El poder blando es más efectivo e influyente que el poder duro. ¿Cuál es la razón de que los poderosos del mundo, como Estados Unidos, teniendo bombas atómicas y todo tipo de armamento avanzado, realicen aun así las más importantes inversiones en el arte, el cine, Hollywood, propaganda y similares? ¿Por qué es así? Porque el cine es poder blando; la narrativa y las películas son poder blando. Es eso lo que deja huella. El poder duro surte un efecto momentáneo y se desvanece. Poder duro es que Estados Unidos vaya y se quede veinte años en Afganistán, gaste miles de millones y, al final, odiado por la gente, se vea obligado a huir del país. Ese es el poder duro. Poder duro es que Estados Unidos vaya totalmente pertrechado y se apodere de todo Irak, derroque al gobierno iraquí, se establezca allá él mismo en lugar del gobierno y luego, después de unos veinte años, el gobierno más odiado en Irak sea el gobierno de Estados Unidos. El poder duro es eso. Sin embargo, el poder blando consiste en que un grupo aparentemente minoritario pero dotado de influencia espiritual pueda atraer al mundo hacia sí. Vean ustedes hoy cómo los oprimidos palestinos, que no tienen armas para defenderse, han podido atraer hacia sí la atención del mundo con su situación de opresión, su aguante y su resistencia. Así de grande es la diferencia entre poder duro y poder blando, y tan distintos son sus efectos.

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Si hay una recitación bella del Corán, si se lee con buena voz y buena entonación un poema hermoso o si se lee con buena voz y buena entonación un contenido apropiado y elevado, eso tiene más influencia y surte mayor efecto que muchos poderes duros del mundo. Así es como ha avanzado la República Islámica en estos cuarenta y tantos años. La República Islámica se ha apoyado, más que en el poder duro, en el poder blando. Ciertamente, ustedes saben que yo creo en el armamento avanzado, conforme a las necesidades y conforme a las capacidades de los enemigos, pero es mi convicción que, junto a ese poder duro, junto a ese poder armamentístico, hace falta ampliar entre nosotros el armamento intelectual, el armamento de la palabra, el armamento de una lógica sólida. Esa es la expectativa que yo tengo. Tengo expectativas de nuestros poetas, de nuestros panegiristas y de los recitadores con buena voz que tenemos.

En ese poder blando, hay dos criterios esenciales que deben tenerse en cuenta. Evalúen su propio trabajo conforme a esos dos indicadores. Uno es la capacidad para provocar y crear movimiento; y el otro, la corrección y minuciosidad al apuntar al objetivo. La determinación del objetivo debe ser precisa. Miren, una de las cosas a las que hemos dado importancia en nuestros misiles, teniendo éxito en ello y consiguiéndola, es la minuciosidad al apuntar: apuntan a un lugar a dos mil kilómetros de distancia e impactan justo en ese lugar; no diez metros más allá o más acá. En la tarea que quieran ustedes llevar a cabo, deben apuntar así. Tengan en mente esos dos criterios. El primero: vean la capacidad que tiene lo que ustedes exponen para estimular, cuánto puede conmover el corazón, en qué medida puede provocar movimiento; y luego, qué tan preciso es. La precisión y meticulosidad al actuar son muy importantes. A veces, queremos hacer algo positivo y decimos algo, pero no nos fijamos con precisión en las características de lo que decimos; en un momento en que el mundo islámico necesita unidad, provocamos discrepancia; creamos una brecha. Ahí hay falta de atención. Yo insisto en que se sea preciso al comprender y al exponer las enseñanzas religiosas. Afortunadamente, hoy muchos de nuestros queridos panegiristas provienen de estratos cultivados, tienen estudios, han seguido cursos académicos, saben árabe, lo entienden y muchos de ellos están bien familiarizados con el Corán y con los hadices. Hoy en día es así. Nuestro colectivo de panegiristas no es como en nuestra juventud; es un colectivo sobresaliente, de gran categoría. Nuestra expectativa es que se expongan las enseñanzas a la audiencia con precisión, correctamente, con ese excelente instrumento que es la recitación de panegíricos y elegías. Eso es lo que esperamos.

Familiarícense con los libros de hadices; conózcanlos bien. Familiarícense con La cumbre de la elocuencia. Ese libro es un océano de enseñanzas. Cuando uno mira los sermones de La cumbre de la elocuencia, en especial algunos de ellos, rebosan enseñanzas de las que una sola palabra puede hacer crecer a una persona; puede poner a una nación en movimiento. Familiarícense con el Sahifa sayadiya. La forma del Sahifa sayadiya es la plegaria, y el contenido es también el del ruego y la imploración, pero junto a eso rebosa de enseñanzas religiosas. El Sahifa sayadiya es un fenómeno asombroso de la escuela de la Ahlul Bayt. Observen ustedes como, en él, el imam Sayad (la paz sea con él) reza por quienes guardan las fronteras. Hay una plegaria específica por quienes protegen las fronteras. ¿Y quiénes protegían entonces las fronteras? Los soldados de los Omeya. ¡Es por ellos por quien reza! Un guardafronteras es un guardafronteras. Protege la frontera de un país islámico, sea quien sea. Y él reza por el guardián de las fronteras. Ahí hay una lección para nosotros.

La frontera del mundo del Islam está hoy en Gaza. El pulso del mundo islámico late hoy en Gaza. Allá se han alzado frente al mundo de la incredulidad, el mundo de los falsos ídolos, el mundo de la Arrogancia… frente a Estados Unidos. Frente a ellos no está solo el régimen sionista. El presidente de Estados Unidos dice abiertamente: ¡“Yo soy sionista”! Y dice bien: la misma maldad que hay en los sionistas existe también en él. Esos mismos viles objetivos que tienen los tiene él también. Y ellos [la gente de Gaza] se alzan frente a eso. Hemos de saber lo que tenemos que hacer. Una de las particularidades es que el combatiente del esclarecimiento sepa qué es lo que debe aclarar hoy; que conozca el asunto del día. Hoy, ustedes deben dar a conocer Gaza; hoy deben ustedes explicar la hostilidad al sistema islámico. Están practicando y ejerciendo todo tipo de hostilidades contra el sistema islámico. En fin, no ven conveniente para ellos hacerlo en el campo de las acciones militares, armamentísticas, etc., pero en el terreno del poder blando —y no solo Estados Unidos: también los seguidores de Estados Unidos y oponentes del Islam— hacen películas y producen propaganda falaz contra el Islam y contra el sistema islámico. Tienen ustedes que ponerse manos a la obra.