Una parte importante del discurso del Líder de la Revolución Islámica:

Los sucesos de Gaza no son algo, entre las cuestiones de estos días, de esta fiesta de Eid al-Fitr y del mes del Ramadán, que uno pueda pasar por alto sin protestar ni prestarles atención. La cuestión de Gaza es hoy una cuestión verdaderamente crucial; es la cuestión principal del mundo islámico. Todos debemos sentirnos de verdad responsables al respecto. El corazón de los pueblos está ahí [con Palestina], incluso el de los no musulmanes. Ya ven ustedes esas marchas y manifestaciones que tienen lugar a favor de los palestinos, de la gente de Gaza y de los oprimidos de esta región; esas marchas son algo sin precedentes. No tenemos conocimiento de nada parecido a propósito de ningún otro suceso. Que la gente salga a las calles a gritar consignas a favor del pueblo de Palestina en África, en Asia, en Europa y en el propio Estados Unidos es algo que carece de precedentes a lo largo de estas décadas en que ha tenido lugar la usurpación de Palestina. Se ve, por tanto, que se está haciendo algo nuevo; que se está produciendo una nueva transformación en el mundo islámico. Se está produciendo un acontecimiento. Debemos prestarle atención.

No es cosa baladí que la cuestión de Palestina se convierta en cuestión primera, ¿dónde? En Londres, en París, en los países europeos, en Washington… El dominio de que han gozado los sionistas en los aparatos mediáticos del mundo no es algo que permita la difusión de una voz favorable a Palestina y contraria a ellos. Hoy esa voz se está difundiendo en todo el mundo. Por más que gastan dinero y gritan y se defienden, la gente del mundo está contra ellos; está en contra de los sionistas. Esto son asuntos importantes; hay que observarlos para sacar lecciones. Un acontecimiento está teniendo lugar.

Todos deben cumplir con sus obligaciones; aunque los gobiernos, hay que reconocerlo, no han cumplido con las suyas. A los gobiernos europeos aludí ya en la oración. Algunos de ellos, a veces, lo que hacen es hablar —y no de manera rotunda y contundente—. Dicen alguna cosa como que por qué no hacen esto o aquello, pero en la práctica no se ve que los gobiernos ejerzan efecto alguno; más bien al contrario: ayudan [al régimen sionista]. Ayuda Estados Unidos —prestando ayuda armamentística, ayuda financiera, ayuda política—, ayuda Inglaterra, ayudan algunos otros países europeos. Pero lo más lamentable es que al régimen sionista lo ayudan ¡incluso algunos países islámicos! Y eso, ¿cuándo? ¡Cuando se está dedicando a matar a menores, mujeres y niños! Esto para mí es incomprensible, pero lamentablemente está ocurriendo.

Que países islámicos ayuden al régimen sionista es una traición. Es una traición a la Umma. Y es también además una traición a ellos mismos, porque haciendo eso están reforzando a los organismos sionistas, en vías de debilitamiento, y ese refuerzo acabará perjudicándolos a ellos. Los sionistas, cuando se introducen en un país, lo que sucede no es que ese país salga favorecido. Cuando penetran, le chupan la sangre a ese país como un mosquito en beneficio propio. Su ayuda al régimen sionista es ayuda a su propia destrucción; y eso, aparte de la Umma. Han de ponerle fin. Es eso lo que nosotros proponíamos, y ahora lo seguimos proponiendo con rotundidad: que los gobiernos islámicos rompan sus relaciones —las relaciones económicas, las relaciones políticas— con el régimen sionista. Al menos, de forma temporal. Mientras estén cometiendo ese crimen, que rompan relaciones, que no se les ayude, que no exista comunicación. Eso es lo que esperamos de los gobiernos islámicos, y no es solamente expectativa nuestra: es lo que esperan los pueblos musulmanes. Si lo someten ahora a plebiscito en los países islámicos, sin duda todos votarán que sus gobiernos deberían romper relaciones con el régimen sionista. De eso no cabe duda. Esperamos que Dios Altísimo quiera despertarnos a todos; que nos haga conscientes de nuestros deberes; que nos haga capaces de cumplir con esos deberes.

Una vez más, les felicito el Eid al-Fitr a todos ustedes. Espero que las bendiciones del mes del Ramadán y del Eid sean, si Dios quiere, duraderas para nuestro querido pueblo, para nuestros respetables responsables y para quienes trabajan en los distintos sectores, y que todos las aprovechen; y que pronto, si Dios quiere, veamos los resultados del éxito y el avance, tanto en el ámbito nacional como en el exterior.

Con ustedes la paz, la misericordia de Dios y Sus bendiciones.