alaba a Dios; el hijo alcanza el martirio y dice: “¡Ha dado la vida por Palestina!”; un adolescente herido da las gracias a Dios y recita unas aleyas del Corán… La paciencia y el aguante de esa gente es muy importante. El enemigo quería forzar a ese pueblo a rendirse, a poner las manos en alto; no lo hicieron, no se rindieron. Eso es algo importantísimo. Esa paciencia y esa confianza en Dios vendrán en su auxilio. Será eso mismo lo que les haga obtener la victoria, ya que al final saldrán victoriosos.

Junto a eso, hay otra consideración importante y es que el golpe que se ha infligido en este ataque de los combatientes palestinos al régimen usurpador, es un golpe decisivo. Hasta ahora no se había infligido a ese régimen un golpe semejante, que, como dije ya al principio, es irreparable. Y cuanto más tiempo pasa más se ve que es irreparable.

Esto que ven ustedes de que el presidente de Estados Unidos y los dirigentes de países brutales y canallas —Inglaterra, Francia, Alemania…— van hasta allá (a los territorios ocupados) uno detrás de otro, ¿a qué se debe? Pues a que ven que Israel se está descomponiendo. Ven que está cayendo en la aniquilación. Se dan cuenta de ello y van hasta allá para impedir que desaparezca. Si al régimen usurpador no lo amenazara el peligro de desmoronarse y desaparecer, esos facinerosos del mundo no se verían en necesidad de ir hasta allá una y otra vez, uno tras otro, y expresar su solidaridad. Eso indica que el golpe ha sido fortísimo, determinante. Y bien, pues ese régimen golpeado, herido y tambaleante al que están manteniendo en pie con mucha dificultad, como no ha sido —ni será— tan fuerte como los combatientes, se venga con ese armamento y esas bombas sobre gente indefensa e inocente, lanzando bombas sobre sus cabezas. Los combatientes han seguido estando listos para actuar y han mantenido durante este tiempo la moral, la motivación y la capacidad de acción y así seguirá siendo, si Dios quiere.

En mi opinión, cualquiera que hable sobre Gaza debe hablar sobre la paciencia y el aguante de la gente, sobre el poderío de la gente y sobre el poderío de los combatientes, o de lo contrario se comete una injusticia contra ellos. Ese aguante que han mostrado, verdaderamente… (es muy importante).

Otra consideración fundamental es que, en este asunto, Estados Unidos es cómplice incontestable de los criminales. En este crimen, tiene los brazos metidos hasta el codo y manchados de la sangre de los oprimidos, niños, enfermos, mujeres, etc. Son en realidad ellos quienes en cierto modo dirigen este crimen que se está perpetrando en Gaza. Es Estados Unidos quien lo dirige.

La extensión de este crimen alcanzó tal amplitud que sacudió la conciencia pública del mundo. Pueden ver ustedes que la gente de las ciudades de Estados Unidos, de las ciudades europeas, en las capitales y también en los países islámicos van y manifiestan su oposición abiertamente. A pesar de que en los países europeos presumen de libertad de expresión, han prohibido la asistencia de la gente a las manifestaciones callejeras a favor de Gaza, porque esa es otra de sus ignominias: se permiten manifestaciones para todo, pero marchar en defensa del oprimido… ¡prohibido! Pero bueno, la gente no hizo caso; ya vieron en la televisión las imágenes de la gente que fue y participó. La gente en el mundo está enojada, y uno entiende que ese ánimo airado que se ha creado en la gente, esa conciencia atormentada que ha surgido en esos países, provocará una reacción y nadie podrá detener esa reacción. Por más que lo intenten, no podrán detener esa reacción.

Lo que un servidor quiere recalcar es que los gobiernos musulmanes no deben perder pie en este asunto. No vayan a figurarse que, si EE.UU. hacen tal cosa mal hecha o si la hacen algunos países occidentales considerando terroristas a quienes defienden casa y patria, ellos tienen que repetir lo mismo. ¿Acaso es terrorista quien defiende su casa y su patria frente al enemigo? Ese estado falso y opresor que ha usurpado su casa, ¡ese es el terrorista! Tengan cuidado los gobiernos musulmanes; tengan cuidado los portavoces políticos de no repetir sus palabras, y sepan que, en estos acontecimientos y en los acontecimientos venideros, Palestina saldrá sin duda victoriosa. El mundo que viene es el mundo de Palestina, no el mundo del régimen usurpador sionista. El futuro les pertenece a ellos. Y en cuanto al esfuerzo que están haciendo los otros, pues sí: están cometiendo iniquidades, cometiendo crímenes, provocando desastres, pero es en vano. No conseguirán nada, si Dios quiere y Dios mediante. Esperemos que Dios Altísimo depare el bien para el mundo islámico y para la Umma, y que Dios abata, derrote y humille a los enemigos de la Umma, si Dios quiere.