Una parte importante del discurso del Líder de la Revolución Islámica:

Lo que considero necesario recalcar en este sermón es que, este año, en el mes del Ramadán, los cruentos acontecimientos de Gaza han dejado un amargo sabor de boca a los musulmanes del mundo entero. Dios maldiga al régimen usurpador sionista, que en este bendito mes no solo no ha dejado de matar mujeres, niños y gente indefensa, sino que incluso ha intensificado sus matanzas. Los gobiernos occidentales han ayudado y prestado apoyo siempre al régimen usurpador a lo largo de todos estos largos años, lo han respaldado en los foros mundiales y le han proporcionado ayuda de todo tipo. Lo correcto hubiera sido que, en estos graves sucesos, en estos acontecimientos, en esta catástrofe, los gobiernos occidentales fuesen y lo frenasen; que lo hubiesen detenido, pero no lo detuvieron. No han cumplido con su deber. Algunos dijeron alguna cosa de palabra en defensa de la población, pero en la práctica no solo no han puesto obstáculos, sino que muchos de ellos incluso han ayudado; en especial, el arrogante y tiránico gobierno de Estados Unidos, así como el de Inglaterra. En los acontecimientos de este año, los gobiernos occidentales han mostrado al mundo a las claras la naturaleza maligna de la civilización occidental.

Nosotros lo decíamos, y los críticos de la civilización occidental lo repitieron muchas veces, señalando que esa civilización está construida sobre la base de la maldad, sobre la base de la separación y la inquina contra la espiritualidad y las virtudes y valores espirituales; que no puede esperarse nada bueno de ella. Todos lo decían, pero en los hechos de estos últimos seis meses en relación con Gaza, con Palestina, los gobiernos occidentales han colocado ellos mismos esa naturaleza maligna ante los ojos del mundo entero. Han mostrado el tipo de civilización que es esa: matan niños en los brazos de sus madres, matan enfermos en los hospitales. No son capaces de vencer a la Resistencia y a sus hombres, por lo que arremeten contra las familias, contra los niños y los inocentes, contra los viejos. A treinta y tantos mil seres humanos indefensos han matado en estos seis meses. ¿Dónde están esos que ensordecen al mundo con su discordante cantinela sobre derechos humanos? ¿Dónde están? ¿Por qué no ven estas cosas? ¿O estos no son seres humanos? ¿No tienen derechos?

Pero el pérfido régimen sionista, que es todo él ruindad, maldad y error de los pies a la cabeza, ha sumado él mismo un error más a sus errores anteriores con el ataque al Consulado de Irán en Siria. El consulado y las dependencias de la embajada se asimilan, cualquiera que sea el país en que se hallen, al territorio del país al que pertenece la embajada. Cuando atacan nuestro consulado, es como si hubieran atacado nuestro territorio. Ese es el uso y costumbre del mundo. El régimen, el pérfido régimen, ha cometido un error en este asunto; debe ser castigado y lo será.