Digamos algo sobre Gaza. Hoy el mundo islámico está en verdadero duelo por Gaza. En fin, las calamidades que están teniendo lugar en Gaza a manos del malvado régimen usurpador sionista, ese perro rabioso, las conocen todos. Estos acontecimientos han mostrado dos cosas: una, la fuerza de la fe islámica. Esa resistencia que han ejercido dentro de Gaza las fuerzas de la Resistencia y que ha hecho desesperar al enemigo de poder eliminarlos surge de la fuerza del Islam. El aguante que ha mostrado la maltratada gente de Gaza frente a esos bombardeos y esa violencia procede de la fe islámica: así que la fe islámica se ha hecho visible ahí. Se ha creado una situación tal que, según las noticias que llegan y que ustedes habrán oído, en los países occidentales —en el mismo Estados Unidos, en la misma Europa—, muchos jóvenes han ido al Corán, a ver qué es lo que en el Corán hace que la gente que cree en él pueda resistir de esa manera frente a tan inmensos y terroríficos problemas. El Islam ha mostrado cómo es. Esto, por una parte.

Por otra parte, también ha mostrado cómo es la civilización occidental; la civilización occidental, una civilización que habla sin cesar hipócritamente, con impostura, mintiendo, de la humanidad, de derechos humanos, de derechos de la persona y cosas así, y que se opone a que se ejecute a un criminal. Alguien comete un crimen —pongamos que ha matado a varias personas—, quieren aplicarle el qisás (1) y ajusticiarlo, pero ellos levantan la voz: que si la pena de muerte, la pena de muerte… se oponen a la pena de muerte para un criminal. Luego, el régimen sionista aniquila a treinta mil personas en tres o cuatro meses y cierran los ojos, como si no hubiera pasado nada. Algunos de ellos —algunos, ni siquiera todos— dicen de boquilla que por qué Israel actúa así, cometiendo una masacre. De boquilla dicen algo, pero en la práctica lo apoyan, les dan armas y les dan las mercancías que necesitan. Estados Unidos, con total cinismo, veta por enésima vez una resolución de cese de los bombardeos. La civilización occidental se ha mostrado como es. La civilización occidental es eso. Eso es lo que se esconde detrás de la cultura occidental, de la civilización occidental, de esas apariencias acicaladas de los políticos occidentales. La apariencia es un aspecto sonriente, mientras que detrás lo que hay es un perro rabioso, un lobo feroz. Eso es la civilización occidental; eso es la democracia liberal de Occidente. Ni son liberales ni son demócratas. Mienten y hacen lo que quieren hipócritamente.

Esperamos, Dios mediante, que, a partir de estos acontecimientos de todo tipo, la gente del mundo comprenda más cuál es la realidad; que conozcan mejor el Islam y conozcan también a Occidente como es de verdad. Y estamos seguros —estamos seguros— de que, esta vez, la civilización occidental, con ese mal fondo, no se saldrá con la suya. Esto no va a seguir así. Si Dios quiere, la cultura del bien y la buena lógica del Islam prevalecerán sobre todo esto, y ese día, Dios mediante, no tardará en llegar.

Notas

(1) Principio de retribución fundamental del derecho islámico, por el cual el homicidio y los daños corporales son castigados infligiendo al criminal el mismo daño causado.