Una parte importante del discurso del Líder de la Revolución Islámica:
Desde el punto de vista social, la desigualdad de clases era grave, la discriminación excedía lo ordinario, la justicia resultaba inconcebible y las prebendas y sinecuras eran algo generalizado. Quienquiera que tuviese contactos en la corte, en el sistema, podía apoderarse de los bienes de la gente y robar con facilidad. En el año 1984, yo frecuentaba un púlpito en Gorgán; iban allá a verme y me contaban cosas, a pesar de que era difícil. En aquel entonces, contar aquellas cosas era realmente peligroso, pero iban y las contaban. Pues le daban a un oficial retirado un breve documento en Teherán y él llegaba allá, iba a los campos de la gente y decía que aquello era suyo y que tenían que recoger e irse. “Señor, pero ¿Por qué? Esta es mi propiedad, es mi tierra, heredada de mi padre”, le decían, pero los otros contestaban que no había nada que discutir, llevaban un tractor, destrozaban todo lo que allá tenían y se apropiaban de la finca. En otras palabras, era exactamente igual que lo que hacen los colonos del régimen sionista a la gente de Cisjordania. Esos también son así: van, se meten en una propiedad, destruyen la casa, arrasan la propiedad y dicen que aquello es suyo. Pues eso mismo se hacía en Irán. Una vez, iba yo de Mashad hacia Quchán y, en un tramo de la carretera, a la izquierda —no recuerdo ahora si era entre Mashad y Quchán o entre Quchán y Shirván— vi que se habían vallado varios kilómetros. El carro seguía y seguía ¡y el vallado no se acababa! No recuerdo si era alambre de púas o una cerca. Me sorprendió y pregunté qué era aquello. “Son unas tierras que tal”, me dijeron. Había un individuo que en aquel entonces era conocido; no quiero ahora nombrarlo. Era bahaí; era pariente del director de la Savak —el director de la Savak era Nasirí, y aquel era pariente suyo— y, sirviéndose de ese parentesco que tenía, se había apropiado por completo de las tierras de aquella gente. Llegaba, sacaba a la gente de sus casas, de sus campos y los echaba de sus huertos. Esa era la situación.
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Ahora, con esta introducción, con estas explicaciones, lo que digo es que debemos perseguir los ideales. A mi juicio, los ideales de la República Islámica pueden resumirse en dos epígrafes generales: uno, administrar el país de modo islámico; y el segundo, presentar a las gentes del mundo un modelo de buena administración de un país. Esos son los dos ideales; por esos dos ideales deben ustedes esforzarse. Ustedes deben pensar y trabajar en las maneras de hacer realidad esos dos epígrafes generales. Los círculos estudiantiles, los encuentros de reflexión de estudiantes, las investigaciones de estos y sus relaciones con los expertos que creen en la Revolución deben ir en esa dirección. Pensar y ver qué se debe hacer, qué esfuerzos se deben hacer, cómo se debe intentar llegar a esas dos cosas. Piensen y vean qué se debe hacer, qué esfuerzo hay que hacer y cómo debe hacerse para hacer que ambos epígrafes se cumplan.
El primero: la administración del país de modo islámico. Sobre esto hay mucho que hablar, pero yo no voy a decirles ahora quizá más que unas palabras. No hay tiempo para pretender explicar estas cosas, pero se trata de lo mismo que hay en La cumbre de la elocuencia, que muchos de ustedes conocen y con lo que están familiarizados. Por ejemplo, la carta del Príncipe de los Creyentes (la paz sea con él) a Malik Ashtar. El gobierno islámico es lo mismo que era el gobierno de Alí. Antes de la Revolución, como la expresión “gobierno islámico” despertaba las suspicacias de la Savak, yo en las charlas que daba a los jóvenes no la usaba, sino que decía “gobierno de Alí”. Ellos no entendían qué quería decir aquello. “Gobierno de Alí” significa lo mismo que “gobierno islámico”. Ahora, la administración islámica de un país debe situarse en el camino del progreso continuo, sin retrocesos, tanto en el aspecto material como en el aspecto espiritual. Cuando decimos que ha de progresar desde el punto de vista material, queremos decir en materia de bienestar general, de seguridad corporal, moral y de justicia. ¿Qué significa justicia? Algunos dan más o menos opiniones sobre la justicia, pero esta debe entenderse correctamente. Justicia es la erradicación de la desigualdad de clases en el aprovechamiento de las oportunidades públicas. Todas las oportunidades deberían ponerse por igual al alcance de la gente. Los privilegios en el aprovechamiento de las oportunidades son opresión y atentan contra la justicia. Si ustedes dicen algo sobre alguien, lo difunden en el ciberespacio y esa persona, por el motivo que sea, carece de la oportunidad de dar respuesta a lo que han dicho ustedes, eso es contrario a la justicia. Eso no es justicia. No se ha dado igualdad de oportunidades. La justicia no se limita al aspecto financiero. La justicia debe observarse también en las cuestiones de honor, en las cuestiones de trabajo, de empleo, de dignidad y en el resto de las cosas. Justicia, progreso científico, ampliación de la sanidad, mantenimiento de la juventud de la población, todo tipo de proyectos de construcción e innovaciones… cuando hablamos de administración islámica del país, nos referimos a esas cosas y otras similares. Esas cosas tienen que hacerse realidad.
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Si nos proponemos definir qué es la universidad, el pilar fundamental de esa definición será la ciencia, el conocimiento. Por supuesto, en la definición de universidad hay también otros componentes desde las perspectivas política, social, etc., pero el fundamental es la ciencia. La universidad tiene tres tareas esenciales. Ruego que los responsables universitarios presten atención. Ustedes, los estudiantes, presten atención también. La universidad tiene tres tareas esenciales: la primera, formar sabios; la segunda, producir ciencia, y la tercera, dar orientación a la formación de sabios y la producción de ciencia. Es así. Ahora bien, las universidades del mundo forman sabios y generan ciencia, pero fallan en el tercer pilar. ¿Cuál es el resultado? Que el producto resultante de esa generación de ciencia y de esa formación de sabios se convierte en instrumento en manos de las potencias sionistas y de las potencias de la Arrogancia mundial. Todos los componentes fundamentales de la universidad deben tener presentes esos tres puntos: directores, catedráticos, estudiantes, textos de enseñanza, procesos educativos… todo ello debe estar al servicio de esas tres orientaciones.
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¡Oh, Señor! Por Muhammad y por la Familia de Muhammad, te suplico que depares a estos queridos jóvenes nuestros un futuro halagüeño y favorable entre los grandes soldados y combatientes del Islam. Mantenlos firmes en ese camino. ¡Oh, Señor! Por Muhammad y por la Familia de Muhammad, haz que la nación iraní disponga verdaderamente de grupos de jóvenes entrañables como estos. ¡Oh, Señor! Mantén en Tu luminosidad los corazones de todos nosotros y, en especial, los de estos jóvenes. Haz que el sagrado corazón del Imam de la Época esté complacido con nosotros; haz que estén complacidas con nosotros las almas purificadas de los mártires y haz asimismo que esté complacida con nosotros el alma purificada del gran imam [Jomeiní].
Con ustedes la paz, la misericordia de Dios y Sus bendiciones.